Perfect Sense

Casi hora y media desperdiciada esperando la resolución de lo que creía era la trama principal (la misteriosa epidemia) , porque la sinopsis no dejaba claro que se trataba única y exclusivamente de una historia romántica. Lo peor es que como película romántica tampoco vale un duro. Me siento estafada.

La primera vez que la ves te cala bien hondo por la originalidad de su planteamiento, que te hace seguirla con curiosidad creciente, y por lo exacerbado de sus sentimientos, que te destrozan la fibra sensible.

En sucesivos visionados la cinta pierde algún entero debido precisamente a su esquema totalmente previsible y sin sorpresas y a lo simple e ingenuo de su planteamiento.

No es una película de ciencia ficción al uso. Aquí lo verdaderamente importante no es la investigación sino remarcar tan sólo una idea: que el amor y el contacto con tus seres queridos es lo único de lo que no podríamos prescindir en este mundo incierto de miseria y sufrimiento; lo que nos hace seguir adelante. El sentido perfecto, así de simple.

El mérito de su director consiste, entre otras cosas, en hacer que no repares demasiado en lo ridículo de algunas escenas -simplemente, te dejas llevar, aunque se pasan tres pueblos-, y en haber rodado una película de ciencia ficción sin efectos especiales. Tiene ese aire tristón que suele rodear a todo el cine "indie" (no es muy recomendable, pues, si estás bajo de ánimo). Loable, sin embargo, como ejercicio de cierta originalidad. Buena película en líneas generales.

Para mi una de las películas de mayor impacto en los últimos años, un precioso drama romántico, que entronca con lo que Ingrid Bergman le dice a Bogart en "Casablanca", y que yo reseño como título de mi crítica.

Dos personas, independientes, de fuerte personalidad, se enamoran e intentan seguir adelante con su amor y sus vidas, mientras el mundo se desmorona de una forma infinitamente cruel pero no exenta de poesía. Esto es así en buena parte gracias a unos actores que dan profundidad y solvencia a sus interpretaciones, con el siempre solvente Ewan McGregor, y la injustamente poco reconocida Eva Green, que saben dotar de sentimiento, contención y elegancia una historia donde tragedia y luminosidad se entremezclan.

El film tiene estilo, la música de Max Ritcher, cercana a Nyman o Sakamoto, es preciosa, la realización correcta, aunque quizás un poco fría, y los personajes fuera de la historia de amor quizás hubieran necesitado un mayor desarrollo, hay alguna rigidez en la historia y en la forma de contarla, y esto impide que estemos ante una obra maestra.

No obstante la historia es tan poderosa, la ambientación tan acertada, las interpretaciones tan buenas, y el sentimiento que provoca es tan potente ... que a pesar de sus defectos, es difícil no evitar la emoción al ver uno de los finales más bellos que quizás haya visto en una pantalla de cine en mi vida.

Una joya, una preciosidad, una película de cabecera.

¿Qué pasaría si una pandemia te infectara y te despojara de tus percepciones sensoriales?
Parece que pueda ser una adaptación de alguna novela de José Saramago pero en este caso no lo es, aunque la idea es muy buena para asociarla al escritor.
Es un film con un argumento muy original e interesante, que más allá de lo que vemos que va perdiendo a lo largo del metraje nos descubre una especie humana tan grandiosa como primitiva.
El planteamiento y la forma de contarlo es muy acertada, está a medio camino (por momentos) entre el documental y el drama pero juega a su favor para entender el devenir de la historia. Nos lo hace llegar de una forma muy visual y contundente pero también muy tierna y romántica.
Una de las lecturas que te deja al final es el valor por lo mínimo, por lo pequeño, esas pequeñas cosas que dan sentido y valor a nuestra vida y que sin ellas parece que nos falta algo importante, que nos morimos en vida. Es la ausencia y la pérdida de nuestra identidad lo que nos hace básicos, indefensos, carentes de cualquier sensación pero aún así, la vida sigue, y hay que acoplarse a ella por instinto de supervivencia, aunque nos quedemos sin nada.
Una película como poco reflexiva que invita a imaginarnos un futuro apocalíptico que podría estar a la vuelta de la esquina, quién sabe.
Os la recomiendo!

Por favor, no lean esta crítica, porque no tengo ni idea de cine. Después de muchos esfuerzos por no dejar de ver esta “Perfect sense”, al final, sobre una hora de visionado no he podido aguantar más y me he puesto a ver otra, no crean que no lo he intentado, de hecho hasta el tercer intento he continuado haciendo todo lo posible por seguir viéndola pero no he podido aguantar más; al final he enviada a la porra al “marinero” con “la grasa y la harina” y reconozco mi incapacidad para apreciar tanto “mensaje” que contiene la película, a mí, sinceramente, me ha parecido un rollo infumable. El tema de las epidemias ya de por sí lo es, pero ésta riza el rizo con lo de la pérdida de los sentidos (y el gran mensaje que ello conlleva) y la historia de amor me parece de lo mas "muermo" y aburrido que he visto en años.