La ola

Apasionante e intrigante historia, que atrapa y llena de estupor, tan bien contada que es muy fácil empatizar tanto con la labor del profesor, como en el ascenso a un totalitarismo de laboratorio que padecen los alumnos.
Espectacular empleo de la fotografía.
La única pega es el exagerado desenlace, que le quita verosimilitud a una película muy bien narrada, y creíble. Quizá con ello logra más impacto emotivo y visceral en el espectador, sacrificando lo que antes he dicho, la credibilidad.

Film serio, crudo, realista, entretenido.
Historia correctamente argumentada, tratada y mostrada al público.
Toca temas muy delicados dentro la sociedad actual, que deben ser manejados con mucho tacto para no provocar la reacción inversa a la pretendida.
Te deja una cierta desazón en el cuerpo y da pie a tertulias varias.
Buen cine.

Por: John Harold Giraldo Herrera
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Un curso, un contexto pedagógico, una situación formal de aprendizaje entre un docente, una institución y estudiantes será siempre un escenario de poder. Un profesor es una especie de dictador y los estudiantes asisten como si fueran conscientes de la dictadura. Pero ¿qué pasa si no es así, si un curso va más motivado por nada y a expensas de divertirse, de esperar ver relajado a su docente y de repente este al ver que su curso no funciona decide hacer práctico el corpus de su materia?

Se trata de un experimento en el que un maestro resuelve hacer efectivo lo que enseña. Durante una semana pondrá a prueba el ejercicio, la pregunta no es para nada ingenua ¿es posible una nueva dictadura en Alemania? Luego de la disquisición, se avanza en poner en acción las ideas de la autocracia, el curso que tiene bajo su responsabilidad. Esta película muestra como los muchachos tienen como diría Oscar Wilde muy claro el precio de todo, pero muy poco el valor de nada. Al adentrarse en mostrarlos uno de inmediato piensa en otra película de Brasil la comentada Ciudad de Dios en la que los niños quedan con el control de todo; en La ola, los niños hacen lo que desean porque sus padres dicen que deben aprender a reconocer lo conveniente. Por eso a los 10 años no es extraño verlos fumar.

La autocracia requiere de fuerzas: disciplina. Unidad. Acción. Entendimiento. Un líder quien los guíe, un orgullo y de resto ya no hay vuelta atrás. Y así con situaciones de melancolía (adolescentes incomprendidos y sin riendas) y entusiasmo (un experimento dinámico y emotivo) la película cala de inmediato entre los espectadores. El profesor es aclamado como líder, los muchachos al principio tímidos con el proyecto pedagógico van involucrándose de manera muy fácil, al no tener nada en que creer, al estar desprovistos de ideales, sus vidas un tanto insatisfechas asumen con decisión su proyecto.
Ver más en: http://www.latarde.com/blogs/elgranojo/?p=193

¿Hasta qué punto somos realmente susceptibles y vulnerables? Este trágico acontecimiento nos enseña que lo somos en gran medida, creemos conocernos, tenerlo todo bajo control, pero está claro que no es así. La película es fascinante y trágica, pero sobre todo es una buena película para reflexionar y que no deja indiferente a nadie.

Película profunda donde las haya, aunque su apariencia de telefilm en un principio tire para atrás, os recomiendo que la veáis porque os sorprenderá.
El experimento creado por el profesor engancha desde el primer momento hasta su asombroso y, ante todo, inesperado final.
Da hasta escalofríos pensar que en las sociedades actuales realmente aún se puedan llegar a esos extremos.
Muy bien por la película, mal por los actores y la ambientación tipo telefilm.

Mi nota: 6.5