Novio a la vista

Quizás sea ésta una de las películas menos vistas de Luis García Berlanga. Puede deberse a que sea la precedente de uno de sus grandes éxitos, “¡Bienvenido, Míster Marshall!”, o simplemente porque fue una película concebida en la cabeza de Edgar Neville quien, sobre todo en el comienzo, deja bien marcada su impronta. Sin embrago, conforme avanza la cinta la mirada berlanguiana se va imponiendo y quedan patentes muchas de esas características que luego aflorarían brillantemente en sus obras venideras.

Si decimos que “Novio a la Vista” es un “Verano Azul” en 1914 al que se le han añadido un pelín de crítica social y, ante todo, una serie de personajes socarrones, estrafalarios y casi surrealistas propios del cine de Berlanga, estaríamos haciendo una descripción simple pero muy acertada de lo que supone esta película. Importante decir que el punto de vista predominante en la historia es el juvenil, lo cual resalta esas apariciones “adultas” que aportan una riqueza artística maravillosa y que son, sin duda, lo mejor del film. El Señor Amorós, los Generales, Renovales (José Luis López Vázquez), la familia Peláez o el resto de la tropa compuesta por los padres de los muchachos, llenan la pantalla, para diversión del espectador, de tópicos ridículos, exageraciones desternillantes y fanfarronadas inauditas, que desembocarán en una “batalla contra los mayores” donde el espíritu del país de Nunca Jamás está presente.

Cabe destacar también la perfecta ambientación que nos da una idea muy fidedigna de cómo era esa estética y esas costumbres que tenía la sociedad española de la época cuando iba a pasar las vacaciones a la playa. Por supuesto, mucho menos “ligera” que en la actualidad y donde enseñar las rodillas era algo escandaloso, temerario y descaradamente atrevido. Menos mal que para algunas cosas hemos tenido la suerte de vivir otros tiempos… ¡Viva el bikini!

Tal vez García Berlanga quiso con esta película mandarnos unos días de vaciones -salvando las diferencias-, como hizo Jacques Tati con Las vacaciones del señor Hulot (película estrenada el año anterior).
Nos presenta unas familias disfrutando de la playa entre las cuales hay una señora que quiere emparejar a su sobrina con un arquitecto que promete. Pero la sobrina no está por la labor y ella quiere pasárselo bien, con los demás muchachos.
Los adultos se divierten al estilo Berlanga, cantando, tocando el piano, jugando a las milicias -ya que hay varios militares retirados- y a tomar las ruinas del castillo (lo que intentan muy enfadados). Los muchachos se divierten gastando bromas, escondiendo a la sobrina en el castillo, lanzando cohetes. Y Berlanga supongo que también se divertiría.
Hay imágenes muy bonitas que nos recuerdan al Sr. Hulot en la playa y en sí, la historia es entretenida.
El final es reposado y parece que nos hace descansar igual que cuando uno regresa de las vacaciones.

Asomarse al cine de Berlanga es encontrar una postura, a un quehacer cinematográfico con un sello personal. El humor “berlanguiano” está construido en tono de humor contenido a veces, crítica de costumbres otras, y en algunas son carcajadas delirantes con personajes deliciosos, estrafalarios y pintorescos en situaciones imprevistas. Siempre nos conmueve desde la ternura, algunas veces con más fortuna que otras, en esta ocasión se trata de un film interesante pero menos brillante que en algunas otras de sus películas. Producida por el cineasta Benito Perojo y distribuida por CIFESA, “Novio a la vista” está basada en una obra de Edgar Neville titulada “Quince años”, adaptada por él mismo y Juan A. Bardem, que recrea las aventuras de unos adolescentes junto a sus padres en un verano de principios del siglo XX.

Enrique y Loli, dos adolescentes enamorados pasan el verano de 1914 junto a sus acomodadas familias en una villa costera, entregados a los juegos de pandillas. Los padres de ella han puesto sus ojos en un joven ingeniero como buen partido para su hija, mientras la pandilla se rebela contra los adultos. No faltan las situaciones divertidas y jocosas, siempre sin molestar a la temible censura siempre vigilante de las buenas costumbres. Una comedia costumbrista de cierta fantasía o fábula cercana a Neville, en un tono menos amargo y muy distinto al que adaptaría más adelante con su films con el guionista Rafael Azcona. También es una película coral con multitud de secundarios representando a lo mejor del cine de carácter de la escena española.

Un film sobre la adolescencia en la que los jóvenes no quieren crecer y los adultos quieren volver a ser adolescentes, chicos con su rebeldía, su inconformismo y sus divertidos juegos de niños. Tratándose de una historia de tiempos pretéritos no podía faltar la alusión a la palabra fetiche para Berlanga: “El imperio austro-húngaro”. En esta ocasión lo hace con la excusa del examen del protagonista. Asistimos también a una romántica historia de amor y las aventuras veraniegas de un grupo de burgueses en su desplazamiento a la costa para tomar las aguas predilectas del mar. Pese a no ser de lo mejor del autor, pues le falta chispa y un cierto dominio del oficio por su juventud, el film se disfruta y se recuerda como un paso más en la carrera de Berlanga.

La película puede concebirse como un relato menor sobre cómo unos críos tratan de trolear las aburridas costumbres de los adultos, pero quedarse tan sólo ahí me parece una pobreza. Ser niño es mucho más. Es no tener miedo a querer cambiar las órdenes impuestas por una sociedad estúpida y borrega (como la actual, pero sin televisión), es estar convencidos de que la suma de todos los esfuerzos puede cambiar esa dictadura de lo que es correcto, de lo que toca hacer en cada momento... y si para ello es necesario usar el fuego y dar algún piñazo, se hace.

Novio a la vista de Luis García Berlanga, es una comedia basada en dos adolescentes de primeros del siglo XX, que empiezan a sentir el amor en un veraneo en la playa de San Sebastián. Dirigida con un ritmo vigoroso y enérgico, es entretenida y capacitada para agradar, amenizando con acierto el rato aún sin contener el habitual y ácido humor característico del director. Esta realizada de manera llana y natural, siendo apta para todos los públicos, y con un resultado eficiente y cumplidor que no decepciona.
La fotografía en blanco y negro, es humilde y encantadora por tener imágenes alusivas y hermosas llenas de detalles que son idóneos para la historia que narra. La música, es rítmica y sugerente, con sonidos estimulantes y alentadores, que gustan por contener melodías agradables y también tranquilizadoras en un sutil y apropiado acompañamiento de la trama. Destacado como es costumbre en el director, unos planos y movimientos de cámara rápidos y dinámicos, con buen uso del acercamiento, panorámicos, travellings, detalle y reconocimiento en una oportuna labor técnica.
Las actuaciones, son naturales y creíbles de caras no muy conocidas como Jossette Arno, Jorge Vico, José María Rodero y Alicia Altabella entre otros, teniendo las únicas interpretaciones de actores más renombrados como José Luis López Vázquez y Julia Caba Alba. Empleando para estos, unos vestuarios sugestivos a la época narrada, con ropas elegantes y distinguidas por un lado, y trajes de baño evocadores de principios del siglo XX, en un acertado trabajo estético de dirección artística.
El guion, escrito por el mismo director junto con Juan Antonio Bardem, José Luis Colina y Edgar Neville, es cercano y entrañable por ser simpático y ameno de ver, con un argumento divertido y agradable que es cumplidor, además de ser más apto para todas las edades que otros realizados por el director. Utilizando para llevarlo a cabo, una narrativa natural y sencilla, que es común y correcta, típica de adolescentes como en otros films españoles.
En conclusión, sin ser de sus típicas obras ácidas y afiladas, es una cinta agradable y amena de ver, aunque no es de las más destacables, cumpliendo con su cometido de hacer pasar un buen rato a la familia. Recomendable por su dirección, guion, música y vestuarios que hacen de Novio a la vista, una película simpática y divertida que merece la pena ser vista por el público en general.