Viaje a Nara

La he visto hoy en el festival de San Sebastian y me he quedado estupefacta por no haber entendido nada.
Acostumbrada a ver cine de todo tipo, he salido de la sala con la sensación de haber perdido facultades.
Actuaciones más que correctas pero el argumento no llega al espectador. No entras en el tema ni con calzador.
El esnobismo campa por sus reales pretendiendo contar una historia interesante llena de alegorías y parábolas que son difíciles de adivinar, recargadas de una pretendida espiritualidad inexistente.
Vamos, una pasada de vueltas.
Hubo tímidos y desganados aplausos de los que no habían abandonado la sala antes de tiempo.
Las escasas vistas aéreas son muy bellas.

Naomi Kawase (Una pastelería en Tokio) se suma a los cineastas asiáticos que eligen intérpretes franceses para sus películas, para esta ocasión Juliette Binoche es la protagonista junto al actor japonés Masatoshi Nagase.

Un film aburrido y pretencioso que no consigue el mas minimo interes pese a su belleza fotográfica, sin lugar a dudas la peor película de esta directora con unos diálogos trascendentales como “Hace mil años, el día en que volaron las esporas nací yo” o cosas similares llegando a pensar que la película mejora si los actores están callados.

La protagonista deambula por un bosque en busca de una planta mágica, y lo que parece una sencilla historia de amor se torna en un guion sin ningun sentido y un ritmo soporífero con el que estás deseando que la película termine de una vez.
Destino Arrakis.com

La realizadora japonesa Naomi Kawase suele realizar un tipo de cine muy particular, desde que en año 1997 nos presentará su primer trabajo “ Moe no Susaku”, todo su filmografía (a excepción de un oasis que tuvo hace pocos años con “Una pastelería de Tokyo”) es claramente contemplativa y críptica, donde su cine va entre lo real y lo transcendente.

En su último trabajo nos vuelve a demostrar lo mismo, nos cuenta la historia de una periodista y ensayista francesa que viaja hasta los frondosos bosques de la región japonesa de Kansai, con la intención de encontrar una planta medicinal que solo crece en esos parajes. Allí conoce a un misterioso y solitario hombre y pese a que hablan idiomas distintos, algo hará que sus vidas se unan en un viaje mágico.

La película es sobre todo un regalo visual al espectador, la directora recrea la abstracción y el peso que el paisaje ejerce sobre todas las personas, toda la historia que nos cuenta esta cargada de magia y es muy sensible. Claramente todo el metraje evoca una cierta necesidad de reencontrarse con uno mismo y saber de dónde venimos.

No es una película fácil, la verdad que su narración onírica y sus continuos silencios y planos interminables echaran para atrás a mucha gente, a mi no me ha desagradado, eso si no la recomendaría. Su mayor problema es que kawase se recrea demasiado y elabora un guion muy confuso. Dentro del papel principal destaca de nuevo Juliette Binoche, siempre correcta.

Lo mejor: La belleza de sus imágenes
Lo peor: El guion y la parte final.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net

Extraña, bastante incomprensible y lo que es peor, aburrida cinta de Naomi Kawase, que no diré yo que no sea una buena directora, pero que en este caso creo sinceramente que se estrella al querer mostrar al espectador general (a no ser que esté narrada para unas selectas minorías...) un mundo contemplativo, donde la metáfora y la ensoñación vuelan libremente en pos de un trabajo lírico profundamente oriental.
No sé, creo que se entiende que estoy dándole vueltas a lo que quiero escribir, en mi dificultad por comentar algo positivo de esta peli más allá de su bellísima aunque creo que vacua fotografía.
Y es que la historia, el argumento, no engancha y los minutos (demasiados para lo que se cuenta) aplomizan al respetable dejándole bastante KO.
Juliette Binoche se esfuerza por dar profundidad y magnetismo a su personaje y del resto para mi gusto poca cosa mariposa.
No me ha gustado, eso queda claro, pero quizás es sólo que, como se suele decir en este tipo de filmes: "Quizás es solamente que no lo he entendido". Pero, ojo, que eso le comenté yo al Presidente de un Cine Club español con el que comí ese día, y cuando le comenté aquello de que: "Bueno, ya se sabe, el cine japonés tiene elementos que nosotros, los occidentales no los comprendemos", él me miró fijamente y me dijo con sencillez y determinación: "Ya, pero a Kore-eda o Kurosawa, por ejemplo, se les entiende perfectamente y gustan mucho sus película y te lo pasas de puta madre viéndolas, y también son japonesas". Pues eso mismo.

https://filmsencajatonta.blogspot.com

De la mano de Naomi Kawase y Juliette Binoche emprendemos este viaje al bosque de Nara en busca de una planta fantástica que nos permita revivir los momentos amados evitando el dolor que los acompañó. La naturaleza como un personaje más es interrogada esperando su respuesta consoladora. En algún lejano tiempo estuvimos en armonía con ella, le pertenecíamos. La aparición de la conciencia nos alejó de su seno para arrojarnos a investigarla, dominarla y destruirla. Esta distancia que tiene cada ser humano consigo mismo se extiende a las relaciones con los demás y su entorno. La nostalgia del tiempo mítico en que éramos uno con el universo se ve paliada con el bálsamo de la belleza, el afecto y el sentimiento de que no todo está perdido.