Mi vecino Totoro

Una de las obras maestras de la animación, un canto a vivir la infancia tal y como debería ser -inocente y despreocupada- incluso lidiando con problemas que los niños no deberían de pasar, como la enfermedad de la madre de las protagonistas. Su estética y personajes están tan cuidados y mimados como es habitual del Studio Ghibli, y el ritmo lento de la película -que puede resultar tedioso para algunos- te permite disfrutar al máximo de las escenografías y sus maravillosos detalles.
Tierna, preciosa, encantadora; una oda no sólo a la infancia y al positivismo, también a la naturaleza, con unos protagonistas inolvidables, sobre todo Totoro, un gigante achuchable y bondadoso. Cuando terminé la película me dolían las mejillas de sonreír. Muy recomendada.

Mi vecino Totoro suponía una cuenta pendiente en el historial de películas no vistas de Hayao Miyazaki. Tras muchos intentos realizados para verla -no por no tener excitación de verla, sino por falta de tiempo-, me decanté a finales de 2021 por verla.

Tras haber visto, prácticamente, toda la filmografía de Hayao Miyazaki, Mi vecino Totoro vuelve a recoger la magia a la que nos tiene acostumbrado el artista japonés. Una historia dirigida para niños, pero que no deja a nadie indiferente.

Miyazaki vuelve a deleitarnos con una historia breve, mágica, visualmente extraordinaria -de la mano de estudio Ghibli no se espera otra cosa-, donde la historia pese a poder ser simple para algunas personas, aporta una gran carga emotiva, mezclando el surrealismo con la fantasía.

Otra vez, Hayao Miyazaki vuelve a hacerme reír. Vuelve a emocionarme con sus personajes y con el desarrollo de su historia. Vuelve a dejar en mí ese recuerdo que nunca se desvanecerá tras ver una película suya. Vuelve a dejar grabado en mi retina su majestuosidad y la belleza de su lienzo.

Vuelve y volverá, gracias Miyazaki San.

YM.

He vuelto a ver... Mi Vecino Totoro (Netflix)...
https://www.filmaffinity.com/es/film646631.html

Un 7. Es muy bonita, pero hoy ha perdido un punto, porque no he tenido la cabeza para gritos, y parece ser que los niños no son niños si no gritan... Al menos en los dibujos japoneses.

Es una historia especial... Especialmente porque se especializa en ir a salto te mata. La historia no es lineal, sino que va de aquí para allá, dependiendo del momento.

Dos niñas llegan con su padre a su nueva casa en el campo, mientras su madre se recupera, en el hospital, de una enfermedad. Y pasan un buen lote de cosas mágicas, que explican, por ejemplo, de dónde procede el viento... Deliciosa.

No me caracterizo por ser una persona terca…le acabo de preguntar a mi mejor amiga y me dijo que soy terco. Ustedes lo pueden comprobar con esta crítica que voy a escribir. No convencido del todo de que el animé o al menos las películas del estudio Ghibli no son para mí, me aventuré a ver este film, uno de los más enaltecidos por la crítica y los fanáticos. Es el que más me gusto de los que vi hasta ahora, y probablemente sea el último que vea. No podría confirmarlo.

No es una historia muy rebuscada, ni súper elaborada, es un film simple. Lo que sí me gustó es que parece ir para un lado, y termina yendo para otro. Sinceramente no sabía que esperar del film, hice el intento de dejarme sorprender por una historia de seres extraños que viven en el bosque y unos bichitos negros. Ahí creo que radica lo lindo del film, mostrarte un camino por donde parece ir, pero luego te dice, mejor vamos para allá.

Es que estas dos hermanitas pequeñas viven la vida con una felicidad que no parece real. Su madre está enferma, su padre quiere que vivan una vida lo más normal posible. Otra cosa que me gustó, es cómo el padre no descarta nada de lo que dicen sus hijas. Es decir, no les dice “los fantasmas no existen” sino que las incita a creer en ellos, a jugar, jamás les dice “no, eso no”. Algo que quizás es necesario para los niños, dejarles que investiguen, que crean en lo imposible. Ese es un lindo mensaje para los adultos.

Quizás si la hubiese visto de más pequeño me hubiese fascinado, hubiese querido ir a buscar a mi propio Totoro, esperar que venga ese gatobus a buscarme y llevarme por ahí. Creer en los bichitos negros. No es un film apuntado a un público adulto, tiene situaciones que nos pueden agradar a nosotros, pero los que la más la van a disfrutar son los pequeños.

La animación es típica de Hayao Miyazaki, del estudio Ghibli. Es muy hermosa cómo en cada película que han hecho. Sinceramente quizás esta sea mi última película del estudio, no logro conectar con ellas, y por supuesto que recibo hate por parte de los fanáticos. Es que vivimos en un mundo que si no opinamos igual, somos lo peor. Por suerte existen estas películas que nos invitan a un mundo de fantasía, un realismo mágico que nada tiene que ver con los humanos y lo horrible que podemos ser.

Mi recomendación: Hermosa película para ver en familia, disfrutar del realismo mágico.

Mi puntuación: 7/10

La historia que se cuenta en esta película es tierna e inocente, esperaba que fuera dirigida para un público más adulto, como muchas otras películas de animación. Leo mucha comparación con El Castillo Ambulante y El viaje de Chihiro. He visto la primera, y no me parece justo valorar las películas en comparación con otras, sino cada una por sí misma.

Estas dos que he comentado están dirigidas a un público no tan infantil, cosa que contrasta con Mi vecino Totoro. Esto no significa que sean mejores o peores, simplemente la historia de Totoro y la familia es más simple e infantil que las otras, pero es igualmente disfrutable por su ternura y otras virtudes que las otras dos no tienen.

Sin ir más lejos, El Castillo Ambulante no me terminó de gustar porque se da por hecho que todos conocemos la historia con anterioridad, y a mí me faltó mucho contexto. Para ser justos, deberían compararse todas las cosas, no solo las que benefician la opinión de cada uno.