Prisioneros

Prisioners es un thriller/ policial que escasea en el espectáculo norteamericano. Resulta un lujo encontrar una propuesta tan personal para una película de género. En esta ocasión el hilo narrativo lo conducen Keller (Hugh Jackman), un hombre de una bella familia católica que debe encontrar el paradero de su pequeña hija y asume cualquier consecuencia con tal de lograrlo y el detective Loki (Jake Gyllenhaal) quien debe descifrar las pistas. Ambos tienen un objetivo en común: la obsesión por el rescate. El método que usa cada uno para culminarlo es la única diferencia.

Prisioners inicia en un contexto frío y solitario en un pueblo en pleno invierno crudo. Los días son grises llenos de nieve y lluvias torrenciales, las noches apagadas. Esto de por sí marca el tono de la película: la frustración y la inquietud de encontrar a las niñas. El lenguaje cinemátografíco por parte del director Denis Villeneuve es notable. Probablemente lo más notorio de toda su filmografía es la capacidad de generar y transmitir atmósferas oscuras e inquietantes. A pesar de la larga duración, Prisioners presenta un montaje muy hábil, teniendo momentos íntimos que pueden resultar lentos, pero es adrede para entender la psiquis, el estado de animo no solo las familias que sufren la perdida de las niñas, sino del detective. Esos momentos demuestran la impotencia de los personajes. El guión tiene virtudes para jugar con las emociones del espectador. Si bien el ambiente resulta siniestro, en muchos momentos la esperanza se enciende, pero en otros todo está perdido. El pesimismo hace que sintamos un golpe. A su vez el uso de la violencia puede resultar explicita, y así como sufre el espectador, resulta un martirio para uno de nuestros protagonistas. Lamentablemente la última media hora tiene una serie de giros de tuerca un poco efectistas, que llevan al espectador de un lado a otro, ideas y vueltas respecto al responsable del rapto. No resulta malo, pero si manipulador. Las piezas encajan de manera un poco forzadas, por sobre todo el uso de los símbolos o implantaciones previas.

Es curioso nunca se llegue a conocer los motivos del perpetrador para cometer sus actos, sino que simplemente la película se centra en buscar al responsable. Tal vez nos proponen intuir para qué lo hacen y eso puede resultar aterrador. Y un cierre muy inteligente, de silenciosa tensión que simplemente deja querer sabiendo más. Y ahí radica lo grandioso de la propuesta: el espectador se ha acostumbrado a tanta frustración y clama por la esperanza y un final feliz, pero ahora debe espera que ocurra lo mejor para el protagonista y es cómplice de la intuición investigadora del policía. ¿ Lo logrará? Opiniones abiertas. Yo creo que sí.

Hacía tiempo que no disfrutaba de un buen thriller. Prisioneros cuenta con todos los elementos: una historia sobresaliente, un excelente elenco y una buena estética. La trama es oscura pero atrayente, tiene un buen ritmo, y te mantiene atento y expectante. A pesar de que descifré gran parte de la película sin haberla acabado (por lo tanto cojea de ser un tanto predecible) contiene grandes sorpresas y un buen desenlace. Las actuaciones son brillantes, los personajes son profundos y te despiertan sentimientos: desesperación, ira, odio...

Es una estupenda película, magistral. Tan buena en lo suyo que resulta hasta difícil de ver por muchísimos momentos. Su historia es dura, depresiva, arriesgada e increíblemente sorprendente. Jackman y Gyllenhaal están insuperables. Sobre todo estos días en los que Villeneuve es sobradamente conocido por su calidad, no es de extrañar que estando él a la dirección esta película salga tan excelente.

Oscura película que hace que uno se vea inmerso en el tenso clima que la envuelve y deja el mismo poso de amargo sabor pero grato entretenimiento de cintas como El silencio del los corderos, Gone baby gone o Seven (aunque con menos efectismo y más dilemas morales). Estupenda dirección y estupendos los actores.

¿Qué decir de Villeneuve? Este director comenzó siendo objeto de mi odio en cuanto lo descubrí con la pretenciosa Arrival (2016) y me horroricé ante los absurdos giros argumentales y tramas vacías que abundaban en su último tercio. Tras la sosa (pero indudablemente brillante a nivel de fotografía) Blade Runner 2049 (2017), mi odio por Villeneuve se había convertido ya en algo preestablecido a la hora de ver sus películas. Sin embargo, mi paso por Incendies (2010), una obra que, pese a tener una trama secundaria mucho mejor llevada que su trama principal, pero eclipsada por la banalidad de la misma, era realmente interesante y sabía hacer sentir al espectador la crudeza de su argumento, me hizo replantearme ese odio tan acérrimo que Villeneuve despertaba en mí.
Entonces llegó Enemy (2013), una cinta brillante, plagada de simbología, con una trama principal que la primera vez quizá no llame especialmente, pero que cobra un nuevo sentido tras llegar a los títulos de crédito finales y verla por segunda vez. Es ahí cuando Villeneuve se ganó mi respeto y comencé a ver que sus cintas, aun sin ser en absoluto excelentes, tenían cierto mensaje.
Esta película, Prisoners, tampoco tiene el mérito de ser excelente, pero, en su simpleza, es una cinta interesante, bien llevada y que cumple con la función principal de los thrillers: mantener el suspense y saber enganchar al espectador.
La fotografía, como en todas sus cintas (incluso la infame Arrival tiene ese mérito), es brillante, con ese característico juego de sombras y luces de los thrillers góticos, esa atmósfera tensa que ya demostró su director en la antes mencionada Enemy y esos planos tan contundentes y perfectamente montados (a excepción de alguna fundida a negro extraña).
La banda sonora apoya estas características, aumentando la intensidad de las escenas y produciendo tensión en el espectador. A esto se le suma la intensidad de los efectos sonoros, con esos golpes tan certeros y esos disparos tan potentes, además de la maravillosa inclusión de una canción de Radiohead, Codex, pese a aparecer tan solo de fondo en una escena.
La interpretación es otro de sus puntos fuertes, pues Hugh Jackman muestra toda su intensidad en el personaje de Keller y es el principal causante de que el espectador se pregunte qué haría él en su lugar y si semejante violencia puede estar justificada en una situación así. Jake Gyllenhaal, como siempre, tampoco se queda atrás y representa con gran acierto al impulsivo detective Loki, cuya reminiscencia al dios nórdico se encuentra presente en sus acciones. El resto del reparto, aunque excelente gracias a grandes interpretaciones como la de Paul Dano y sus movimientos cargados de dolor o Melissa Leo y su astucia, queda relegando a un segundo plano y no brilla tanto como sus actores principales.
Pero es en el guion donde esta película falla. No enormemente, por supuesto, ni tampoco puede decirse que sea un fallo grave. El problema es que el guion coge la fórmula clásica de los thrillers y la lleva de forma irregular. En la zona spoiler daré más detalles sobre esto. En resumen, cae en ciertos tópicos manidos y sus personajes son claramente estereotipos (el padre furioso, el detective impulsivo, el asesino "inesperado"...). Sin embargo, la película logra que te olvides de ello, pues está llevada con tan buena mano que los defectos de su guion pierden importancia durante su visionado.
Así pues, si no has visto aún esta cinta y estás interesado en los thrillers, este es un filme más que disfrutable y entretenido como pocos. Una fotografía espectacular, una atmósfera tensa, una dirección excelente y unos errores de guion que se te harán poco pesados si no eres muy exigente y que incluso pasarás por alto al ver las brillantes interpretaciones de sus personajes.
Cinta recomendada para los interesados en el género thriller.

Ahora, hablemos de sus errorcillos en el spoiler.