El escándalo de Larry Flynt

EL ESCANDALO DE LARRY FLYNT, es, en principio, un excelente proyecto industrial. Basado en las andanzas de un editor transgresor y desvergonzado, Larry Flynt, creador de un emporio editorial de revistas pseudo-porno en papel couché, el filme requería un tratamiento exquisito e inteligente para poder convertirse en un gran éxito de taquilla que hiciera rentable una inversión multimillonaria. La popularidad de Flynt era y es inmensa en Estados Unidos y levanta aún las más apasionadas controversias en esa sociedad, extraña mezcolanza de puritanismo provinciano y de las más sanas libertades. Ese personaje real y en activo, merecía, por supuesto, un filme, un superfilme, diría yo, tan provocativo y transgresor como el propio personaje que lo inspira.

Desde un reparto cuidadosamente diseñado, Woody Harrelson, aporta credibilidad a la figura de Larry Flynt. Couttney Love encaja con soltura en ese personaje errático sin anclaje, que encuentra en Larry la culminación a sus necesidades emocionales. Edward Norton apuntaba maneras.

Existe potencial en la historia, pero su desarrollo aunque interesante no resulta incisivo; incluso podría decirse que en algunos tramos se ofrece disperso.

Mantiene momentos eficaces, aunque en un gran número de secuencias, falla esa introspección, que hubiera sido tan necesaria para la amalgama del conjunto.

La he valorado con un 6 generoso.

JENNA HAZE, ALEXIS TEXAS, SASHA GREY, HANNA HILTON, EVA ANGELINO, TAYLOR VIXEN, NAUTICA THORN, SHAY LAREN, NYOMI MARCELLA, LEXI BELLA.

Hagamos el amor, no la Guerra. Tal parece que esta frase causa polémica. Y una verdadera lucha de intereses políticos. En un país prototipo de los valores familiares. Y que decir de los asesinos seriales que se dan en maceta en el mismo país. Escorias de la sociedad solamente dirían algunos. Ya en tiempos de lo romanos, las bacanales eran legendarias. Pero, el imperio romano contralaba el mundo. Por que habían de sacar sus trapos al sol. Si para dominar derramaba sangre. No intento decir que es lo bueno y lo malo. Todo es relativo. La historia la escriben los vencedores.
Asesinar es ilegal. Pero si haces una foto de alguien matando, saldrás en todas las portadas y quizá ganes el premio “Pulitzer”. Sin embargo el sexo es legal, todo el mundo lo hace, son instintos que dios nos dio. Has una foto de dos persona practicando el sexo o una foto del cuerpo de una mujer desnuda y vas a la cárcel. Los pechos y las vaginas son obscenos. No se quejen contra nadie, sino contra dios, quien los creo. Y aunque alguien dice no criticar al prójimo antes que así mismo, critiquen perros. El material sexual corrompe a la juventud, pero si van a la guerra a derramar entrañas como ovejas que creen ser hombres, en guerras sacrílegas espantosas. Es heroico, ser violento y genocida en nombre de la humanidad. Los tiempos cambian, y los tabúes siguen. Hagamos el amor no la guerra.

Es dificil de pensar que una vida tan variada y fuera de lo común como la de Larry Flint acabe dando lugar a una película que no alcanza a entretener. Juega la única baza de presentar el lado histriónico del personaje y de tanto hacerlo acaba por cansar y aburrir, cuando sin duda se trata de una persona con muchas más facetas que hubieran podido dar otra historia muy diferente.

El tema de los biopicos es que depende muchísimo su interés del interés que despierte en el espectador el personaje cuya vida se cuenta. A mí en este caso es que me importa la vida del tipo este casi tanto como me interesa el nivel de azúcar en sangre de Belén Esteban. Me parece un personaje excéntrico, histriónico, bastante gilipollas y completamente vacuo; y no por dedicarse al negocio del sexo, ni mucho menos, que estoy segura de que debe de ser un negocio la mar de interesante, sino porque el tipo es un perfecto imbécil con suerte, simplemente.

Más me jode todavía que se pretenda usar a este personajillo como coartada para hablar de la libertad de prensa y de los derechos civiles. El problema está en que no se sabe quién es más imbécil, si el tío en cuestión o la panda de hipócritas descerebrados que van a por él y le juzgan. Es una película en la que es difícil ponerse de parte de nadie porque se van superando unos a otros en un contínuo crescendo de memez, ridiculez y esperpento.

El atractivo de la película reside básicamente en el montón de tías buenas que salen casi en pelotas, que harán las delicias de los señores, que ya sabemos que son visualmente harto susceptibles, y de las damas aficionadas al bollerismo. También si tienes un punto marujil, que yo lo tengo y bastante acentuado, te gustará por el tema moda, peinados y demás. Hay que reconocer que la peluquería, el vestuario y las caracterizaciones están muy conseguidas, las cosas como son. Y si eres fan de la moda setentera ese aspecto de la peli te encantará. De hecho, es que a mí me hizo olvidarme por completo de la trama, tan embebida estaba en mi fascinación por los trapos. Lo que yo disfruto cuando una peli me saca mi vena más maruja a tope no lo sabe nadie.

En cuanto al protagonista, a mí personalmente Woody Harrelson es un actor que no me dice nada. Vamos, me dice todavía menos que el personaje de Harry Flynt, que ya es decir poco. No entiendo ni una sola de las alabanzas por su interpretación, me parece que he leído que incluso lo nominaron al Oscar... En fin, un motivo más que me apunto para seguir depreciando el mítico premio. Cada vez estoy más convencida de que una nominación al Oscar es un verdadero insulto para un actor; y ya si se lo conceden, es directamente un ominoso lapo en plena faz. Lo peor.