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El juego de Ender

Ciencia ficción. Bélico. Acción Setenta años después de una guerra entre seres humanos y extraterrestres, un niño es enviado a una escuela militar espacial con el fin de prepararlo para una futura invasión. Adaptación de la popular novela de ciencia-ficción de Orson Scott Card.
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Críticas 167
Críticas ordenadas por utilidad
18 de febrero de 2022
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Adaptar el libro de Orson Scott Card con rigor y criterio es muy dificil, sobretodo porque se adapta el cuarto libro de una saga y no se introduce al espectador en la trama. No sabes a qué viene la guerra, ni porqué la hacen niños, ni nada de la historia previa que haría de la película una historia mucho más creíble. Ambientación fantástica, ejecución impecable, bien dirigida y con actores creíbles ( quizás Harrison Ford sea el menos creíble), carece por contra de la profundidad de la historia real del libro. Para los amantes del cine de ciencia ficción, es una película muy buena y fácil de ver si no piensas demasiado en la historia. Frase para recordar: "Si alguno de vosotros cree tener una idea mejor que la mía, quiero oírla. No estoy dispuesto a ser el único que piense en este grupo"
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Albert
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22 de enero de 2023
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Otra película que iba para saga y se quedó por el camino aunque, en este caso, dejando a poca gente con ganas de más. Hasta yo, con mi fobia a las cosas que se quedan abiertas o inacabadas, puedo entender la cancelación de una franquicia con un gran potencial argumental y un presupuesto acorde a sus ambiciones que se ven dilapidados por una ejecución carente de intensidad y energía. Y es que aunque “El juego de Ender” me parece entretenida y vistosa, me resulta poco trabajada en el sentido de intentar ofrecer un espectáculo a un público que, al menos en mi caso, necesita dos o tres visionados (y alguna que otra búsqueda de aclaraciones en Google) para aceptar sus premisas y entender la historia en todo su esplendor.

Después de muchas vueltas, las sensaciones que me deja “El juego de Ender” es que sus problemas estructurales proceden de una adaptación de las novelas de Orson Scott Card por parte de unos guionistas que nunca llegaron a entender de qué iba la cosa y de una realización con ideas no mucho más claras y sin la personalidad como para detener el rodaje hasta no aclarar el argumento y alinear a todos los trabajadores en él. Empezando por un reparto totalmente descolocado que no se cree lo que hace ni lo que dice, especialmente en los veteranos con el culo pelado como Harrison Ford, a los que se nota muchísimo que no saben qué pintan ahí. El matiz es importante: tienen más cara de «ojalá entendiera por qué tengo que decir tal cosa» que de «quién me mandaría meterme en esto», lo que refuerza que el proyecto era viable pero se torció por prisas o incompetencia.

Y se tuerce casi desde el principio, cuando la producción se muestra incapaz de consolidar lo que es la idea central de la película: un Estado Mayor de la defensa terrestre a cargo de niños soldado. La verdad es que no es una idea fácil de vender sin que parezca que “El juego de Ender” quiere hacer una película de lucha contra los marcianos con un target infantil, pero la película plantea una explicación muy convincente que debería conducir a un escenario comercialmente perfecto, con un producto adulto que guste a niños. Sin embargo, es tal la torpeza de la realización, que desarrolla los conceptos con una pobreza narrativa que los deja en que «los niños son los jefes y chimpún».

Las cosas parecen fluir mejor en el segundo acto, el adiestramiento en la academia espacial, donde los efectos especiales hacen su magia y adornan una historia con los convencionalismos habituales de niño brillante marginado que tiene que ganarse a sus amigos, amistades y enemistades juveniles y algún que otro flirteo en gravedad cero. Lo malo es que lo que Gavin Hood y sus guionistas tomaron por un Harry Potter espacial, debería de haber servido para sembrar las semillas argumentales que convertirían los dos giros finales del desenlace en dos sorpresas explosivas y, desgraciadamente, dejan al espectador con cara de acelga por lo que parecen dos anticlímax concatenados. Como digo, la cosa mejor si la ves otra vez y te fijas en las pistas que, por suerte pero al parecer involuntariamente, realmente sí fue dejando desperdigadas el guion (y que la dirección no se preocupó de resaltar) y que aportan luz al controvertido final. No es que le devuelvan el brillo que merecía, pero al menos todo cobra sentido.

Es imposible negarle su potencial a una película que con todos sus defectos y a pesar de su esfuerzo por ahuyentar espectadores, atrapa por lo que se puede intuir de su argumento y su puesta en escena. “El juego de Ender” es vistosa, entretenida y, con un poco de paciencia, más comprensible de lo que Hood se esforzó en lograr. Un sobresaliente… en potencia. Desgraciadamente, no la dejaron brillar.
OsitoF
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9 de noviembre de 2013
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que hemos sido aficionados a la ciencia ficción de toda la vida, no solo la cosumimos en cine o televisión. También la consumimos en cómics, en música...y por supuesto en libros. Desde Asimov hasta Henlein, pasando por Orwell, Bradbury o Huxley, han sido muchos los autores que han planteados utopías y ucronías de la humanidad, que nos hacían meditar profundamente de dónde venimos, donde estamos y lo que es más importante, hacia dónde vamos. A mediados de los ochenta del pasado siglo un escritor llamado Orson Scott Card ganó los dos premios más importantes del mundo de la literatura de ciencia ficción, el Nébula y el Hugo, con una novela que planteaba un desalentador porvenir para la humanidad, en la que tras una invasión extraterrestre, el ejército se dedica a preparar a soldados invencibles que puedan contrarrestar un contra ataque alienígena. Los mejor dotados para luchar a través de complejos ordenadores son precisamente los niños, que arrancados de su inocencia, tendrán que convertirse en avezados estrategas y guerreros sin piedad contra los invasores.

Científicamente, este planteamiento tiene muchos visos de realidad, ya que la mayor plasticidad de la mente humana está en la niñez, con una capacidad de aprendizaje e improvisación mucho mayor que las de cualquier adulto. Estoy seguro que tenemos hijos, sobrinos, primos o algún hijo de familiar que domina cualquier tipo de tecnología de vanguardia (desde consolas de videojuegos, hasta programación de ordenadores) con una naturalidad que ni un ingeniero de telecomunicaciones tendría después de hacer un máster. Sentadas, pues, las bases de esta fantasía de ciencia ficción, el film va mucho más allá de lo que pudiera pensarse, ya que no es sólo una historia de extraterrestres malvados que vienen a invadir la tierra, y de navecitas volando pegando tiros -que las hay, y en cantidad-; en realidad de lo que estamos hablando es de un chico de 12 años, Ender Wiggins, que tras ser reclutado por la flota internacional tiene todas las características para convertirse en el gran líder militar y estratega supremo que pueda acabar con la amenaza extraterrestre.

Si tienes alguna duda entre si ver esta película en cine, o esperar a que la saquen en Blu-Ray, ya te digo que no te lo pienses: hay que verla en cine. Todo es de una espectacularidad realmente impresionante, dejando las batallas estelares de "Star Wars", "Star Trek", o cualquier otra película de ciencia ficción a la altura del betún. Madre del amor hermoso, qué barbaridad de naves, de drones, de cañones de partículas, de transportes interestelares, de planetas...una barbaridad, excesiva si estuviera falta de contenido, pero deslumbrante al tener un respaldo argumental de la solidez de la historia, en la que Ender no solo tendrá que luchar contra el enemigo, sino que tendrá que hacerlo consigo mismo para sobreponerse a sus propias emociones y sentimientos para convertirse en el luchador que todos esperan que sea, desde su propia familia -que ya ha "fallado" entrenando a sus dos primeros hijos- hasta todo el alto mando de la flota internacional, que tiene depositado en el niño todas sus esperanzas.

El proceso de entrenamiento de Ender es tan fascinante visual como argumentalmente, viajando al fondo mismo de la mente del protagonista para ver cómo va madurando y evolucionando sobre sí mismo. Es justo reconocer que el film no tiene el calado ni la profundidad del texto original, pero siendo una adaptación que ha apostado por lo fácil -o sea, la comercialidad- es un film de ciencia ficción de lo más digno, alejado de muchas fanfarrias digitales de Hollywood que no aportan prácticamente nada al género. En este sentido, hay que reconocer el trabajo de Gavin Hood, director y guionista del film, que desde el primer momento ha tomado las riendas del proyecto demostrando que puede hacer un film comercial con alma. Sus anteriores trabajos de fuertes implicaciones sociales y políticas como "Expediente Anwar" y sobre todo "Tsotsi" han demostrado con creces que el surafricano tiene sobrada capacidad para realizar cine de autor, y con su anterior film "Xmen-Origenes: Lobezno" se logró una cierta credibilidad comercial en las estructuras del Hollywood actual, cosa que le ha ayudado bastante a afrontar éste su último film, que tiene buena parte de esos dos mundos, tanto una reflexión sobre la motivación humana y la justificación para conseguir un fin, por encima de cualquier cosa, como una sobrecogedora fanfarria de efectos visuales que deja a "Independence Day" como si fuera un videojuego barato de hace 20 años.

Pero por si faltara poco, en el film el Coronel que entrena a los soldados no es nada más y nada menos que el mismísimo Han Solo, o Indiana Jones, esto es, un Harrison Ford al que, aunque empiecen a notársele los años más de lo recomendable, sigue conservando intacto su carisma ante la cámara. Ben Kingsley también está presente con un papel de importancia capital en la historia, y su interpretación -recordemos, ganador de un Oscar...- no solo está a la altura, sino que supera con creces todo lo que le rodea. Hood, ha conseguido acrisolar todos estos recursos para lograr una cinta balanceada, entretenida, y con un protagonista que encaja a la perfección en el personaje, tan atormentado como febrilmente interesado en conseguir todo aquello que sus dos anteriores hermanos no pudieron hacer.

Realmente, es un título muy recomendable, ya que como juguetito audiovisual funciona a la perfección, pero también como prospección sobre una humanidad que sería capaz de hacer literalmente lo que hiciera falta para sobrevivir, pasando por encima de cualquier condicionante ético que se pueda poner como obstáculo, con un mensaje que hemos visto en infinidad de ocasiones, y que parece estar presente en buena parte de la historia de la humanidad: el fin justifica los medios.
Federico_Casado
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10 de noviembre de 2013
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues esta peli es exactamente como esperaba, como adaptación es bastante mala (normal si dura 1 hora y pico). Como peli me ha gustado pero... viniendo de donde viene, trama iba a tener. Con algo más de ganas se podría haber adaptado bien y no publicar este desborde de información donde se cambia y se mezcla todo. Y si dura mucho, se acorta luego y se le hace una extended version (¿o no?).

Ojalá no se les ocurra hacer "La voz de los muertos" porque masacrarían a esa joya de la literatura.

Nota: 1/10 || Sorry, me ha gustado, pero podría haber sido miles de veces mejor.

Por cierto banda sonora muy cutre.

Para más detalle hay spoilers abajo pero yo creo que es leible.
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Miro Ribeira
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10 de noviembre de 2013
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡A Dios pongo por testigo: mientras que Ender no lleve el prefijo Fassb no pienso volver a ver ninguno de sus juegos! ¿Se dan cuenta? Como la ciencia ficción no acaba de producir en mí sensaciones distintas al aburrimiento y el hastío, creo que me proyecto astralmente y mi alma vuela libre hacia Michael, merced a la alegría y satisfacción que su solo nombre me provoca, mientras mi cuerpo permanece, cada vez más abatido, castigado en la oscuridad de la sala.

Esta película es totalmente IN: in-soportable, in-fame e in-fumable.

¡Una completa mamarrachez!

Un crio memo y gritón, que tan pronto te pone ojitos como de los nervios, ¿salvando al mundo? Pues que quieren que les diga, si el mundo ha llegado a un punto en el que su existencia depende de este enclenque e irritante adolescente, tal vez haya llegado el momento de aceptar su aniquilación.

Harrison Ford y Ben Kingsley deben haber cobrado un pastón que les haya compensado el hacer de secundarios de tamaño cantamañanas (aunque Ben fue más listo que Harrrison porque, para evitar que se percibiera en pantalla el rubor originado por la vergüenza ajena que le producía la historia y la interpretación del chaval en cuestión, exigió salir con el rostro decorado como un maorí).

Unos “juegos de guerra” mucho menos novedosos que los originales rodados en 1983. Ni siquiera a los niños de la edad de mi sobrina, 12 y 13 años, creo que les vaya a gusta porque, al pertenecer a la que yo denomino “generación consola” (aprendieron a manejar los mandos de la PSP o la Nintendo antes que a hablar), están acostumbrados a cargarse zombis y pandilleros desde antes de salirle los dientes, por lo que disparar a simples bolas de luz les va a parecer cosa de bebés.

Mención aparte merece la cargante música que nos acompaña durante las dos laaaaargas horas en un intento inútil de dotar a este “campamento de verano” espacial de un aura épica, algo en lo que, desde luego, fracasa estrepitosamente.

Durante toda la pelicula deseas que el niñato de las narices se quede perdido en el espacio y nunca pueda regresar a la Tierra así evitaremos posibles secuelas de tan lamentable historia.

¡Majo, tanta paz lleves como descanso dejas!

Lo único gracioso es que el otro capitancillo, el chulo duchas carcelario, al que llaman Gonzo, es igualito que el personaje de los Muppets, aunque con peor leche.

¡Ya no me parece tan mala la peli de la tía que flota!
MAFALDA
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