La ladrona de libros

Nos encontramos a finales de los años 30 y principios de los 40, en plena guerra nazi.
Nos hace reflexionar sobre la amistad, la supervivencia y el amor hacia los otros, el amor de una madre hacia sus hijos, el amor entre hermanos, entre amigos e incluso entre desconocidos. El valor de la amistad cuando es verdadera que no entiende ni de razas ni de ideas.
Nos cuenta la historia de una niña abandonada por su madre, adoptada por una familia un tanto especial y el día a día de ella y los personajes que se encuentra. Sus ganas de aprender a leer y a escribir que la llevan a robar esos libros que tanto la ayudan.
Esta película os la recomiendo muchísimo por su trama y por la manera en que te hace pensar en los diferentes valores.

Contando que no me he leído el libro puedo decir que me pareció una película bastante buena y con un buen ritmo.
Buenos escenarios y buen argumento.

“La ladrona de libros” es una cinta que aborda un tema decididamente trascendente y de calado en el espectador, pero en la que yo me he quedado igual antes que después de verla, vacío.
La película de Brian Percival circula en la línea de films como “El niño con el pijama de rayas” (Mark Herman, 2008) e incluso, salvando las distancias, “El laberinto del fauno” (Guillermo del Toro, 2006); películas que abordan importantes conflictos históricos pero incluyendo elementos que las hagan ser diferentes a lo ya visto mil veces. En el caso de “La ladrona de libros” ese elemento brilla por su ausencia, y esa carencia termina convirtiendo al film en la enésima película sobre la segunda guerra mundial que desfila sin pena ni gloria ante mis ojos, no dejará ningún tipo de poso en el espectador. La película no ofrece nada nuevo o llamativo, es una colección de lugares comunes bastante monótona. La protagonista de la historia atiende a un sobrenombre que tiene entre ninguna y muy poca trascendencia en la trama, algo que a la postre debería haber sido el elemento diferenciador respecto a otros films de esta temática.
Además de la bienintencionada, aunque poco efectiva protagonista del film, circulan por “La ladrona de libros” Geoffrey Rush y Emily Watson, dos solventes veteranos curtidos en mil batallas a los que se los nota demasiado que actúan con el piloto automático encendido.
En “La ladrona de libros” se atisba mucho más esmero en la puesta en escena que en lo meramente narrativo. La recreación de una Alemania post y pre segunda guerra mundial es bastante destacable, y no podemos olvidarnos de la soberbia banda sonora del maestro John Williams.
Al final “La ladrona de libros” es más de lo mismo, un drama fácil de consumir y más fácil aun de olvidar. En general a la película le falta un gancho que atraiga al público más joven, que es al que supongo que iba destinada la historia, aunque por el camino es posible que tampoco consiga enganchar demasiado al público adulto.

Una película hecha para arrasar en los premios de todo el mundo en la temporada de su año, en los habidos y por haber, un film fabricado para arrancar lágrimas a cualquier ingenuo que entrara en la sala o que la alquilara en el vídeo club de su barrio o que la viera en las plataformas digitales legales o menos legales.
Una de esas historias que quieren ser más grandes que la propia vida, de esas que están basadas en uno de esos libros que se convierten en best sellers y en los que afloran todos los sentimientos, buenos y malos que son propios del ser humano; todo ello aderezado (es un decir) con uno de esos contextos que asfixian, aprisionan y aplastan a los protagonistas para acentuar ese clima trágico que debe tener toda producción de este tipo que se precie.
Una puesta en escena clásica, sin muchos aspavientos ni muchos riesgos ni innovaciones con algunas escenas espectaculares, eso sí. Cae en algunos de los tópicos típicos que restan credibilidad: los malos son malísimos y los buenos, buenísimos; pero en este tipo de films, las cosas deben ser así para clarificar el mensaje.
Como no puede ser menos, al final, una catástrofe separa a los protagonistas en un desenlace en el que no falta el dolor, la muerte, la tragedia pero al final, con su halo de esperanza.

Es una película decente pero no tiene el drama tan intenso que caracteriza este tipo de películas. Si estas comenzando en esta temática te gustará, pero no se compara con obras como la Lista de Schindler, El Pianista o La vida es Bella.