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Doce hombres sin piedad

Drama. Intriga Los doce miembros de un jurado deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. Todos menos uno están convencidos de la culpabilidad del acusado. El que disiente intenta con sus razonamientos introducir en el debate una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto. (FILMAFFINITY)
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Críticas 355
Críticas ordenadas por utilidad
15 de noviembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los doce miembros de un jurado deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. Todos menos uno están convencidos de la culpabilidad del acusado. El que disiente intenta con sus razonamientos introducir en el debate una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto.

Dirigida por Sidney Lumet, quién hizo de director desde 1957 en esta película hasta el año 2007. Su época destacada llega desde esta película hasta finales de los 80 con grandes producciones a sus espaldas casi siempre dentro del género dramático.

Lumet demostró todo lo que era capaz de hacer en el manejo del ritmo y la atmósfera de la película. Ésta transcurre en su totalidad en una sala dónde los miembros del jurado debaten si un acusado es culpable o no culpable, aunque todas las pruebas apuntan a que es culpable, es el día más caluroso del año, no funcionan los ventiladores y la mayoría tienen planes por lo que quieren acabar por la vía rápida. Al principio el único que vota "no culpable" es Fonda quién pasará la película rebatiendo todas las pruebas en base a los más pequeños detalles haciendo así que todos sus malhumorados compañeros razonen sus propias ideas sobre la culpabilidad o no del acusado. La tensión que transmite la película es uno de sus puntos más fuertes.

El reparto, más allá de Henry Fonda, es desconocido para mí. Sin embargo hay que reconocer que cada uno da un punto diferente a la película y si faltase alguno de ellos no habría sido lo mismo. La idea es juntar a doce personas cabreadas y muy diferentes.

Es todo un clásico del cine y por muchos años que pasen, y remakes que puedan hacer, siempre será la única capaz de transmitir a la perfección lo que se siente en esa sala a la vez que nos desmonta unas pruebas bastante contundentes con las que todos están de acuerdo. Mi nota es un 9.

vaderexpress.blogspot.com
Kaus
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8 de enero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto pocas películas en blanco y negro en mi vida pero, de momento, la que más me ha gustado ha sido la de "Doce hombres sin piedad". Que una película base su éxito en su gran guión más que por otra cosa tiene mucho mérito.

Otro punto a favor de este film es que, al rodarse en casi toda su totalidad en un mismo sitio, ha hecho posible que se hagan muchas obras de teatro de la misma al respecto.
Andreu
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15 de enero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces la maestría se encuentra en los inicios, como demostró Sidney Lumet en 1957 con el peliculón que realizó aquel año.
Es impresionante ver cómo cada personaje de este film tiene una distinta personalidad, además de resultar cada uno de ellos memorable y único. No solo están genialmente trazados los personajes, sino que también los actores, sin excluir ninguno, hacen una soberbia actuación. Son realismo puro, son descomunales en sus caracterizaciones, se meten por completo en la piel del jurado. Y por si fuera poco, van evolucionando conforme pasan los minutos, no están huecos, tienen sentimientos.
Todo esto se sustenta no solo por méritos de los apoteósicos actores, sino por su también genial guión. Este es uno de esos que no tienen incongruencias ni lagunas, todo resulta veraz, las conversaciones no parecen falsas... Todo resulta real, no parece manipulado. Es un guión maravillosamente escrito y construído.
El uso de la cámara es excelente, es curioso la cantidad de planos secuencias que hay para ser del 57. La cámara se va moviendo con elegancia y estilo por la sala en la que se desarrolla la trama.
En conclusión, son 90 minutos que se pasan volando, en los que reflexionas, razonas y comprendes el por qué de la nota discordante de Fonda, y sobre las dudas que transcurren. Una obra sublime.
Xermancio
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16 de enero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por qué sumar una crítica más a las casi 300 que lleva ya esta película? Nada puedo añadir a lo ya mencionado por los demás usuarios. Tampoco soy en absoluto un cinéfilo ni un gran amante del cine clásico. No pretendo tampoco ir a la contra de lo expresado por la mayoría. Simplemente pensé sería un honor para mi constar entre quienes escribieron sobre esta película.
Pienso que el autor logra en apenas 90 minutos exponer las miserias y virtudes de la condición humana. Desconozco si era esa su intención desde el principio, pero pocas veces quedan tan bien retratados los comportamientos que llevan al hombre hacia la mezquindad o hacia la heroicidad. Y no me refiero evidentemente a la heroicidad que tiene que ver con la bravura, sino con la decencia.
El señor Lumet lo consigue casi sin despeinarse, con un argumento sencillo, sin petulancias, sin pretender dar lecciones, sin necesidad de hablarnos con metáforas ni poesía. Más bien yo diría que va directo al grano desde el principio y nos hace partícipes en primerísima persona de las deliberaciones de un jurado que bien podría representar hoy mismo lo peor y lo mejor de nuestra ciudadanía.
Nos obliga a ser honestos y elegir cual de los jurados representaría mejor nuestra personalidad. Todos quisiéramos decir que Henry Fonda... pero, seamos sinceros con nosotros mismos y reflexionémoslo con detenimiento. Están completamente seguros que se habrían enfrentado a doce hombres sin piedad?
Pedro Soberano
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12 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una docena de personajes, cada uno con una personalidad propia, reflejada en sus acciones y palabras, representando los claroscuros de cualquier sociedad humana. Porque no son doce hombres puros, objetivos, perfectos, que con total imparcialidad, incluso clarividencia, puedan juzgar los hechos y adivinar las culpas como si fueran dioses. No, son seres de carne y hueso, tan imperfectos como el que están a punto de enviar a la muerte.

Habrá un choque moral, un remolino de ingenuidades, prejuicios, miedos y pasiones. A todos ellos intentará convencer el número 8, personaje interpretado por Henry Fonda, símbolo de la racionalidad templada frente a un conjunto tumultuoso de "calamidades" que están seguras de lo que piensan simplemente porque no se han hecho suficientes preguntas.

La ira volcánica de número 3... número 9, ese adorable anciano de mirada aún curiosa y llena de luz; el no saber estar en el mundo del N7... todos ellos merecen de sobra la visión (y revisión) de este clásico de Hollywood, que no ganó un Oscar estando nominado a tres "y mereciendo cuatro".

En el fondo, una reflexión sobre la cadena perpetua y si estamos preparados para actuar en democracia, para elegir y tomar importantes decisiones nosotros mismos; o simplemente nos queman en el bolsillo las entradas de un partido de fútbol, y miramos mal a quien, en realidad, nunca le hemos dado una oportunidad.

Si quieres leer más críticas como ésta, visita http://letrasnegrasruidoblanco.blogspot.com.es/
Letras Negras Ruido Blanco
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