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Blanco y negro en color

Drama. Bélico. Comedia Después de varios meses esperando órdenes, las tropas francesas de las colonias africanas se verán obligadas a enfrentarse con las tropas alemanas. Para aumentar sus efectivos, los franceses empiezan a reclutar soldados entre los nativos, proveyéndolos de rifles y uniformes. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
12 de octubre de 2005
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para que se hagan una idea, se trata del equivalente francés a "La vaquilla" de Berlanga. En este caso la acción se sitúa justo en el momento de la declaración oficial de la Primera Guerra Mundial, en una colonia francesa del África Ecuatorial (el Fuerte Coulais) cerca de la cual se levanta una fortificación militar alemana. El correo todavía no ha llegado, por lo que desconocen lo que está sucediendo en el resto del mundo y siguen comerciando ambos bandos entre sí.
El problema surge cuando llegan las noticias. En ese momento los nueve franceses que habitan el fuerte (dos oficiales, dos curas, tres civiles y dos mujeres) decidirán crear un pequeño escuadrón con la idea de atacar por sorpresa al destacamento alemán, también de reducido número. Desgraciadamente para ellos, la inexperiencia de los dos oficiales y la ineptitud del resto les crearán más de un quebradero de cabeza.

La gracia de todo está en el sarcasmo presente durante todo el metraje. Los blancos tratan a los negros como animales, salvo los dos oficiales (buenísimo lo del reclutamiento "voluntario"). Los nativos están hasta los cojones de los blancos y aprovechan cualquier ocasión para insultarles o, incluso, estafarles. Algunos de los civiles franceses son tan patéticos que no podrás evitar alguna que otra carcajada.

Imperdonable, no sé si para el público o para la distribución, el no haberla tenido en cuenta.
jastarloa
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19 de abril de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dudamos que Annaud, en sus comienzos, pensase que iba a lograr tal éxito y conseguir –entre otras cosas- un Oscar. Pero que no lo esperara no quiere decir que no lo mereciese, y vaya si lo merecía. “Noirs et blancs en couleur” es una visión acidísima de la situación de las colonias a comienzos de siglo, ejemplificada con el estallido de la primera Guerra Mundial.

Hay críticas para todos, empezando por el papel de la iglesia, que intenta educar en SU costumbre a los nativos, y que vive en un estado de señorío, compensando su presencia lejos del hogar. “Le Dieu des blancs donne la force”
Y, por supuesto, para la estupidez chauvinista, que no hace más que embravecerse hasta que los jefes militares dicen basta.

Por supuesto, además de la actuación bastante decente de la mayoría del reparto (destacando Jacques Spiesser), sobresale la ideología. Ideología que destapa la hipocresía de mandar a los negros nativos al combate y a la muerte, en un combate sin sentido entre amigos (que es lo que son los alemanes y los franceses afincados en las colonias, ya que se ven obligados a colaborar para mantener su dominio).

Impactante, sorprendente… Mucho más de lo esperado (uno de los clásicos de Annaud).
Follawski
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21 de marzo de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
79/22(15/03/11) Ópera prima del ecléctico realizador galo Jea-Jacques Annaud, consiguió el Oscar a la película de habla no inglesa por esta muy divertida sátira antibelicista centrada en el África colonial en los comienzos de la Gran Guerra. La acción se sitúa en África Ecuatorial, hay un Fuerte francés, Coulais con nativos viviendo en él, con un bar, una tienda y el puesto militar, con un reducido número de colonos galos, una decena, comerciantes, soldados, misioneros y mujeres, cerca de ellos hay otro enclave militar, este es alemán, no tienen problemas entre ellos, se llevan de modo amistoso, la vida transcurre tranquilamente, sin sobresaltos, hasta que llegan noticias a Coulais de que en Europa se ha desatado una Gran Guerra entre Francia e Inglaterra contra Alemania y el Imperio Austro-Húngaro y se desata una locura patriotera, deciden, con la ayuda de un pequeño grupo de nativos pillar por sorpresa a los germanos, ya que piensan que ellos no saben nada de la guerra, la expedición militar se desarrolla como si un picnic se tratara, piensan que va a ser un paseo campestre, pero al atacar a los teutones sufren un descalabro que les lleva a querer organizarlo mejor, yendo a reclutar nativos a los poblados a la fuerza. Además de su agria crítica antibélica que pone contra el paredón el sinsentido de muchas guerras, pone en ridículo el patrioterismo de hojalata, es también un retrato de la vida en las colonias, idealizada por algunos, pero que en realidad se acercaba mucho más a esto, da un brutal rapapolvo a la opresión del sistema colonial, vemos con que desprecio son tratados los negros, el tramo del reclutamiento es muy significativo y aleccionador de cómo funcionaban las cosas. Tampoco queda en muy buen lugar la Iglesia y su estrambótico modo de evangelizar, botón de muestra es la escena en que les dicen con una bici que ellos nos se caen de ella por su religión pero que si ellos se suben se caerán por su paganismo, hilarante. La puesta en escena resulta muy realista, con una ambientación con la que se respira el calor ecuatorial a lo que ayuda el escenario real de Costa de Marfil, y donde se suceden situaciones de gran humor ácido. Recomendable a los que gusten de divertidas sátiras antibelicistas de calado. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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3 de noviembre de 2012
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admiro las obras de Jean Jacques Annaud, naturalmente unas más que otras, pero el conjunto me parece magnífico. Hasta ahora no había visto ésta del año 1976. Lo siento, me ha decepcionado. La intención del guión me parece original, ingeniosa. Pero se desarrolla con torpeza, con lentitud, a trompicones, tiene momentos muy dramáticos y momentos cómicos pero siempre manteniendo una distancia y frialdad que hubieran sido encomiables si se hubiera sabido desenvolver como un buen ritmo y agilidad. Es una opera prima y eso la disculpa pero es una lástima pues la idea podría haber conseguido una obra maestra, pienso que si Annaud la hubiera desarrollado en su madurez quizá seria muy distinto el resultado.
Por cierto una vez más la necedad e ignorancia de quienes titulan las películas en la versión española resulta aberrante. A ver si esos tíos se enteran que" La victoire en chantant " no es sino el primer verso de la popular en Francia canción patriótica de la revolución "Le Chant du dèpart" Estos ignorantes lo traducen como si hubiese habido una victoria en un lugar llamado "Chantant". Claro que la otra denominación que luego le puesieron "Negros y blancos en color" es tan estúpida y lamentable que no hace falta más comentario.
Gandulfus
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15 de septiembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La comedia satírica es una extraordinaria arma que permite, si fuera necesario el caso, no dejar títere con cabeza. Si nos reímos del mundo, como en la ópera prima de Annaud, quedando la crítica camuflada, conseguimos echar unas risas mientras tomamos conciencia casi sin querer del verdadero objeto de reflexión de la película. Efectivamente, Annaud se trasforma aquí en un Berlanga que va directo a por el sistema colonial francés.

Corre el año 1976, Costa de Marfil ya lleva unos años de andadura solitaria como país independiente, pero nunca va mal, incluso viéndola ahora, echar una mirada a lo que los blancos hicieron en África durante tanto tiempo. Así que nos situamos en los albores de la IªGM, muy lejos de Europa, en un lugar en el que el colegueo entre alemanes y franceses se mantiene incluso habiendo tenido entre ellos un combate que es para revisarlo. Los preparativos de la acción bélica, con un reclutamiento espectacular, y sus consecuencias, son la trama central de la película. Siempre con un humor ácido maravilloso. Ver a los curas llevados como si fueran virreyes es de lo mejor.

Annaud con el tiempo se hará famosete, manejará presupuestos que multiplican al de aquí, y ya no sé si perderá la frescura de su primera película. Lo que sí es evidente es que este humor es único, es tan caro de ver que no puedo hacer otra cosa que darme la enhorabuena por haberlo encontrado, aunque haya tenido que recurrir a la filmografía de un país africano...
Luisito
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