La condesa Drácula

Tardé en verla porque a primera vista parecía que iba a ser todo un coñazo insufrible. Sin embargo, curiosamente, ha sido lo contrario. Sin ser ninguna maravilla, es una película curiosa que se deja ver y que esconde una trama de líos de faldas y amor generacional que tiene más miga de lo que parece. Su mayor problema es curiosamente el inverso a muchas de las películas Hammer de su época: Le falta chicha, le falta... ¡¡algo más de terror!! No puedo creer que se quede corta en ese aspecto cuando otras de los 70 no se cortan en meter gore innecesariamente. Pero es que en esta ocasión ni siquiera vemos un perturbador baño de sangre (literal) de la condesa para su cura de la juventud. Que esa es otra, el tema de la sangre como aplicación para la juventud está algo desaprovechado y está tratado de una manera excesivamente simple. ¿Con tan solo untarte con sangre ya rejuveneces? En ese aspecto deberían haber hecho algo mejor, algo más ocurrente y más interesante en mi opinión. Por otra parte, Ingrid Pit está espectacular en su papel, aunque el maquillaje canta demasiado.

Regularceja película que no me parece peor que muchas otras de esta productora británica. Y si se me permite el juego de palabras... Esta película necesita ser bañada en sangre, pues ha envejecido bastante mal, peor que la propia condesa.

Intentando continuar el cierto éxito que la Hammer había logrado con “Las amantes del vampiro” se hizo esta película que bajo el título de “La condesa Drácula” viene a traer los sucesos que ocurrieron en la Transilvania húngara en el siglo XVI con la noble Erzsébet Báthory, considerada la mayor asesina en serie de la historia, con cerca de 700 crímenes de mujeres a sus espaldas. El poder que ostentaba, el ocultismo y la absoluta falta de justicia de la época, hicieron que pudiera campar a sus anchas durante varios años, hasta que cometió el error de empezar a secuestrar a hijas de nobles ya que no quedaban en la zona otro tipo de mujeres. Es entonces cuando se investigó y terminó averiguando lo que en su castillo ocurría, terminando sus días encerrada en una torre sin ver la luz del sol.

La película aborda el asunto desde el terror y lo fantástico, y por lo tanto no tiene un valor historiográfico, el director Peter Sasdy de origen húngaro, parece disfrutar con la realización pero sin llegar a niveles de verdadera calidad narrativa. La protagonista es la polaca Ingrid Pitt, un mito erótico del momento que ya había sido la protagonista de la antes citada “Las amantes del vampiro”, y en el papel de hija de la condesa tenemos a una Lolita como lo era entonces Lesley-Anne Down

Una película que muestra la evidente decadencia del cine de terror de la Hammer a partir de los setenta, y que sólo es recomendable para los grandes aficionados a este tipo de películas.

Como he visto que ya han señalado por aquí, lo que realmente le falta a La Condesa Drácula es más sangre. Era de esperar que una suerte de biografía de Elizabeth Bathory, que terminó siendo acusada de la muerte de más de 200 doncellas contase con el precioso fluido rojo por doquier. Pero no es así. Hace falta más turbiedad, más detalles escabrosos, más casquería, al fin y al cabo: mas gore.
La película tiene sin embargo, varios puntos a su favor. El más destacable: la ambientación del palacio y sus intrigas. También tiene detalles que prueban una documentación más o menos decente sobre el tema. Y sí, el maquillaje de la Elizabeth "no rejuvenecida" canta demasiado. Pese a sus defectos, y pese a pertener ya a la decadencia de la Hammer, me ha encantado ver esta cinta.

El título de Condesa Dracula es solo ilustrativo, pues no tiene nada que ver con el vampiro transilvano. La propuesta resulta novedosa, pues para conservar su belleza y juventud, la condesa debe proveerse de sangre de mujeres jóvenes. Sin embargo, no bebe la sangre sino se baña en ella. Interesantes desnudos de Ingrid Pitt. Aparece una jovencíima Lesley-Anne Down, como la hija de la condesa.

Debemos ser complacientes con un film que , visto 40 años después, nos resulta un poco kitsch y con una estética de cartón piedra que deja bastante que desear, en comparación con los digitales efectos de nuestros días.

Sumerjámonos por un momento en un cuento gótico de hadas... la malvada condesa que mira al espejo suspirando ser la más bella del principado, y que no dudará en recurrir a los sacrificios de jóvenes vírgenes para perpetuar su juventud , la bella hija oculta en el bosque por deformes sirvientes para evitar que se descubra la verdad, cual bella durmiente que, inocente, es castigada con crueldad, y por último el apuesto oficial y caballero que es objeto de deseo de la madre... la época histórica es irreconocible, si bien basada en la leyenda de la condesa húngara Erszébet Bathory, es una adaptación libre por parte del director Peter Sasdy . Con todo, no es mala , simplemente previsible ... como cualquier leyenda o folklore o cuento de niños sólo que este iba dirigido al público adulto.

A destacar la actuación morbosa y provocadora de la sugerente Ingrid Pitt, una de las glorias descubiertas por la Hammer, en sus años de esplendor , sin duda lo mejor del film, que debió provocar gran escándalo en su momento con alguna escena de desnudo o de algún pezón que sobresale más allá del recatado y oprimente escote renacentista. Curiosa de ver.