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Muerte entre las flores

Cine negro. Drama Año 1929. Entre dos amigos surge una gran rivalidad a causa del amor de una mujer. Leo, un gángster que domina la ciudad, y Tom, su lugarteniente, se enfrentan en una guerra abierta que desencadenará traiciones, conflictos políticos, corruptelas y escisiones internas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 157
Críticas ordenadas por utilidad
11 de abril de 2006
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como dice Tom (Gabriel Byrne) en algunos momentos.

Atribuir a los Coen que hicieron un homenaje al cine negro y de gangsters con esta película es quedarse corto y ser poco justo, ya que lo exacto es decir que se trata de una auténtica obra maestra.
El perfecto guión, con diálogos cargados de cinismo y humor y abundante en giros argumentales, nos mete de lleno en este ingenioso juego de lucha entre mafias rivales, dirigido con elegancia y maestría.

Si los personajes son a menudo viscerales, no se puede decir lo mismo de un genial Byrne adaptando continuamente un tono de reserva y cautela y sin revelarnos nunca del todo sus motivaciones.
"No hay nada más ridículo que un hombre corriendo tras su sombrero" y él realmente no lo hace, no es su carácter.
Ennis
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7 de marzo de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película de Joel Coen, producida por su hermano y escrita por ambos. Es decir, el tándem familiar que ya ha dado varias perlas al cine contemporáneo.

En este caso estamos ante una auténtica maravilla. Todo es perfecto: el ritmo narrativo, el guión, calculado y eficaz, y la interpretación de todos los actores. Creo que en este elemento radica una de sus excelencias: la interpretación es de tragedia shakesperiana, la que el mejor director de teatro solicitaría para poner en escena Ricardo III.

Los personajes hacen y deshacen, pero las miradas nos indican la magnitud del precipicio interior al que se han caído en ese mundo indomable, inhóspito y salvaje al que pertenecen. En mitad del fango también resplandecen, aunque sea con una luz mortecina, ciertos valores y ciertos sentimientos. Gabriel Byrne demuestra una vez más un oficio y una sabiduría interpretativa excepcionales. Proviene del teatro, pero, sobre todo, proviene de la vida, de la observación, de la experiencia personal. Fabuloso en lo que hace y en lo que no hace, en lo que dice y en lo que calla. Sus silencios son clamorosos y sus palabras, un prodigo de eficacia, Alguien dice de su personaje: “toma nota y aprende él. Piensa mucho y habla poco”. Es verdad.

Hay momentos antológicos: el sombrero que vuela, el gorila que chilla como un cerdo, la muerte del hampón grasiento, el tiroteo en mitad de la calle, etc.

La fotografía bella y cuidada, y consigue lo imposible: el color cálido, los claroscuros de los interiores, el matiz cromático del bosque, la matizada iluminación de los interiores, no impiden, sin embargo, que estemos ante una perla del mejor cine negro.
Paco Ortega
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11 de abril de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si esta película se puede considerar como una joya dentro de la historia del cine negro, se debe al magnífico trabajo del trío Joel y Ethan Coen más Barry Sonnenfeld.
Al magnífico guión, enrevesado pero certero, magistralmente llevado a cabo, se le une una prodigiosa belleza estética de la que participan fotografía y ambientación.

Como el aroma de un buen café, la peli deja un poso de auténtico cine hecho con exquisita dedicación y magnífico cuidado. Los aficionados al género pueden paladear una cinta de gangsters, mafiosos y matones, excelente.
Aparte de su prodigiosa factura técnica, los diálogos no tienen desperdicio desde el comienzo (“Eres tan grande como te permita serlo”), en el intermedio (“Conozco al alcalde, voté por él 6 veces el pasado mayo”) o más adelante (“Mira en tu corazón”).

Los personajes, tanto de Gabriel Byrne, Marcia Gay Harden (realmente bella hace 20 años) y Albert Finney, son un regalo para cualquier actor, siempre y cuando estén a la altura de la exigencia, y ellos lo están.
Turturro, un actor poco conocido allá por el 90, se dio a conocer internacionalmente, en particular por su magnífica secuencia en el bosque con Gabriel Byrne.

Los Coen recrean, a través de su mirada cinéfila, la pureza del cine clásico, ambientando la historia de un gangster irlandés y su lugarteniente, a finales de los 20, marcando su propio estilo, matizando los personajes y demostrando un dominio del género pasmoso.
Una auténtica maravilla.

Posiblemente, la mejor película de los Coen.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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15 de julio de 2008
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda una obra maestra del cine negro, sobresaliente. El reparto está excepcional, recalcando a Turturro, Finney y Byrne. Una estupenda recreación visual, con escenas de una fuerza y una “belleza” insuperables, un uso del color y la fotografía brillantes, que introducen de lleno al espectador en la pantalla y le hacen disfrutar de la película en cada uno de sus fotogramas.
Ahenus
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4 de diciembre de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras ver la película, me pongo a leer un buen número de las críticas aquí publicadas. Asombrado aún estoy. La gente derrama dieces y nueves como si en el reparto aparecieran sus más queridos parientes. El ritmo que impera en el desarrollo de la historia es patológicamente lento y propicio al bostezo; y en cuanto al guión, repleto de sinuosidades y nombres a los que no se les pone cara hasta bien entrada la película, con lo cual es inevitable el despiste y la confusión acerca de quién es quién.

En cuanto a las inverosimilitudes, el guión hace una generosa exhibición de ellas. Las palizas son brutales, de las que dejarían marcadas cualquier cara y costillas durante meses, pero ¡oh, sorpresa!, quien las recibe aparece en la siguiente escena sin la menor señal de ese trance violento. Un montón de fuertes hostias a lo largo de un interminable (para el que las recibe) pasillo para culminar cayendo estrepitosamente por una empinada escalera y, como si nada, el protagonista sale de allí por su propio pie. Absurdo. Tanto como que Leo (Fitnney) salga ileso del fuego de dos metralletas Thompson cuando se refugia bajo la cama.

Son licencias que, necesariamente, al espectador crítico y realista le suenan como astracanadas y burlas al imperio de la razón. Lo mismo pasa con esos personajes histriónicos y caricaturescos, increíbles en sus papeles de mandamases de organizaciones criminales, cuando en la realidad no servirían ni como chicos de los recados.

Y en cuanto al ingenio de los Coen en la subjetiva brillantez de sus chanzas, habría muchísimo que discutir.
Strénliko
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