La víctima perfecta

Y si nos ponemos quisquillosos (y aquí vienen spoilers): ¿ a quién se le ocurre irse a dormir después de beber vino y sin lavarse los dientes? ¿estamos ante una doctora que se salta los principios básicos de salud e higiene? ¿por qué Swank es la única neoyorkina que tiene un despertador que tras sonar unos minutos no se para? ¿por qué duerme con las persianas abiertas? ¿y cuándo duerme su vecino? ¿por qué su ex novio se da cuenta del 'pastel' a los dos segundos y ella, que vive allí durante semanas, no se percata de nada? ¿por qué cuando se baña el agua parece más blanco que azul? ¿no se le ocurrió preguntar a su casero de dónde había sacado su número de teléfono para ofrecerle el piso? ¿por qué el malo del film no se dio cuenta de que la inquilina había instalado una cámara en su casa si se pasaba todo el día viéndola por sus mirillas ocultas? No necesitan más pruebas para no verla.

Señores Antti Jokinen y Robert Orr han conseguido ustedes hacer una película con un argumento genial, el perfecto para limpiarse el culo.

He visto algunas críticas por aquí, que puntúan con más de un 3 esta película, sólo caben dos razones, la primera que estén sobrevaloradas dichas puntuaciones y la segunda que hayan dejado votar a los familiares del director en esta página web.

Empezamos;

Al principio comienzo a ver confuso este espectáculo cinematográfico, pensaba que Hilary Swank ya había muerto en Million Dolar Baby, pero no, aquí comienza el misterio… y aquí también está su verdadero fallecimiento como actriz, metafórica y literalmente, como se quiera, a elección.

Un argumento que se centra en beber litros y litros de vino, un malo muy malo con anestésicos de ópio para dar y tomar. Sólo aparecen 5 personajes en esta historia de terror-psicológico-miedoquetecagas y es más que suficiente, este bodrio dura 88 minutos, con más personajes hubiera durado más y cundido el pánico entre el público (durante el visionado varias personas se fueron del cine, afectadas, consternadas...)

Respecto al doble de Javier Bardem ( Jeffrey Dean Morgan), un papel sublime, eso si que hay que decirlo, con esto se coronaría si los Oscars no estuvieran tan lejos, esta película debería de optar a mejor fotografía en escena, ya que sale el puente de Brooklyn unas catorce veces desde diferentes perspectivas y a la mejor banda sonora, que aunque no la oyes debe de estar ahi..

Luego está la aparición del típico ex de Hilary que no acaba muy bien, la verdad, no sabe si salir o no del armario. El viejo que te deja con la incertidumbre de saber si muere o no (estos son los típicos cabos sueltos que dejan los guionistas para rodar una segunda parte)
Y la típica negra, que seguramente sea una colaboradora del atrezo del siniestro decorado y acabe llevandose el globo de Oro a la mejor actriz secundaria extranjera. Un montaje fabuloso, por cierto.

Destacar dos grandes escenas, la primera la del cepillo de dientes eléctrico, un miedo, un malestar, un pálpito en el pecho indescriptible…
y la segunda la chupada de dedos, así, tal cual, chupada de dedos, sublime.

En definitiva, una película mejorable, si se hubiera rodado en 3D para verla aquí en 4D o 5D, no voy a contar el final, pero a más de uno le falta un tornillo si piensa gastarse dinero en ver esto, y a más de otro, en la película, le sobra un clavo en la cabeza…

Sveikinimai.