La ardilla roja

Como toda, o casi toda película de Medem, aguanta bien el paso del tiempo. Y es que nos topamos con su película más oscura, pues desde el comienzo narra cómo una persona se aprovecha de una situación fatal, y de otra persona, y a través de ese punto oscuro se va tejiendo una serie de acontecimientos relacionados con el poder, la mentira, el deseo, la idealización y el sentimiento. Quizás sea el casting más redondo de toda su filmografía, pues no hay ningún un actor/actriz que sobre o que sobreactúe. María Barranco y Emma Suárez complementan dos tipos de feminidades, aparentemente lejanas, y Karra Elejalde y Nancho Novo crean un diálogo entre dos masculinidades opuestas. El lugar donde acontece la trama es un paraíso que baila entre el agobio y lo idílico. Y como esto último, es todo en esta película, una eterna danza entre luz y oscuridad en la que el director aparenta ser completamente libre para contarnos algo que no importa mucho que no sepamos qué es. El cine por el cine, como en obras como "2001: una odisea del espacio".

La ardilla roja es una cosa un poco rara, sin duda, como casi siempre lo es el cine de Julio Medem, uno de esos autores que despiertan odios y pasiones, y no suele haber término medio.
Hoy en día, en los tiempos que vivimos, quizás hubiese causado controversia feminista por el hecho de que un hombre aproveche la amnesia de una chica para hacerle creer que son pareja, pero en aquel 1993 se vio como un ejercicio más de estilo de su peculiar director, que aprovecha muy bien el incomparable magnetismo de Emma Suárez y la química que tiene con Nancho Novo. Además, fíjense en qué reparto de secundarios tiene la película: Carmelo Gómez, María Barranco, Cristina Marcos, Karra Elejalde, Elena Irureta, Chete Lera, Mónica Molina...
En definitiva, una película muy para fans de su director. Para los que no lo sean, resultará extraña y quizá no excesivamente satisfactoria, pero se puede ver y recomendar.

Pretenciosa historia rara con avaricia con unos diálogos de risa, una épica sospechosa y grandilocuente que no consigue transmitir nada. Lo peor que he visto de Medem con diferencia.

Película cautivadora de los 90, tiene algo que te engancha, muy buenas interpretaciones acorde con la personalidad de los personajes, no es un drama, no es una comedia, no es una película de suspense, pero te atrapa, y puede ser que sea la suma del todo.

A mi me ha gustado, y quizás el cine europeo no sea el mejor, pero de tanto en tanto te llevas una grata sorpresa.

Se le escapó entre las ramas este roedor zampa nueces a Julio Médem y no tenía mala historia que contar:
Chica que pierde la memoria+chico al que le acaba de abandonar su novia=a encuentro fortuito.
Todo esto que se podría desarrollar con intriga como mínimo Julio M. se empeña en irse por las ramas a buscar piñas. ¡Qué cantidad de guiños superfluos, escenas prescindibles, triquiñuelas que nada aportan al argumento, personajes sin sentido y caricaturas oníricas que levantan bostezos!
Y si todo lo anterior lo acompañamos de un actor principal que lleva una careta de cartón durante toda la película, un Nacho Novo con una única expresión tallada en madera que no resiste un papel protagonista, la película entonces naufraga cual Costa Concordia de la mano del capitán Julio Médem.
¿Algo que merezca salvar de las aguas? Absolutamente la brillante actuación de Emma Suárez con registros suficientes para aparentar ingenuidad o dar miedo. Tiene dotes de actriz principal en planos cortos y medios y de paso como quién no quiere abusar del débil dejar a la altura del betún a su compañero de rodaje.
¿Algo más? El acierto en la localización del camping y esas playas de la cola del pantano de San Juan donde 25 años después puedes pasar un veraniego día de playa aunque hayan perdido el sabor de aquellos noventa con la música desde el coche, la nevera portátil y las fiestas espontáneas entre los pinares.