El crepúsculo de los dioses

Joe Gills (Holden), un joven guionista de Hollywood nos cuenta la historia de sus últimos seis meses de vida y con ello la de la otrora diva del cine mudo Norma Desmond (Swanson), quien olvidada, pretende volver al cine de la mano de Cecil B.de Mille. En la decrépita mansión donde vive también está un metódico y preciso criado (Von Stroheim), todo en una atmósfera delirante, crepuscular y ficticia. Wilder aplica un licencioso y genial "flash-back" para servirnos una superlativa obra maestra de cine dentro del cine, con las miserias de éste al aire, con lo que la capacidad autocrítica resulta despiadada y magistral. El cine mudo, aquel que diera lugar al origen del séptimo arte (y al que tanto adoro particularmente) ha sido enterrado con la llegada del sonoro, de las estrategias comerciales, del mercantilismo salvaje y de un "star system" al que solo sirve lo que el productor de turno considera carnaza apetitosa y rentable. El guión de Wilder, Brackett y Mashman Jr. crea unos personajes antológicos y dignos de estudio en las escuelas de escritores de guiones. Su reparto es igualmente único y de una complicidad exasperante: desde la actriz Gloria Swanson casi interpretándose a sí misma pasando por el gran Von Stroheim (a quien jamás el sistema le dejó desarrollar ni la mitad de su ingente talento) o el desigual B. De Mille o hasta el también "olvidado" Buster Keaton (spoiler). Particularmente Swanson ejecuta una cumbre paradójica: es una interpretación tan genial como desmesurada, tan entregada como un último aliento, tan talentosa como sobreactuada pero que encaja plena y perfectamente con el sentido final de esta maravillosa película. Obra maestra valentísima, corrosiva y caústica de un cineasta desde dentro del sistema. Un trabajo que justificaría una carrera por sí solo, que ofrece múltiples lecturas, enorme ambigüedad en su perfecto engranaje. Imprescindibl (spoiler)

Si hubo alguna vez una película que retratara ese lado al que todo ser humano e incluso el arte está abocado por el tiempo, a la decadencia, esa es sin lugar a duda "El Crepúsculo de los dioses".

Esto es cine, del de verdad. Aquel que retrata algo más que una historia de ficción para entretener, es el mostrar todo sentimiento o cualidad real hiriente, que va desangrando nuestra esperanza, como Norma Desmond es desangrada por la esperanza falsa de que Cecil B. DeMille la fichará para hacer una película titulada "Salomé". La de aquella joven princesa que enamorada sin ser correspondida de San Juan Bautista pidió su cabeza por despecho.

Así Gloria Swanson, olvidada actriz del cine mudo, como su personaje, resurge aquí en el cine sonoro en toda su mayor gloria acompañada del gran amante William Holden, y del propio Cecil B. DeMille, quien se interpreta a sí mismo para lograr que la realidad se haga más real aún.

Jamás he visto no diré una película más hermosa que ésta, pero sí más llena de desesperanza, de pesimismo, de mentira y mal que no parece poder ser evitado.
El objeto del deseo de Norma será el guionista fracasado Joe Gillis, será quien cuente la historia, oh, sí, de forma tan hermosamente rota que el Hollywood del nuevo cambio de siglo, el del XX, ya comenzaba realmente.

El paso del cine mudo al sonoro no hace que esta película por el dolor y la locura de Norma a no ser más quien fue, la estrella, tan solo muestre la fría política del cine, sino que va más allá, es tan solo el escenario.

Cecil B. DeMille se presta a ser aquel quien precisamente está denunciando la tristeza y la amargura que el mundo al que él pertenece y engrandece provoca en las estrellas al ser olvidadas.
No se puede evitar, todo tiene su momento.

Los dioses, esos actores exitosos, dejan de pronto de serlo.
Y los humildes, los que tienen poco talento o tal vez mucho, pero mala suerte o poca influencia para triunfar, no lo hacen.

Nancy Olson como Betty muestra este hecho, con su marcha.

Todo en esta película tiene una razón de ser, y es la decadencia del ser humano, cuando no se está preparado, cuando todo su mundo se viene abajo, esa sinrazón aparece al estar solo.

Norma Desmond lo estuvo, y ninguno de alrededor la hizo feliz jamás.
¿Tal vez despertar del sueño a tiempo?
¿Tal vez no?

Gloria Swanson, recomendada por Cuckor, es el alma de esta gran cinta, con un final extraordinario.

Obra maestra de direccion de Billy, del Wilder
de 1950, de 110 minutos, con presupuesto de1.752.000.

Drana rmocial entrañable, en el que es un canto del decaimiento de haber sido una estrella del cine mudo, y que se ve superada por el tiempo, y la senitud.

Para un film de los cincuenta es fabuloso en su técnicas de dirección que en su tiempo debieron de suponer algo excepcional.

Una película que va siendo direccionada de forma narrativa, en el que sus personajes sucumben a su destino sin remedio,, en la locura de su deseo.

Como el guión va desarrollandose, en pateticos personajes, que se aferran en la ilusión y el deseo, de un soplo de ilusión de hollybood, como ultimo crepúsculo.

Fabulosa swanson la cual da el tono perfecto, y en la que holden es el complemento perfecto.
Una película de hollybood ante el talón de aquiles del tiempo, haciendo relucir los sentimiento de su agonia.
Personajes en el drama de sus vidas la estrella en su ocaso, el guionista mediocre, la ayudante de producción que no llego actriz, he incluso el sirviente enamorado.

Preguntado, cuándo era muy mayor Billy Wilder, por su filmografía, como siempre, soltó una perla que a mí me parece maravillosa, y dijo: “mi filmografía se podría resumir básicamente en dos grandes bloques: películas serias y comedias. Cuando me encontraba alegre en la vida, para compensar, hacía películas serias. Y cuando me encontraba triste en la vida, para compensar, hacía comedias. Y quien conozca mi filmografía sabrá que he hecho más comedias que películas serias”.

Sinceramente y sin maldad, me alegro de que Billy Wilder haya hecho más comedias que películas serias…aunque si uno analiza detenidamente sus comedias verá que detrás de las risas, también hay cierto poso de amargura.

Pero también me alegro de que haya tenido momentos alegres en la vida que le hayan permitido afrontar películas como “Sunset Boulevard”, sin morir en el intento. Porque si lo pensáis un poco, os daréis cuenta de la gran envergadura del viaje que afrontó Billy Wilder y de lo convencido para realizarlo que tenía que estar a todos los niveles, también en el anímico. Alguna vez pienso ¿Cómo sería estar en la mente del creador en un momento así, tocando algo nuevo, algo diferente, enfrentándose a si mismo, a lo que le daba de comer. Con egos grandilocuentes por todos lados como Gloria Swanson, Von Stroheim, etc y salir airoso de todo y reforzado?.

Porque realmente “Sunset Boulevard” es una película única e inclasificable y junto con “Fedora” (su continuación), creo que es lo más personal, audaz y sincero que realizó este Austriaco universal. Y sinceramente, creo que tiene hasta tintes filosóficos. Lo que pasa es que, Wilder, los esconde muy bien, porque como bien sabréis, uno de sus mantras era: “si tienes mensaje, mejor mándalo por correo”…el otro era no aburrir…

¿Pero de que habla esta película en sí?, ¿habla de un guionista oportunista?, ¿de una diva venida a menos?, ¿de un negocio que lo tritura todo, y en el que vales lo que vale tu última película?, ¿de la nostalgia?, ¿de aferrarnos a un pasado glorioso y dejar de vivir el presente?, ¿de no querer envejecer?, ¿de los celos?, ¿de un asesinato?…¡que va!, ¡hablando de todo eso, no habla de nada de eso!, ¡habla de nosotros!, ¡habla de todos nosotros, de los que hacemos parte del espectáculo de la vida (como también habló de eso en “El gran carnaval”)!, ¡Habla de la ambición humana que no tiene límites!, ¡habla del egoísmo!, ¡habla de la cultura del consumismo, del usar y tirar, y de utilizar como objetos a las personas en esa cultura!, ¡habla de cómo las personas metidas en esa cultura se convierten en juguetes rotos!, ¡Es como “Eva al desnudo”, pero a lo bestia!.

Y todo eso bajo una atmósfera recargada, como nuestra propia mente. De echo creo que la ambientación, precisamente, es un reflejo de cómo es la mente humana: como la casa de Norma Desmond, y como ella misma. Cargada de objetos inservibles que alguna vez fueron “algo”, pero que ahora no sirven de nada. Sin posibilidad de liberarnos de nuestro pasado, por su propio peso, y por la añoranza de una “Gloria” que ya sólo existe en el recuerdo.

Pero, para mí, lo que hace grande a esta película y a su director, no es la película en sí (que también), si no lo que sucedió el día de su estreno en Hollywood.

Poneros en situación: el estreno de la película en Hollywood, de una película que puede verse como una crítica descarnada del propio Hollywood. Está invitada la creme de la creme Hollywoodiense, entre ellos Louis B. Mayer. Pero, claro, ellos aún no sabían a lo que se iban a enfrentar…Salvo Billy Wilder. Termina la proyección, y hay reacciones encontradas: por un lado, se comenta que Barbara Stanwyck se arrodilló y besó el dobladillo del vestido que lucía para la ocasión Gloria Swanson, y que la película impresionó bastante a la mayoría de la gente. Y por otro lado, que salió gente bastante escocida, entre ellos Louis B. Mayer, una de las personas más poderosas de Hollywood, que a la salida del estreno se cruzó con Billy Wilder, y muy molesto le dijo: “Soy Louis B. Mayer, y usted es un bastardo, ha arrastrado por el lodo a la industria que lo ha convertido a usted en alguien y que le ha dado de comer. ¡Habría que alquitranarlo y emplumarlo y echarlo de la ciudad!”, a lo que Wilder le contestó: “ Y yo soy Billy Wilder, el director, y por mí se puede ir usted a la mierda”.

Esto podría haber sido el final de la prometedora carrera de un gran director…Pero ya se sabe, la “Gloria” favorece a los que la buscan y se arriesgan…y el final de ésta historia ya la conocéis, está escrito en letras de oro en un “Apartamento” y en los Oscar.

Y es que, Billy Wilder, con su película y su actitud en el estreno, no sólo predica, si no que da ejemplo. Porque con su actitud está defendiendo su obra (a riesgo de perderlo todo), contra los que forman parte del pasado, ese pasado que no deja crecer libremente y que siempre se cree “algo” y superior. Y que está fuera…y dentro de nosotros…

P.D.: El carácter de un hombre es su destino…y el pasado, mal llevado, su cárcel.

Saludos

Dura crítica a Hollywood en general, y en particular a su purga de estrellas en el paso del cine mudo al sonoro. Seguramente el mayor cambio que sufrió la industria y al que muchas estrellas no supieron adaptarse, pero a las que tampoco se lo pusieron fácil, quedando relegadas al olvido. Las extravagancias de gente que se creía intocable ya no eran bien vistas en una época mucho más moral. Igualmente, la nueva época también es descrita de forma negativa.

Por un lado tenemos a una antigua estrella del cine mudo, olvidada y recluida en su mansión, delirando sobre su grandeza en un mar de dinero y soledad. Interpretada maravillosamente por Gloria Swanson que fue, así mismo, exactamente eso (una vieja estrella muda olvidada). Por otra parte aparece un joven aspirante a guionista que no termina de encontrar su oportunidad en una industria salvaje, y que se le presenta una oportunidad de oro, aunque bastante triste: dejar de intentarlo y vivir del dinero de una mujer madura que lo mantiene a cambio de “compañía”.

La historia es cruel, amarga y trágica. Habla de sueños inalcanzables y de éxito efímero. De soledad e ilusiones. Del dinero como mayor valor que el amor. Habla de egoísmo y de locura. Del crepúsculo de los dioses.

Hay un buen puñado de diálogos para el recuerdo. Fascinante la mansión congelada en el tiempo, tan opulenta como decadente. Y consta de unas secuencias que quedaron grabadas en la historia del cine, donde destacan especialmente el inicio y el final.

Clásico imperdible.