El vigilante de la diligencia

Larry Delong, el vigilante armado de la diligencia, es atado y abandonado en el monte. Cualquiera sabe que Delong (siendo Randolph Scott), no tardará mucho en liberarse de sus ligaduras y más cuando esto le ha pasado al principio de la película.

A pesar de la inmovilidad del escenario, la acción no cesa. Los personajes del pueblo poseen peculiares rasgos que te hacen mantener la atención sobre lo que pasará. Se han creído que Delong es de la banda de atracadores.
El niño, un cabrón con la honda.
Hay un enano psicótico de tendencias sádicas con la soga en la mano todo el rato, que causa estupor, esperando con un ansia tremenda para colgar a Delong; no dice nada en toda la película, ni falta que hace.
El sheriff tiene malas digestiones, lógico: no hace más que comer.
El dueño de la cantina es un mal bicho con familia numerosa. Tiene fijación por el espejo de la pared hasta el punto de la comicidad. Dicho espejo dará un buen plano.
Hay mujeres arpías, caciques y además está Charles Bronson sembrando cizaña.

Los malos han robado la diligencia y quieren limpiar también el banco. Mientras, el pueblo rodeando a Delong que no puede salir de la cantina. Creo que al vigilante de la diligencia se lo han puesto muy difícil; por eso, junto la dirección ágil que consigue André de Toth, muy atenta a los detalles de tantos personajes, convierte el film en un rato entretenido.

Pues realmente tiene su punto este western de De Toth, realizado con muy pocos medios, no hay que olvidarlo, pero que consigue que el espectador lo olvide por completo en cuanto nos introducen en la trama y nos presentan al variopinto grupo de personajes que la pueblan, cuyos marcados caracteres y singulares personalidades, atrapan totalmente la atención del espectador, por lo menos en mi caso, consiguiendo que, lo ilógico de su premisa ( spoiler), se desvanezca por completo en nuestras mentes, para quedar totalmente prendados por lo que ocurre en ese poblacho con esos habitantes tan curiosos.
! Ahh, háganme caso!. Estos personajes bien valen el visionado de la peli. Son de traca.

Además de eso, De Toth, confiere gran dinamismo al film. Me parece curiosísimo que, al final, sea el personaje de Scott, casi, casi, el que menos quehacer tenga en la película excepto en su final, donde se pasa gran parte del metraje apostado en el interior de una cantina, sitiado por los demás personajes que, a mí ciertamente, me han resultado divertidísimos.
No falta tampoco el humor en determinadas escenas.ni ciertos aciertos ingeniosos de guion que, qué puedo decirles, a mí me han ganado para la causa.
Es una peli pequeña, bastante pequeña en realidad, pero me he descubierto a mí mismo siguiéndola con notable interés. Así que, notable, sí señor.
! Ah! Y sale un jovencísimo Charles Bronson por si tienen interés. Tiene poco papel pero destaca, cómo no.

Ultima de las 6 peliculas que rodaron juntos Andre De Toth y Randolph Scott en el que lo más destacado es la aparición como secundario de Charles Bronson en los principios de su carrera, cuando aun se apedillaba Buchinsky. Se visiona sin problemas más que nada por la duración de la cinta (75min.) más que por la calidad que posea. (defenders of the faith).

Efectivamente, es como si se tratara de un juicio en el que el fiscal, el representante del pueblo, acusara al vigilante de la diligencia del atraco de la misma y de la muerte de su conductor. Todas las circunstancias apuntan contra él, Larry Delong (Scott). En estos casos, ya lo sabemos en el Oeste, de nada sirve la veneración que hasta ese mismo momento profesaban los vecinos de Deepwater a este afamado vigilante de diligencias.
Hablando de diligencias, recordar que el nombre de este vehículo procede del latino "diligentia", con el significado de "cuidado" y "puntualidad". En realidad las primeras diligencias que aparecen en el siglo XVII se llaman "coches de diligencia", para remarcar precisamente estas mismas características.
A lo largo de la cinta desfila una variada muestra de vecinos singulares. Para empezar los ayudantes del sheriff, el uno un comedor compulsivo y contemporizador, el otro un gallito de gatillo fácil. Luego los viejos carcamales que se las dan de valentones, el niñato hondero que se siente defraudado, el cantinero que prefiere su espejo a sus orondas hijas, por no hablar del enano linchador que pulula todo el rato por allí con su cuerda bien preparada ... Al fondo los alcahuetes, curiosos y cobardes de siempre. Tal vez sea la pintura del vecindario en general lo más conseguido de la obra. Nos ha gustado este fresco de caracteres interesantes.
La trama es sencilla, la interpretación en general correcta, hay escenas notables como la del guitarreo en la cantina, unas cuantas cabalgadas y los tiroteos de costumbre. Suerte que hay un buen doctor dispuesto a atender a los heridos. También algunas frases curiosas, como la del forajido que aconseja con disimulo al colega: "Procura parecer un cliente"; otras dignas de Pero Grullo: "Cuando se contrata un arma hay que contratar también al hombre que vaya a manejarla"; o la que pronuncia el ayudante del sheriff harto de que lo provoquen cuando exclama: "Si tan decididos estáis a matar a un hombre, será mejor que sea yo. Soy el único al que pagan por ello.
En fin, una buena y poco conocida película que permite pasar el rato sin aburrirse.

Historia de una venganza. Muy bien rodada, en paisajes naturales, con travelin y recursos fílmicos más que oportunos. Un gran color y una música muy propia. Una más del Oeste, de esas de doble sesión que pro metraje ponían antes de la película 'estrella' del sábado tarde en los cines de medio mundo.
Me gusta De Toth, es un director sólido, sabe hacer las cosas, no se va por las ramas y siempre tiene argumentos. No se desperdicia ni un minuto de la trama. Me gusta mucho la voz en off, que sirve para explicar cosas que necesitarían más metraje para ser expuestas.
Después de exponer muy bien la trama, en menos de 10 minutos, se detiene, quizá innecesariamente, en aspectos poco trascendentes.
Puede leerse como un estudio sobre la (mala) fama, los prejuicios y la manera en que en un sitio cerrado los bulos, las medias mentiras y las insinuaciones interesadas se propagan de manera rápida. A veces es más fácil creer que comprobar, dejarte llevar por los perjuicios a analizar la realidad de lo acontecido.
No es exactamente Sólo ante el peligro, de dos años antes, pero tiene algunos puntos en común. Es peor cinta, menos dramática y con un estudio del personaje principal menos desarrollada, pero puede alojarse en el mismos casillero.