Los usurpadores

Me decepcionó este raro western, pensé que con este buen reparto sería un buen western, pero no, solamente vemos a dos legendarios actores del género luchando por la misma mujer (Marlene Dietrich), tambien decir que sale otro legendario del oeste, Harry Carey, un ambientación decepcionante y un guión poco trabajado, resumiendo, que es de las menos significativas en la carrera de estos actores, de las que se califican como "obra menor", además Ray Enright no fue un director que hiciese pelis de mucho interés.

Lo dicho, solo por el reparto la apruebo, claro que yo no soy nadie para ir juzgando, tan solo expongo mi punto de vista.

Basada en una novela muy popular de 1906. El autor narra hechos reales que él mismo presenció durante la fiebre del oro en Alaska a principios del siglo XX,
Existen cinco versiones cinematográficas;
_The Spoilers (1914 )
_The Spoilers ( 1923)
_The Spoilers ( 1930) con Gary Cooper y Betty Compton.
_The Spoilers ( 1942) con Marlene Dietrich y John Wayne
_The Spoilers (1955) con Ann Baxter y Jeff Chandler,

No es la típica película del oeste, porque aquí los malos no son ni pistoleros, ni cuatreros,ni indios,ni la naturaleza agreste, ni siquiera las inclemencias del tiempo (están en Alaska). Aquí el enemigo se llama burocracia y corrupción administrativa, esto hace también, que gran parte de la acción se situe en espacios cerrados y no en espacios abierto como en la mayoría de los westerns.

La" pacifica" vida de los buscadores de Oro en Alaska se verá alterada por la llegada de la civilización (la ley y el orden). Muchas minas son confiscadas por no tener sus dueños los derechos de propiedad , cuando llegaron no había nadie aquello era un territorio salvaje. ( sino me falla la memoria Alaska se la compraron los americanos a los Rusos a finales del siglo XIX).
Cuando le llega el turno a la mina propiedad de Roy Glennister (John Wayne) y Al Destry ( Harry Carey) y su socia la dueña de un Saloon y novia de Roy (Marlene Dietrich), los primeros actuarán en un principio al éstilo
de los nuevos tiempos (ya están en el siglo XX, y seguirán las leyes). Pero cuando ven que no son suficientes para acabar con la corrupción, volverán a los métodos antiguos, un poco "más brutos" pero más eficaces.
Y por si esto fuera poco, el nuevo comisionado del oro ( Randolph Scott ) intentará quedarse con la chica ( tanto como si ella lo quiere como si no), lo que tampoco le permitirá Roy ( John Wayne).

Es posible que aunque sea en origen un western, la historia de amor entre Cherry y Roy esté más desarrollada que el propio western. De hecho, en aquella época y aunque ambos estaban casados Marlene Dietrich y John Wayne eran amantes y esa pasión traspasa la pantalla en esta película y las escenas entre ambos son de alto voltaje. Y por eso añadieron una escena con una pelea bastante larga (para darle un aire más duro).
En cuanto a las actuaciones Marlene Dietrich se desenvuelve perfectamente en su papel de dueña del Saloon y su relación con John Wayne" es increíblemente" real. John Wayne esta muy bien tiene una vis cómica que le da a su personaje un aire jovial y divertido cuando esta con su chica. Por lo demás Randolph Scott apenas brilla , es un personaje bastante gris, en cambio, Harey Carey está muy bien como socio de Wayne y confidente de Marlene.Es un hombre mayor, más experimentado. una figura paterna para ambos que como él dice, tiene que cuidar a sus polluelos.

La recomendaría en inglés si quieres vivir con más intensidad el romance entre los protagonistas. En otro caso la versión doblada al español está bien, lo que pasa es que la parte romántica sobre todo, el personaje de Wayne al doblarlo lo hacen parecer más comedido de como lo interpreta él.

¿Qué burbuja ...? Copa y botella entera repleta de refrescantes burbujas doradas del mejor champán parece Cherry Malotte (Dietrich) a lo largo y ancho de la cinta, en la que domina ya desde el mismísimo cartel anunciador. Impresionante Marlene que luce siempre un espléndido vestuario cuajado de lentejuelas y de todo tipo de complementos (anillos, pulseras, pendientes, collares, gargantillas, brazaletes ...) Por todos lados el brilli-brilli relampagueando sobre el fondo de blanco y negro. De nuevo el "Ángel Azul" luciendo en todo lo alto. A distancia el resto.
Y el resto son nada más y nada menos que Wayne y Scott en plenitud de sus carreras cinematográficas, seguidos de una constelación de grandes secundarios.
El elenco sin duda es lo mejor de la obra. Porque la trama es bastante pedestre. Estamos en 1900 y el Gobierno americano quiere poner un poco de orden en los yacimientos auríferos de Alaska. Y a río revuelto unos "usurpadores" de guante blanco y corbata de nudo, vulgares sinvergüenzas mejor, quieren hacerse con muchos pozos que no están adecuadamente registrados. A la cabeza un funcionario, Alexandre McNamara (Scott), bien escoltado por otros caraduras, juez incluido. Claro que enfrente se encuentra Roy Glennister (Wayne) comandando a un montón de decididos mineros. Como a las buenas no conseguirán justicia, tendrán que recurrir al viejo sistema de tomársela por su mano.
Buena ambientación de interiores, especialmente en el saloon de Cherry, escasos exteriores, escenas interesantes de la llegada del barco al puerto o las actuaciones en el escenario, porque la pelea final entre Roy y McNamara se estira demasiado hasta acabar en el barrizal de las calles. Tampoco el guion es gran cosa.
En fin, que aunque solo sea por el trio actoral citado, especialmente por la glamourosa Marlene, vale la pena ver la película.

Las lecturas o los visionados de películas me suelen llevar a otros libros o filmes como si fueran los eslabones de una cadena. Así, por ejemplo, tras ver “Lío en Broadway” (She’s Funny that Way), 2014, de Peter Bogdanovich, donde se cita de pasada “The Spoilers”, sabía que tenía que volver a verla.

Es un wéstern que se desarrolla en Alaska, a principios del siglo XX, antes de la llegada de la ley y el orden. La ley de verdad vendrá precedida por un juez y un comisario corruptos que quieren hacer su agosto en medio del fango del deshielo. Por un lado, los personajes de John Wayne y Marlene Dietrich son los esforzados y listos buscadores de oro o propietarios de saloon, respectivamente, y por otro Randolph Scott es el comisario que abusa de su autoridad para usurpar los yacimientos registrándolos a nombre de testaferros.

La trama resulta vibrante, pues se producen unas rápidas triangulaciones amorosas, una de cuyas consecuencias es que John Wayne se llevara un buen tortazo de Marlene Dietrich, su amante despechada. Pero hay juego para varios personajes secundarios, casi fordianos, más dados a frecuentar el bar que la mina. Todos indignados e impotente ante el "robo legal" de sus propiedades por los representantes de la ley y el orden.

Los intérpretes están portentosos, muy inspirados, salvo Scott, que hace de malo (un papel que le va mejor que el de bueno que se autoarrogó en sus westerns de producción propia). Del director, Ray Enrihgt, tengo pocas referencia, salvo “Albuquerque” (al servicio ya de Randolph Scott) y “Todos a una” (“Gung Ho!”), película de propaganda rodada durante la II Guerra Mundial, en la que aparece un exbrigadista internacional que se nuestra orgulloso de su lucha contra el fascismo en España.

La película tiene ese tono optimista, trágico, pionero, y también individualista, violento, de los años dorados de Hollywood cuando se ponía a reelaborar la leyenda de la fundación de EE.UU. Como hay más secuencias de saloon o de alcoba que de naturaleza salvaje o de minas, la película contiene una pelea apoteósica, larguísima, entre John Wayne y Randolph Scott en la que destrozan todo un edificio.

Otra actuación de una formidable mujer como lo fué Marlene Dietrich, haciendo de casquivana, pero interesada en todo el dinero que pasa cerca suyo.
Un John Wayne ya desarrollado como un actor de raza y un Randolph Scott que aparece como el rival a vencer.
La escena de la pelea me pareció demasiado extensa, pero en definitiva una película interesante que comencé a ver cuatro veces, cuatro veces la dejé hasta que la vi completa. Valio la pena, apenas.