Blind Spot

La sorpresa del festival llega del norte con un prodigio de filmacion de un solo plano secuencia y una camara que se aferra y no se separa, en 98 minutos, de una familia devastada por un suceso brutal.

Hay muchos elementos interesantes a tener en cuenta en ésta pelicula noruega al margen de su compleja filmacion y es que la propia cámara no solo se encarga de grabar, sino que es capaz de decidir "aleatoriamente" en quien posar el objetivo, de manera que la trama es siempre imprevisible al darnos a entender que los protagonistas, magnificas interpreraciones por cierto, pueden ser cualquiera de las personas que aparezcan en plano, creando con ello una inquietante angustia en el espectador que nunca sabe que direccion va a tomar el film.

Un trabajo de orfebreria cinematografica que ha enganchado a la mayoria de la audiencia del cubo grande gracias a la brillantez tecnica y una emocionante historia de supervivencia física y emocional.

Una de las revelaciones de este festival de San Sebastián 2018 fue esta película rodada en un solo plano secuencia y con una intensidad donde la directora no deja respirar al espectador lo invita a seguir con interés la historia. Nunca sabes por dónde va a venir el siguiente golpe. La historia es uno de los temas que apenas se habla el suicidio adolescente. Pía pjetla está soberbia como esa madre. Una actuación con toda la intensidad que se requiere

A las 12:00, de nuevo en estupenda compañía, visité por penúltima vez en esta edición la Sala 1 del Kursaal para ver una película que había generado algunas reacciones enfrentadas: la noruega Blind spot/Blindsone, debut en la dirección de Tuva Novotny. En un frío atardecer de una ciudad indefinida en Noruega, una chica adolescente vuelve a casa tras una sesión extra-escolar de balonmano. Al llegar a su casa, tomará una inesperada y dolorosa decisión. Su madre soltera tendrá que lidiar con las problemáticas y trágicas consecuencias de su decisión, lidiando con la inoperancia del sistema sanitario. Un plano secuencia de 90 minutos de dolor y desolación, tragedia y llanto. La posibilidad de la muerte aflorando de los resquicios más inesperados de la cotidianidad. Una película puñetazo que carga sin reservas contra los ritmos torpes de la medicina moderna en situaciones extremas. Que nos pone en una situación extrema y nos retrata como lo viviría una familia. La película es sin duda potente en el plano argumental, incapaz de dejar al espectador indiferente, y su ardua factura técnica es digna de respeto y alabanza. Es una película que apuesta por hacer sentir al espectador el dolor más intenso sin preocuparse por nada más, y desde esta perspectiva es cierto que logra lo que pretende. Pero desde este medio no abrazamos nada esta propuesta y su tratado de la tragedia como exhibicionismo histriónico. Un tremendismo emocional que nos repele, un entendimiento de la lágrima como estrategia de embauque que al carecer de referencias o de elementos que nos describan a los personajes, sus relaciones y su contexto, no nos emocionan realmente. Una sucesión un tanto burda de infortunios que usa el plano secuencia, que en su mismo tampoco nos seduce por su construcción, como una excusa formal para trascender que quizás no fuera la mejor manera de narrar los temas del filme, diluidos tras este dispositivo que acapara la atención. Película interesante pero con poco poso, que al menos fue de las que más dio de hablar de la Sección Oficial.

Pues una sorpresa causó este filme noruego, dentro de la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Donostia/San Sebastián 2018. Y la causó al estar rodado en un único plano secuencia, lo que demuestra personalidad en la directora Tuva Novotny, así como un, evidente, trabajo de ensayos pre-rodaje. No es fácil narrar de esta forma y tiene dificultad, así que en ese sentido máximo respeto.
Ciñéndome a la película en sí, tengo que confesar que el primer tercio, que se me hizo muy largo, aquél donde las dos amigas caminan tranquilamente hacia sus casas, hablando de sus cosillas y la cámara les sigue tanto de frente como de espaldas… y el camino es largo ¡ojo!.
Tardan lo suyo y la paciencia del espectador comienza a agotarse. Sin embargo todo cambia cuando la chica protagonista, por así decirlo, llega a su hogar y pasa lo que pasa, pillando al respetable en completo fuera de juego, desarbolado ante el dramatismo que comienza de forma frenética. Ahí el ritmo cambia, las situaciones se suceden a horcajadas y la tensión aumenta hasta extremos que embargan al espectador… lo que no quiere decir que le convenza.
Y es que a algunos puede conmover si considera que tiene una fuerza dramática extraordinaria que llega a su corazón y a otros, en cambio (lo sé porque al comentar la cinta con mis colegas de todo hubo) les llega a cansar anta tanta acumulación de dolor, tristeza y miedo al qué sucederá, todo con un ritmo no ya alto sino no fácil de soportar al no dar tregua al espectador y hacerle ir por un camino de una manera bastante agotadora.
Pero es indudable que es interesante por cuanto vamos viendo cómo es la sanidad en dicho país, el trabajo de sus profesionales, y la explosión de unos profundos que tienen lugar por desconocidos motivos que están escritos en un diario juvenil y de la que sólo la madre tiene constancia una vez de leer, quizás, lo que pensaba hacer su hija y el porqué.
No se nos dan datos, dando importancia al qué y no al porqué.
La actriz protagonista, que da vida de una forma desenfrenada a una sufriente y al borde del colapso, madre, Pia Tjelta, ganó el premio a la Mejor Actriz en el Festival, algo polémico por cuanto hay quienes dicen que su interpretación es muy exagerada e histriónica y otros, en cambio, valoran el que demuestre todos esos sentimientos a cámara fija, algo que indudablemente, repito, hay que valorar, pero…
En todo caso creo que su segunda parte merece la pena y desde luego no aburre, pero....

https://filmsencajatonta.blogspot.com

La actriz noruega Tuva Novotny nos presenta su opera prima, hasta la fecha sola había dirigido algunos capítulos de una serie de televisión. Se trata de una película rodada en un solo plano secuencia de 98 minutos que no dejará indiferente a nadie. La película tuvo su presentación oficial en el Festival de cine de San Sebastián donde obtuvo el premio a la mejor actriz, también ha participado en diversos festivales por todo el mundo y ahora la podemos ver en una nueva edición del Atlàntida Film Festival dentro de la sección Domestic.

La traducción del título en castellano (Ángulo muerto) nos puede ayudar mucho a intentar comprender la acción, desde la escena inicial la cámara va siguiendo a la chica protagonista, desde el entrenamiento con su equipo de balonmano, pasando por el camino hacia casa junto con su amiga, hasta que llega y saluda a su madre y se prepara la merienda. Justo en ese momento cuando entra en su habitación la cámara deja de seguirla y vemos en un ángulo ciego lo que le sucede.

A partir de aquí todo cambia, incluso la forma de las imágenes. En ese momento vemos la angustia de la madre, como intenta ayudarla y se pregunta en todo momento lo que ha podido pasar. Ni los padres ni en el espectador tienen ningún tipo de información y ambos intentarán sacar sus propias conclusiones, ese el juego que la directora pretende.

Hacía mucho tiempo que una película no me provocaba tanta inquietud y me revolvía tanto el estómago, lo pasas realmente mal viéndola, sufres como el que más con los padres. Algunas imágenes te cortan hasta el aliento. Las interpretaciones, sobre todo la de la madre (papel interpretado por Pia Tjelta) son estupendas.

El plano secuencia, la puesta en escena y el estilo narrativo son magníficos, mantiene en todo momento la intensidad sin perder el ritmo, es una película muy arriesgada, que tendrá sus detractores, pero que si entras en ella la disfrutarás mucho, sobre todo porque presenta algo diferente.

Lo mejor: La puesta en escena y la actuación de la actriz protagonista.
Lo peor: El plano secuencia puede resultar algo pesado para algunos espectadores.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net