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El atlas de las nubes

Ciencia ficción. Drama. Romance. Thriller Conjunto de varias historias que se desarrollan en el pasado, el presente y el futuro. Cada una de ellas está contenida en la anterior, y todas están enlazadas entre sí por pequeños detalles. (FILMAFFINITY)
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Críticas 247
Críticas ordenadas por utilidad
10 de julio de 2013
32 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me llamó poderosamente la atención antes de verla porque estaba dirigida por los hermanos Wachowsky, creadores de una de las mayores obras de arte del cine: Matrix. Así que me propuse verla en cuanto tuviera oportunidad; pero quería visionarla sin condiciones ni prejuicios, valorando meramente el contenido y la realización, al margen de los antecedentes de los directores... Y he de decir que no me ha defraudado!

Coincido con el resto de las críticas en que la cinta puede resultar un poco caótica con las 6 historias expuestas a la vez y, además, sin relación aparente. Pero, en mi opinión, el resultado es... ¡magnífico!

Lo bueno de la película es que cada uno la puede interpretar a su manera, ya que se presta a mucha subjetividad. Yo la entiendo como un alegato a la esclavitud, en su amplio sentido de la palabra, ya que cada época va asociada a un tipo de esclavitud en concreto:

Año 1849: Esclavitud pura y dura, entendida como el sometimiento de una raza a otra.
Año 1936: Esclavitud a una relación (amorosa y profesional).
Año 1973: Esclavitud a los intereses de las grandes corporaciones sobre la sociedad.
Año 2012: Esclavitud a las apariencias y al dinero.
Año 2170: Esclavitud al trabajo y a las condiciones laborales.
Año 2300: Esclavitud religiosa.

Aunque ésta es la temática principal, se tocan otros aspectos existenciales como la amistad, el miedo, la familia, las expectativas sobre la vida, el amor, la aventura y la dignidad.

Por si fuera poco, todo este trasfondo argumental está aderezado por una puesta en escena insuperable, con unos efectos visuales, de maquillaje, de vestuario y banda sonora épicos! Si bien ahora no podamos otorgarle la cualidad de obra maestra (los datos de audiencia en todo el mundo así lo atestiguan, tristemente) en un futuro, con perspectiva, quizás sí... Quizás cuando olvidemos la etiqueta de pretenciosa que avala injustamente a este largometraje.
Artificiero
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23 de febrero de 2013
50 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
No perdería un segundo más de mi tiempo con este bodrio, si no fuese porque sería insuficiente mi argumentación para poder dejar aqui reflejado mi estupor. El tiempo es oro y este engendro un delincuente por robarlo. Simplemente decir que ver a tanta estrellaza haciendo el panoli bajo toneladas de maquillaje, me ha resultado descorazonador. Sin entrar en mas detalles decir que si esto es cine y además pretendiendo tener cierta calidad, amigos míos, entonces hemos perdido el Norte, el Sur, el Este y el Oeste.
wronky
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22 de febrero de 2013
28 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
La única manera de innovar es arriesgándose, y esto es lo que han hecho Tom Tykwer y los hermanos Wachowski, Lana y Andy, jugándosela aquí con un producto que puede generar mucha controversia. Otra de esas películas que puedes amar u odiar, uno de esos trabajos que no está hecho para cualquiera, pero que seguro no te dejará indiferente. “El atlas de las nubes” es un extraordinario ejercicio de originalidad y un fascinante despliegue de virtuosismo visual y musical, que recorre pasado, presente y futuro a través de historias diferentes, protagonizadas por un amplio abanico de personajes, en la mayoría de las ocasiones interpretados por los mismos actores. En su primera hora puede llegar a confundir la fusión de escenas de contenido tan distinto, copadas por diálogos con pretensiones filosóficas, pero el transcurso del metraje, como el tiempo en la vida misma, va poniendo todo en su sitio, desembocando todo en un auténtico clímax de sensaciones cuyo mensaje acaba destapándose cual flor abre lenta y suavemente sus pétalos.

“El atlas de las nubes” es también la cartografía de diversos géneros cinematográficos, como drama, acción, thriller, comedia, romance, aventuras, ciencia ficción… Podemos considerar este trabajo como varias películas en una, aunque llegado el punto en el que se descubre el nexo que une sus historias se entiende que las escenas que hasta el momento sólo comprendíamos por separado formen parte de un todo. Con relación a lo dicho, mención especial para el montaje de Alexander Berner (“Resident Evil“, 2002). El trabajo del alemán es impresionante, y fascina no sólo el acierto con el que se ha montado este auténtico puzzle secuencial sino también su capacidad para unir las escenas con constantes demostraciones de maestría. No es difícil que desfile ante nuestros recuerdos otro trabajo de Lana y Andy Wachowski, “Matrix” (1999), por las similitudes de varias historias con una estética vanguardista y un trasfondo casi onírico que sabe transmitirnos el apocalíptico misterio de unos mundos que no parecen nuestros, y que si lo son reflejan todo el daño que hemos producido en ellos.

Con un gran elenco de actores que ejecutan buenas interpretaciones, personalmente destacaría a un fantástico Hugo Weaving (“V de Vendetta“, 2006), y aunque me quedaría con muchos más no quiero convertir esto en el listado de un análisis interpretativo que se me escaparía de las manos, innecesario por extenso. La práctica totalidad del reparto cumple con nota su función. Cada historia tiene la capacidad de contarnos algo muy diferente pero igualmente interesante. Desde el mágico proceso de la composición de una partitura musical, hasta la historia de un amor imposible entre dos hombres en una época llena de prejuicios, pasando por la simpatía de unos ancianos que sólo quieren ser libres, la creación de seres humanos mediante manipulación genética para ser esclavizados, la amistad entre clases y razas muy diferentes para el año en que se desarrolla esa historia, las conspiraciones surgidas en el interior de grandes corporaciones, el estilo de vida tribal de una gente que sólo quiere defender su aldea pero teme al diablo…

Para que se hagan una idea de las sensaciones que puede producir esta película en gran parte de su duración, al sentarme ante la pantalla no hice más que preguntarme cómo narices iba a poder yo escribir sobre “El atlas de las nubes” y no morir en el intento. No sabía por dónde empezar ni de qué hablar, y por dentro me decía “me gustan las historias por separado, pero no encuentro cómo pueden relacionarse entre sí”. La recomendación: dejarse llevar y disfrutar con la calidad de una cinta que se atreve a ofrecer algo nuevo y que finalmente convierte su abstracta complejidad en cordura, aportando un mensaje que precisamente en fechas como la actual, se antoja necesario. La película está acompañada por una gran banda sonora compuesta, en clave preciosista y épica, por Reinhold Heil y Johnny Klimek (ambos responsables del apartado musical de “Deadwood“, 2004-2006) y el propio Tom Tykwer, aunque, siendo fiel a la estructura de la película, ésta sabe sorprender y mezclar partituras muy diferentes en función de la historia en la que aparecen.
Sandro Fiorito
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3 de enero de 2014
24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
La división de la crítica internacional con “El atlas de las nubes”, en cierta medida, nos muestra la ambivalencia de una propuesta capaz de generar debate y devoción bajo un manto de culto, expectación y polémica. Tom Tykwer, Andy Wachowski y Lana Wachowski han generado un conjunto que alberga la síntesis de lo increíble y lo provocativo, de la emoción y el mero desconcierto cimentando toda su estructura en la ambición y la repudia implícita de toda monumental obra. ¿No es así como divisamos la vida? ¿Cómo algo absurdo y carente de sentido que a veces queda engrandecido por su matemática coherencia y montaje interno al mismo tiempo que es sumergido en el absoluto caos? El juego de historias cruzadas en distintas épocas (y épicas) cubiertas de kilos de criticable maquillaje nos deja ciertas constantes y evolución en los personajes que va interpretando Tom Hanks. El bien (Halle Berry, Jim Sturgess, Doona Bae, Ben Whishaw) y el mal (Hugo Weaving, Hugh Grant) permanecen como inmutables elementos mientras que Hanks alberga la evolución del alma humana hasta convertirse en el más sabio de la tribu detrás de sus innumerables vivencias y errores bajo su epidermis existencial y pecados pasados.

Jim Broadbent y Susan Sarandon podrían ser los comodines de esa dramaturgia que forma la vida: a veces mística, otras divertida y, finalmente, esperanzadora. Es cierto que todo espectador conoce de memoria los argumentos explorados y repetidos por el “El atlas de las nubes” más allá de esa conexión kármica y cósmica. El poder corrompe y somete al ser humano bajo el mandato de su esclavitud y servilismo, impidiéndole escapar del sistema impuesto y prisión en vida. Pero esa re-implantación y reincidente estructura sirve —más allá de la ostentación montaje de Alexander Berner, la fotografía de Frank Griebe o un cuidadísimo diseño de producción y vestuario— para trazar una hábil circunferencia entre el ciclo vital y el ridículo del cualquier pretensión de exuberancia y heroica. Como esa sinfonía que da sentido a la obra y al mismo tiempo sienta un código sobre la invariabilidad como escenario (el ‘mapa’ de las nubes) como observadores de los intentos de variación del ser humano sin conseguir escapar de la misma premisa, rol, nudo y desenlace. ¿Nuestra historia ya está escrita desde que nacemos o somos capaces de alcanzar una redención? La moraleja del cuento imprimado por Tykwer y Wachowski es que únicamente traspasando ese ‘atlas’ que rodea al mundo y ser los observadores desde de la distancia, cambiaremos y alteraremos los roles del destino y la impuesta condena. Ni tan visionaria ni tan controvertida, simplemente la propuesta se reduce a atravesar la superficial aureola de new age y dejarse caer en su espiral de profundidad de la esencia y alma de la película.

Más allá del zen de “La fuente de la vida”, la intención en moldear géneros en una suma de presente, pasado y futuro cuyo resultado es una propuesta tan pretenciosa y ambiciosa como argumental y estructuralmente reivindicable. Su esquema, construido sobre diferentes piezas, hace que el tiempo nos parezca lineal y consecuente con una aplastante lógica aprisionada interior. Tanto Tykwer como los Wachowski no paran de enfatizar la constante alada y espiritual de su pieza maestra sobre esa inmutable verdad y razón de nuestra existencia: el planeta y nebuloso que forma un karma con sus habitantes desde que la civilización comenzó a florecer industrialmente a partir del Siglo XIX hasta el destino velado de la humanidad en pleno Siglo XXIV. Más allá de espejismos, misterios y enigmas considero que “El atlas de las nubes” es un reflejo de ese modelo socioeconómico que es el capitalismo cimentando sobre las dos historias de amor y de la lucha del individuo frente al sistema que protagonizan Jim Sturgess y Doona Bae, a modo de bisagra de toda la obra. Desde 1849, la fiebre del oro y el traslado de esclavos a través de los océanos comienza a emerger el capitalismo hasta que en 2144 el sistema de sociedad plasma la liberalización del mismo sometiendo a su voluntad y a las falsas esperanzas de albedrío al individuo. La historia de 2321 en una tierra posapocalíptica y post-revolucionaria ejerce como pre-epílogo a la leyenda de toda la acumulada historia tras su articulación y gozne: el alma humana ha evolucionado y hemos atravesado el atlas de las nubes para ser ahora los testigos de un nuevo mundo sin el mal y todos los oscuros estigmas que dejamos atrás. Todo fue nada más que un simple cuento e idealización de las vivencias propias y pasadas como página y nota final de una misma canción que seguirá resonando por toda la eternidad.
Maldito Bastardo
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28 de diciembre de 2012
40 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo largo de mi vida he perdido a muchas de las personas a las que amo, y durante muchas etapas de la misma me he obsesionado sobre lo que sucede cuando exhalamos nuestro último aliento.
A lo largo de mi vida he sentido que debía conocer a algunas personas, sentía como serian y como me harían sentir. Y después de encontrar a algunas tengo la esperanza de volver a verlas en otra vida ahora que muchas de ellas ya no están a mi lado.
Tengo la esperanza de que muchos sueños que te hacen despertar con lagrimas en los ojos sean hermosos recuerdos de vidas pasadas y las pesadillas algunos que nuestra mente distorsiona por lo dolorosos que resultan.
La vida esta llena de señales de lo que fuimos y podemos llegar a ser, en esta vida o en cualquier otra. Son señales etéreas, minúsculas. Como presentimientos, deja vu, o los ya mencionados sueños. Sensaciones que yo hacia tiempo que no sentía. Y esta película me lo ha recordado. Me ha recordado que por mucho que la muerte o la pena se lleve de nuestro lado a gente a la que queremos, tal vez y solo tal vez podamos volver a verlos algún día; en esta vida... o en cualquier otra.
Lo mejor y lo peor en Spoiler. Un saludo
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose Rivas
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