El ilusionista

El ilusionista se podría decir que es uno de esos filmes que, tras haber visto el trailer, poco más queda por ver: Un típico romance bello y preciosista, cuyo amor no se puede llevar a cabo por las nada tópicas diferencias de clase, unos truquitos que se saca de la manga el guionista sin ningún pudor (enorme el de la mano en la frente, no pude evitar descojonarme), que la mayoría ni vienen a cuento y sencillamente buscan la sorpresa fácil, un supuesto duelo interpretativo (entre una estrella venida a menos, después de firmar bodrio tras bodrio, y una estrella venida a más, que últimamente no atina demasiado en el momento de escoger sus papeles), que luego dista mucho de lo prometido, pues no alcanza las cotas que, supuestamente, debería alcanzar y un buen almibaramiento en el cual sobresale una magnífica fotografía, unos limitadísimos FX (sorprendente la desaparición de ese árbol photoshopeado, de una cutrez enorme) y un gran atrezo que de poco sirve.

La historia, como bien he dicho, no aporta absolutamente nada que no nos contase el trailer, además de estar llevada con parsimonia, hastiante lentitud y un sorprendente pasmo que aburriría a la mismísima Sofia Coppola.
Para colmo, el realizador no hace absolutamente nada para intentar darle otro cauce o ensimismar al respetable con otra cosa que no sean esos nefastos truquitos que algún pez gordo se sacó de la patilla y que simplemente sirven para intentar fascinar al espectador con incomprensibles ilusiones que no poseen explicación alguna y que, en un principio, solo sirven para ofrecer cierta amenidad a la trama pero, a posteriori, y para rizar el rizo, se usan para darle sentido a la trama, ofreciendo un vuelco que despreciaría hasta el mismísimo Von Trier, el rey de las patilladas.

A nivel actoral, tampoco mejora demasiado la cosa, empezando por el papel de Norton que está sumamente desaprovechado, no aporta el suficiente carisma a su personaje, al que tampoco ayudan esos mofletes redondeados logrados gracias a la particular senda de heces que está realizando el actor últimamente. A Giamatti tampoco me lo creo, básicamente porque no le da el cariz adecuado a su personaje y ofrece un recital de caras de malote increible, que vendrían a ser un híbrido entre el estreñimiento y la ofuscación de servidor viendo esta patraña. Jessica Biel está horrenda, para variar, no cabía esperar más de este intento de actriz que jamás debió salir a la luz. Por último, Rufus Sewell, es quizá el más entonado de todos los intérpretes, y no porque ese personaje, un intento de villano cuyas motivaciones son inentendibles, salga de lo tópico o este bien trazado, sino porque el actor consigue lo que se propone: Irritar al personal.

Lo cierto es que esto no lo hubiese salvado ni Spielberg en sus mejores tiempos, pues con esa trama tan endeble y esos personajes tan limitados y nunca vistos, poco se puede hacer.
Vamos, uno de esos proyectos que si no hubiese visto luz, tampoco habría sucedido nada.

Como una especie de recuerdo al Imperio Austro-Húngaro, con eso de la conmemoración hace unos días de los 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial, "El ilusionista" no puede ser más ofensivo. Claro que cuando crees que no se puede ser más miserable aparece un demócrata para demostrarte lo contrario. Por ejemplo, en Sarajevo se está homenajeando a Gavrilo Princip, con estatuas, conciertos y representaciones teatrales, para glosar como una hazaña su vil asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono de la dual monarquía, que precipitó la Gran Guerra de 1914, con sus muchos millones de muertos y otras desgracias. Sin embargo para el director de cine Emir Kusturica el magnicidio fue "el inicio de la liberación de la servidumbre y la esclavitud" y para uno de los presidentes de Bosnia, Nebojsa Radmanovic, por cierto, socialdemócrata, "el disparo de Princip fue un disparo por la libertad". O sea, como siempre, la libertad por medio del asesinato. ¿Y alguien se extraña de que la rechace como uno de los mayores males políticos?

Admito que la película no tiene mucho que ver con todo esto salvo que también es un insulto al propio Imperio y a sus personas. Luego se quejan de la falta de rigor histórico de las de Romy Scheider cuando éstas son infinítamente más veraces que ésta patochada en la que no solamente se inventan a los personajes, Leopold por Rodolfo, sino que convierten al hijo de Sissi y Francisco José, en un sádico que pega a las mujeres, asesino, drogadicto, ambicioso y un tanto psicópata. Ridículo, como la apuesta por el espiritualismo republicano frente al materialismo monárquico, el mundo al revés. ¿Pero esto qué es? Lo curioso de "El ilusionista" es que, aunque nos tratan de convencer de lo contrario, hay magia de verdad pero lo malo es que no importa, salvo para poner cualquier disparate y justificarlo mediante lo sobrenatural. Así, el "Gran Truco" es una tomadura de pelo mayúsculo, sin la más mínima lógica. Por cierto, otra vez el alticlasismo del mendigo y la duquesa, aunque sea la Biel, incluyendo en el ataque a la vieja a Europa, la degradación de la alta nobleza.

El ilusionista. El título ya casi lo dice todo. Un tío que se dedica a hacer trucos de magia por la época de 1900. Partiendo de la base de que es una película y que Norton no es un mago de verdad, pues a no ser que te metas de lleno en el falso espectáculo, eres plenamente consciente de que lo que estás viendo es una patraña y sólo te queda centrarte en la historia que no es gran cosa.

A todo esto hay que sumarle flashbacks de su infancia que hacen que sepas lo que va a pasar después. Llega un momento en que toda la película se hace previsible y sabes cómo va a terminar todo.

Quizás lo único destacable sea la música que está bastante bien y tiene cortes melódicos bastante currados. Hacía tiempo que una BSO no me llamaba la atención.

La mezcla final se hace entretenida, pero vamos, que a mí no me cuenten cuentos, que esto no es estar viendo a David Copperfield en directo.

Nota: 5.5

Magnífico film; una de las sorpresas de la temporada. Inesperada, con giros imprevistos, buen ritmo, actuaciones muy correctas...

A lo largo de la película el director maneja muy bien los tiempos, desembocando en un final sensacional, como hacía mucho que no encontraba en un largometraje. Además, muy bien ambientada en la Viena clásica de principios de siglo pasado. Altamente recomendable para todos los públicos.

Entretenida, con una magnífica puesta en escena y estupendas interpretaciones. Quizás se le echa en falta un poco más de verosimilitud, pero no importa el producto es muy bueno.