Alabama Monroe

Alabama Monroe de Felix Van Groeningen, es un drama romántico basado en la música y en la enfermedad. Dirigida con un ritmo lánguido y reposado, y con un estilo pesimista y muy verosímil, narra una dura historia llena de dramatismo y sentimiento sobre el intento de superación de los más duros golpes que puede darte la vida, y lo hace dejando al espectador marcado con un melodrama de las que hacen historia. Realizada de forma provocadora e implacable, tiene un resultado emotivo y admirable que cumple de sobra con su cometido.
La fotografía, es lumínica y está repleta de detalles naturistas, con imágenes idóneas e inspiradoras que hacen el film vistoso gracias a un buen juego de luces. La música, es country de principio a fin, ofrecida por los mismos protagonistas, y acompañando la trama con espléndidas canciones que llaman la atención y cautivan con sus melodías tristes a todos los públicos, siendo muy apropiada para el film. Y los movimientos de cámara y planos, completan un buen trabajo técnico con el uso de primeros y primerísimos planos, seguimiento, detalle, barrido, reconocimiento, retroceso, subjetivos y cámara en mano que ayudan a acrecentar el dramatismo del film.
Las actuaciones, son creíbles y naturales. Contando con los interpretaciones principales de Veerle Baetens, Johan Heldenbergh y Nell Cattrysse con profundidad psicológica en unos radiantes papeles, y apropiados acompañamientos de Geert Van Rampelberg, Nils De Caster y Robbie Cleiren entre otros. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones naturales y estéticamente sugerentes a los personajes, marcando las distintas personalidades y gustos de cada uno de estos.
El guion, escrito por el mismo director junto con Carl Joos, es conmovedor y triste en una historia absorbente y penetrante que es llevada con mucho realismo, estremeciendo e incitando al público a su antojo, haciéndoles ver la desilusión con un duro trabajo que machaca al espectador. Utilizando una narrativa pesimista y desesperanzadora, que es amable y expresiva, aunque por momentos también insidiosa según el desarrollo de la acción. Y destacando un montaje, con continuos flash-back dando salto atrás en el tiempo para ponernos en situación, en una excelente, notable y original labor.
En definitiva, la considero una obra dramática y triste como pocas, la cual absorbe al público al antojo del director y lo sacude con una historia demoledora y pesimista, aunque también extremadamente real, acercándonos a infinidad de casos reales que pasan por ese infierno. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, música, montaje, caracterizaciones y narrativa que vuelven a Alabama Monroe, un film sentimental y emotivo además de desolador, que gustará a los buscadores de dramas verosímiles, arrebatadores y bien trabajados.

Ella es una belleza. Ella es un misterio. Ella está llena de vida. Ella contagia la ilusión. Ella es una soñadora. ¿Quién no se enamoraría de ella?

A pesar de que el filme termina desarrollando, de una forma más profunda, el drama personal y familiar, adentrándose en un debate de creencias: ciencia-política-religión; es justo la primera mitad de la película, en donde se nos muestra la historia de amor, la vida familiar, los amigos y la enfermedad, donde el largometraje se presenta, sin más pretensiones, mucho más brilante y atractivo desde mi punto de vista.

Es una muy buena película para ver. Un saludo.

Una película, que transmite mucho sentimiento, de principio a fin, lastima que llegue un momento en el que se hace un poco lenta.
Por lo demás, las actuaciones son muy buenas y la banda sonora te deja un buen sabor de boca. Un film con el que podrás llegar a sentir mucho por la manera en la que esta contada, una escena del presente por aquí, otra del pasado por allá... Sencillamente magnifico, eso la hace ser, diferente, una buena manera de contar una historia sobre el amor y la enfermedad. Retratada como la vida misma.

Película que narra la historia de amor entre Elise (Veerle Baetens) y Didier (Johan Heldenbergh), ella trabaja en una tienda de tatuajes mientras él es músico en un grupo que toca bluegrass. Se enfoca en gran parte en el momento en que nace la hija de ambos Maybelle (Nell Cattrysse).

Todo el film se encuentra narrado de forma no cronológica, de ahí que hay muchas vistas al pasado, en este aspecto la realización es muy buena, puesto que se va mostrando las distintas etapas de la relación de los protagonistas. Este punto va mucho también con el título del film, por lo que es un punto interesante.

Además se encuentra muy bien interpretada, Baetens y Heldenbergh se muestran sobrios actuando y transmitiendo las distintas sensaciones que amerita la obra. Los números musicales es otro de los puntos altos, así como la hermosa fotografía a cargo de Ruben Impens.

Sin embargo, la película afloja en algunos aspectos, el guión realizado por el director en conjunto con Carl Joos, peca de ser un tanto inocente en algunos tramos, así como inconstante, algunas actitudes de los protagonistas no son del todo creíbles, un ejemplo claro es el asunto con los tatuajes de los enamorados de Elise.

The Broken Circle Breakdown termina siendo un melodrama de fuerte impacto, que se sirve de dos vertientes (ambas evidentemente entrelazadas), por un lado toda la situación con Maybelle y por otro la relación amorosa de la pareja protagonista, un buen film.

Decir que se están haciendo más películas sobre el cáncer (la leucemia es el que más “triunfa”) que de guerras podría sonar insensible y frívolo a la par que exagerado (porque de guerras siguen y seguirán haciéndose muchas más) pero la comparativa no deja de tener algo de razón. Con el cáncer como temática central o de fondo se han hecho buenas cintas, es por desgracia un tema de “moda” pero los recursos de los melodramas de hospitales y de lucha por curarse y sobrevivir están ya agotados.

Esta que nos ocupa en su primer tercio apuntaba a un film así y por ello me costó conectar con la misma. Por suerte cambia y con flashbacks y saltos temporales de diferentes momentos de la relación de los protagonistas, nos adentramos en una película donde algunas de sus mayores virtudes son las actuaciones de Veerle Baetens y Johan Heldenbergh , así como la química entre ambos, aderezado con una gran BSO. Aún así para mi, lo mejor de la película es la reflexión y/o debate sobre la fe (con un monólogo para imprimir y enmarcar), por un lado como causante de tanto fanatismo y por otro como cobijo indoloro en el que refugiarse o al que recurrir en momentos desesperados. Con todo lo mencionado como virtudes y con su soberbio final, estaríamos hablando de una de las películas del año pero ella misma se pone palos en las ruedas para no lograrlo.

La comentada reflexión sobre la fe no acaba de ser explotada o aprovechada en un film irregular y por momentos errático, con algunos tramos o elementos que parecen ser un quiero y no puedo o no aclararse el camino a tomar, intentando condensar tres estilos de película en una. Elementos de obra maestra y otros del montón para una vez mezclado todo, hablar de un buen film, incluso notable.