Hansel y Gretel: Cazadores de brujas

Son de esas películas de acción flojas, tiene ideas originales de ambientación, pero en general es una película que entretiene poco.

Este tipo de historias se basan sobre todo en la acción, en el ritmo, en la imaginación...y de estos elementos tiene poco, es decir, no tiene ritmo ni energía.

Podría haber sido una película muy buena, en su género y estilo, claro está, pero no lo es.
Tiene una buena ambientación, ideas originales, ese toque moderno en una época medieval es interesante, los actores no lo hacen mal, la idea es buena, pero no tiene ritmo, y es la dirección y montaje, está claro que es lo que falla.

Son de esas películas que se ven y se olvidan.

Pues eso, una adaptación "actioner" del cuento alemán. Aquí ni Hansel ni Gretel son dos niños inocentes, sino dos "badass" con mucha tela cortada metidos a cazadores de brujas autónomos.

Interpretaciones nulas, historia al servicio de la acción, diálogos bobalicones y, en general, una descomunal tontería sin ningún desarrollo de personajes. Una larga lista de topicazos aburridos en donde lo único que importa es ver a la pareja protagonista repartir estopa.

El escaso valor de este trabajo radica en verle los morritos a la expolidactílica Gemma Arterton y disfrutar con caras bonitas como Famke Janssen y Pihla Viitala. Los admiradores de Renner dirán lo propio, claro. Como dato curioso, por el elenco circularon algunas jamonas horriblemente caracterizadas que, sin embargo, ganan al natural.

En resumen, chorrada rentable, en parte por su contención del gasto. $50 millones salieron y $226 millones entraron. Será una inversión acertada, pero esto no vale un pimiento.

Las cosas claras y el chocolate espeso. Aquí nadie esperaba gran cosa del proyecto de Tommy Wirkola, donde su filmografía se resume en una parodia de 'Kill Bill', 'Zombis Nazis', y una parodia de películas de terror en primera persona como 'El proyecto de la Bruja de Blair'. Y es que Wirkola ha destacado únicamente con productos de serie B irreverentes, con buenas ideas sobre el papel pero faltas de garra en pantalla, y una vez más, sigue cometiendo el mismo fallo.

Si algo se le podía pedir a esta versión gore-salchichera de Hansel y Gretel es bizarrismo, mala leche y sorna, pues de películas mediocres “cazadores de cosas” ya hemos tenido unas cuantas el año pasado. Pero no, aquí lo que se intenta es gustar a todos y se acaba por entusiasmar a nadie, quedando como un plato liviano para los menos exigentes, siempre y cuando no les importe bañarse de vísceras 3D en su visionado.

Y es que lo peor que le puede pasar a una película es quedarse en medio de todo, medias risas, medio terror, medio entretenida, medio sangrienta... medio-cre. O se arriesga con un producto de serie B auténtico, renunciando a los convencionalismos y tirando al desparpajo y el cachondeo puro y duro, o se tira por la épica de filmes de antaño como Willow, intentando crear atmósfera no sólo pirotecnia efímera y colorida.

La historia es demasiado predecible y ridícula como para tomársela en serio, cosa que al menos no hace del todo, pero tampoco hay chispa ni alma en los personajes como para disfrutar sus andanzas más allá de ver que maquillaje sacará la siguiente bruja o cual chorreará más sangre. Y eso sin entrar en incongruencias y fallos de guión, que los hay claro está.

Como puntos a su favor, efectos especiales decentes, que es corta y si se va sin muchas exigencias, puede tener su pase (siempre sabiendo a lo que se va), y que a los que gustó la obra de Terry Gilliam sobre los hermanos Grimm (aquí sin su ingenio, claro) puede medio contentarlos.

En resumidas cuentas, un caramelo que se deshace rápidamente y no llega a saciar del todo, pero... a nadie le amarga un dulce, ¿no?

El director de Zombis Nazis utiliza la historia infantíl de los Hermanos Grimm como excusa para anabolizar, exagerar y cambiar el cuento de los niños de la casa de golosinas de tal manera que no se reconoce en absoluto la esencia del clásico por ningún lado..Hansel y Gretel 'De adultos' muestran su ineficaz chulería desplegando todo su mercado de mecachismes anacrónicos tales como una metralleta, una pistola Táser eléctrica, un tocadiscos y para más inri.. Una jeringuilla de insulina!!...Todo esto no sólo no genera sorpresa alguna sino que ni siquiera las brujas tienen la capacidad para crear entretenimiento, siendo más dignas de un capítulo de Xena la princesa guerrera que de una película de alto presupuesto. La película vá transcurriendo a base de disparos, patadas, explosiones corporales y demás parafernalia de efectos especiales sin el asombro que se supone debería tener. Desde mi punto de vista le falta ese grado de acidez y sinvergonzonería entretenida que por ejemplo sí tenía el Van Helsing de Stephen Sommers. La pareja de hermanos compuesta por el hombre franquícia Jeremy Renner (El legado de Bourne, Misión Imposible 4, Los Vengadores) y la atractiva Gemma Arterton ( Furia de Titanes) no cuaja, ni convence y está desaprovechada por completo sin tener el más mínimo grado de complicidad. Por otro lado también diré que como virtud ' si es que se puede resaltar alguna' destacaré la belleza de Arterton y la bruja de Famke Janssen que es la única que parece que tenga un pacto con el diablo para conservar su atractivo a su avanzada edad. Como curiosidad aparece Peter Stormare que anteriormente había trabajado con Terry Gilliam con el tema de los Grimm cuentacuentos en El secreto de los hermanos Grimm con Matt Damon y Heath Ledger. Y la aparición de un Troll llamado Edward que tiene más atractivo y estilo que el ¿vampiro? Del mismo nombre en Crepúsculo...Este pseudocuento para fumados pasa sin más ante un espectador que vá olvidando la película conforme vá transcurriendo, o sea que no hay que hacer ningún esfuerzo para que desaparezcan en el recuerdo todas las brujas, las tripas y otras barbaridades....

Película mala, sin pies ni cabeza; no existe justificación para una cosa como esta. Quizás al pairo de los éxitos entre cierto tipo de público de vampiros y demás cosas mutantes, los productores de este engendro hayan creído que podrían sacar cierto rendimiento, pero lo cierto es que no debería verla nadie porque no va a sacar nada positivo. Incluso los ramalazos de comedia con los que quieren engañar al personal resultan dignos de conmiseración.
Lo único que merece la pena preguntarse es que pinta aquí Jeremy Renner, actor que parece tener mejores cosas que hacer que dilapidar su carrera en algo tan malo.