El libro de las soluciones

Creo que la primera valoración con un 1 (básicamente porque no hay un cero) merece una explicación.
Acudo al cine esperando ver (basándome en las críticas leídas) una comedia ligera con ciertos tintes sociológicos.
Reconozco que tras ver este film me vienen a la cabeza otras películas como “Bienvenido Mr. Chance”, “Rainman”, “Mejor imposible”, series como “Atípico” o personajes como Carrie de “Homeland”.
Todos ellos reflejan personajes que lidian con su manera personal, dada por sus circunstancias, de afrontar el mundo y pese a que unos resultan tiernos, otros odiosos y otros apasionantes, todos son interesantes y hacen que sus historias merezcan la pena ser vistas y acabas comprendiéndolos y hasta queriéndolos.
Sin embargo la historia de Marc enseguida pasa de dejar de interesarme a resultarme insufrible; ya no es que no le entienda a él, si no qué, y aquí creo que radica el problema, es que no entiendo porqué le secundan el resto de personajes (excepto su tía).
Tampoco me interesan ni creo que aporten nada a la historia las alucinaciones o escenas oníricas, metafóricas; del mismo modo que el final que no acabo de entender ni porque están con él quienes están con él, ni si es real o no lo es.
En fin, una profunda decepción vista la puntuación y críticas recibidas en Filaffinity, con las que generalmente suelo coincidir.

*El polifacético director Michel Grondy

Michel Gondry es un director de cine, publicidad y vídeos musicales francés, que destacó desde el principio por su innovador estilo visual. Comenzó como realizador en el año 1988 haciendo videos musicales para el grupo Oui Oui del que era batería. Por estos primeros videos fue solicitado por la cantante Björk, creando siete videos para ella. Después ha realizado ochenta vídeos musicales para artistas como The White Stripes, Radiohead, The Chemical Brothers y Kylie Minogue.

También ha destacado en la creación de anuncios comerciales para la televisión, ganando el León de Oro en el Festival de Cine de Cannes de 1994 con el spot que hizo para la marca Levi’s. Fue innovador con el uso de la técnica “bullet time” que luego se utilizó en varias películas de la saga Matrix, ésta fue empleada en el video Rolling Stone y en el anuncio de 1998 para la marca de vodka vodka Smirnoff.

En su filmografía ha realizado cortos, documentales y entre otras películas “Olvídate de mí”, “La ciencia de los sueños”, “Rebobine por favor”, “El avispón verde” y “La espuma de los días”, adaptación de la novela homónima de Boris Vian. Sus muy diversas temáticas cinematográficas van desde la comedia, el drama, la ciencia ficción, destacando su creatividad visual desde el uso de técnicas como la stop motion, la bullet time y todas sus aportaciones al cine desde la publicidad y los videos musicales.

Ahora el director Michel Gondry nos presenta su nueva película, El libro de las soluciones, realizada con un guion propio, y centrada en la creatividad de un inestable director de cine (Pierre Niney) durante la elaboración de su proyecto cinematográfico.

*Marc, un delirante director de cine

Como espectadores asistimos a un ritmo acelerado de acontecimientos siguiendo la enfebrecida personalidad del director Marc (Pierre Niney), que se mueve entre lo depresivo y lo maníaco. A medida que se le van planteando problemas Marc va improvisando y desarrollando una bulliciosa creatividad para seguir adelante, con la sorpresa y a veces grandes discusiones con otro colaborador técnico, Carlos (Mourad Boudaud).

El libro de las soluciones se convierte en un torbellino de acciones consecutivas desde la mente del inestable Marc, lleno de gags y escenas cómicas en la delirante aventura del desequilibrado director, refugiado en casa de su paciente tía Denise.

*Torbellino de secuencias cómicas

El encadenamiento de secuencias está lleno de divertidos gags, que hacen saltar frecuentemente las sonrisas y risas de los espectadores, siendo a la vez una caricatura intencionada del mundo interno de la elaboración de una película. A Michel Gondry le sobra oficio para afrontar con soltura ésta intencionada amable crítica e incluso autocrítica del oficio de ser director de cine, siendo una cómica parodia que hace aceptar sin problema los mensajes que transmite.

La comedia también tiene algunos momentos dramáticos que reflejan el caótico mundo interno de Marc, muy bien interpretado por el conocido actor Pierre Niney, que al igual que el resto del elenco encajan bien la puesta en escena. Resulta tierno y poético el personaje de la adorable tía Denise Becker, interpretado por la veterana actriz Françoise Lebrun, haciendo en el guion el contrapunto a su alocado sobrino Marc.

Las relaciones entre los personajes están bien trazados en el argumento, perfilando con sutileza y matices el pequeño mundo femenino que rodea a Marc, en el que también hace aguas por su carácter inseguro favorable a comportamientos neuróticos.

*Conclusión

El libro de las soluciones es una ingeniosa fábula sobre la creatividad, mostrada a través de un joven director Marc que escapa con el material de su película antes de terminar la fase de postproducción. Dentro de su ficción es una divertida crítica realizada por el experimentado director francés Michel Gondry sobre su a menudo muchas veces difícil equilibrio entre las exigencias de rentabilidad económica del productor y la creatividad del director. Amable y agradable presentación que hace receptivo su mensaje sobre los condicionamientos de la elaboración de un film.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez

Con la irrupción en Hollywood a finales de los noventa, y principios del nuevo milenio, del guionista Charlie Kaufman, dos fueron los realizadores beneficiados de tan refrescante soplo de originalidad, el primero Spike Jonze, que sentó cátedra en 'Como ser John Malkovich' (1999), y 'Adaptation: El ladrón de orquídeas' (2002), el segundo, y casi en paralelo, el francés Michel Gondry, que tras la olvidable 'Human Nature' (2001), volvió a insistir por suerte con 'Olvídate de mi' (2004), una de las mejores películas de lo que llevamos de siglo, que además supuso un merecido Oscar para Kaufman al mejor guión original.

Superada la relación con el guionista, seguro que entre el más puro entusiasmo y la mas peligrosa toxicidad, tocaba volar libremente, y para Gondry, que al igual que Jonze es un más que reconocido y codiciado autor de videos musicales, era lógico mantener la inercia en la Meca del Cine, ya con guiones propios no tan inspirados, que dejaron títulos como 'Rebobine por favor' (2008), o algún trabajo de encargo como 'El avispón verde' (2011), que en parte, acabaron por alejar su estrella del cine norteamericano.

Por suerte, Gondry nunca dejo de mirar a casa, ya en 2006 llamó la atención con 'La ciencia del sueño', bastante más imaginativa que las mencionadas, pese a lo fallido de su argumento, o más bien la imposición estética por encima de la historia , y en esto llegamos a 'El libro de las soluciones', último trabajo galo del realizador, a partir de su propio guión original, en el que plantea como un director de cine, en perpetuo estado de crisis personal, debe secuestrar su película, ante la incomprensión de los productores y de parte de su equipo, para llevársela a casa de su anciana tía abuela en una apartada zona rural, y terminar de montarla con sus dos chicas de confianza.

Una idea claramente impregnada de tintes autobiográficos, de hecho se menciona ese anuncio que rodó con George Clooney para una famosa marca de cafeteras, con la que Gondry pone de relieve sus peores obsesiones como cineasta, la ansiedad por el continuo bombardeo de ideas, entre las que puede expresar, y las que cree solo haber expresado, pero que igualmente reclama a sus más cercanos colaboradores, convirtiéndose en una verdadera pesadilla para los que le rodean.

Como trabajo imbuido del más genuino metacine, existe igualmente un interés legítimo por mostrar el proceso creativo, al tiempo que ideas tan interesantes como el bloqueo del autor, inherente a cualquier manifestación artística, se combinan con el típico imaginario de Gondry, justificando el título con ese libro de las soluciones, el cual se desarrolla durante parte del film ,como válvula de escape de su protagonista, un Pierre Niney entregado en cuerpo y alma, para dar vida con notoria intensidad a Marc, el alter ego del realizador.

Completan el reparto un buen grupo de actrices francesas de diferentes edades, desde la veteranía de Françoise Lebrun, a la juventud de Frankie Wallach, pasando por la madurez de Blanche Gardin, todas estupendas como particulares sufridoras del carácter imprevisible de Marc, el cual deben soportar con resignada paciencia.

Finalmente, puede que 'El libro de las soluciones' no sea un trabajo redondo, a veces resulta irritante por reiterativo, y vuelve a pecar en muchos de los defectos del realizador, que básicamente se resumen siempre en transitar desde el entusiasmo inicial, hacia una melancolía casi depresiva en las conclusiones, lo que en parte difumina ese encanto que podrían poseer en mayor medida sus películas, planteadas con una originalidad incuestionable, y siempre en las antípodas de lo manufacturado.


- Películas del 33 Fancine: Festival de Cine Fantástico Universidad de Málaga -

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Me encantan esas películas donde podemos disfrutar del cine desde su propio interior. Películas que narran la realización de películas desde dentro, “cine dentro del cine”, un género que algunos tratan con cierta displicencia pero que a mí me gusta muchísimo y considero que tiene un gran interés a todo nivel.

Prueba de este interés es que hay obras del género que son ya historia de la cinematografía universal. Hay renombrados directores como François Truffaut, Stanley Donen, Vincente Minnelli, Federico Fellini, Jean-Luc Godard, Woody Allen, los hermanos Coen o Quentin Tarantino, que se han complacido en realizar grandes películas de este corte.

Por recordar algunas, quiero mencionar algunos filmes sobre el tema. De la más actual a la más antigua: Cerrar los ojos (2023), de Victor Erice; La última gran estafa (2020), de George Gallo: https://encadenados.org/criticas/la-ultima-gran-estafa-2/; La noche americana (1973), de François Truffaut: https://encadenados.org/otros-articulos/la-noche-americana-la-nuit-americaine-1973-de-francois-truffaut/; o, Cantando bajo la lluvia (1953), de Stanley Donen y Gene Kelly.

Y anoche tuve ocasión de visionar este estreno entre loco, cómico-cachondo o pelín pintoresco, que puede no gustar nada de nada o, como en mi caso, agradar y hasta poder disfrutar de ella. Es también cine desde el mismo cine.

Marc es un excéntrico director de cine quien, tras entrar en firme desacuerdo con sus productores con relación a su última película, o sea, tras pelearse con ellos, que según Marc no entienden su arte ni su trabajo, se levanta súbitamente de la reunión, coge su película y con sus colaboradores se va para acabarla en otro lugar.

Acompañado de su fiel equipo, acaba por esconderse en un pequeño pueblo rural francés de las Cevenas, con su tía Denise de setenta y cinco años, según él, su mejor consejera. Allí, su desbordante creatividad no para de fluir en un millón de ideas que lo sumergen en un extraño caos.

La cosa es que Marc comienza a escribir “El libro de las soluciones”, una guía de consejos prácticos que bien podría tener la respuesta a todos sus problemas.

Bajo la dirección y guion de Michel Gondry, y un excelente reparto con Pierre Niney (como Marc), Blanche Gardin, Françoise Lebrun y otros a los que haré mención más abajo, la obra sigue una sucesión de locuras de Marc, en el mejor y peor sentido de la palabra. Un director que no duerme, que despierta en la madrugada a su montadora o insulta a su técnico.

Gondry parece querer que los espectadores se sienten a ver el diván en el cual se desarrolla una sesión psicoanalítica de sus más que probables crisis detrás de la cámara. Ciento dos minutos de terapia y nuestro director compartiendo y exorcizando sus fantasmas, ocultos temores, delirios, fabulaciones y excesos mentales que surgen en fase alta hipomaníaca.

Película que configura un conjunto interesante, una mirada franca, cómica y también mágica a lo que podría entenderse como el encarrilamiento, no siempre ordenado, de la creatividad, de la imaginación de un artista. Ese pensar en manera divergente y florida, esa apertura a nuevas experiencias.

Gondry resulta realmente sobresaliente cuando transforma y a la vez convierte sus dudas e interrogantes en un tratado de creatividad, pero cuando derrapa por el terreno de la petulancia se pierde y deviene locura total.

El argumento un tanto loco tiene momentos geniales y fantásticos como cuando Marc contrata a una orquesta de músicos, le arrebata la batuta al director, y comienza con los atónitos músicos a crear la partitura de su película sin llevar ni una nota escrita, apenas tarareando una melodía y posteriormente con gestos de brazos extendidos, andando en cuclillas y mímica diversa: “van a interpretar mi cuerpo; es bastante simple”, le dice a la orquesta.

No olvidemos que a Gondry le diagnosticaron en su momento lo que hoy se conoce como “bipolaridad” o trastorno “maniacodepresivo” o “ciclotimia”. Un cuadro que se caracteriza por las oscilaciones entre el pico depresivo (bajo) y el pico de la manía, de la euforia (alto). Realmente la cinta acierta a exponer la hibridación entre la exuberancia creativa del director protagonista y sus fases eminentemente maníacas caracterizadas por un optimismo y un ánimo exultante y agitado.

Lo principal de esta obra es su contagioso amor al cine y cuantos procesos le acompañan. Por lo demás, trata sin piedad el mundo de las obsesiones y del narcisismo del artista.

A medida que se le van planteando problemas, Marc va improvisando y desarrollando una miríada de ideas difíciles de seguir, lo que provoca importantes discusiones con su colaborador técnico Carlos, muy bien interpretado por (Mourad Boudaud). Completan el reparto un grupo de actrices francesas de edades diferentes, desde la veteranía de Françoise Lebrun, a la juventud de Frankie Wallach, pasando por la madurez de Blanche Gardin, todas muy bien como sufridoras del carácter imprevisible de Marc, al cual deben soportar con estoica paciencia.

En fin, la película acaba por pecar de lo mismo que su protagonista. Sus ideas, por más que brillantes, ven la luz de una manera tan incontrolada e incontinente, que cuando viene el momento de ponerlas en marcha, se declaran más ineficaces y extenuantes que operativas o factibles. Aunque la verdad, no falta interés y encanto a esta cinta.

Cuando concluye la película no se puede evitar hablar de ella, también de las bizarras ocurrencias de Marc, de la salud psíquica, de la amistad y la incondicionalidad, de las metáforas, de los sentimientos materializados en la pantalla, y sobre todo se habla de cine, de cuán complejo es el mundo de la creación cinematográfica.

Publicado más extenso en revista ENCADENADOS: https://encadenados.org/criticas/el-libro-de-las-soluciones-2/

La película más autobiográfica de Michel Gondry es también la más irregular. Tiene momentos de gran cine que recuerdan a 'Olvídate de mí', su obra maestra, y otros a veces insoportables, muy semejantes a los de 'El avispón verde', o sea, que hay que enfrentarse a ella con calma. ¿Por qué? Porque si el público no comprende nada de lo que hace el protagonista y, sobre todo, no comprende cómo los demás personajes le aguantan y no le dan tres jostias en el minuto 10, es difícil 'entrar' en la película. Y eso es lo que pasa con 'El libro de las soluciones' porque maravillarse ante las proezas técnicas de Gondry no implica solidarizarse con sus personajes.