Fast Food Nation

Criticar al sistema es muy facil. De hecho ya hay auténticos expertos en ello, por jemplo Michael Moore. No solo es sencillo, sino que es necesario.

Hay varias maneras de enfocar la crítica. Un estilo cachodon e irónico, a lo "Gracias por fumar", mostrar un drama a lo cine social europeo o bien ampararse en el documental sensacionalista.

Lo que consigue Linklater es alejarse de todo ello y mostrar un drama coral, con aire intimista. Aquí se muestran varias vidas conectadas por un mismo entorno, y de lo que se trata no es de resaltar al personaje que critíca la industria, ni al cínico de vuelto de todo, ni al neocon que defiende al sistema y mucho menos a los jovenes idealistas que aún se creen capaces de cambiar algo.

De lo que se trata es de mostrar como todos esos discursos críticos fluyen con naturalidad, que no se necesitan grandes mentes ni grandes líderes. Todos lo vemos y todos nos quejamos.

Pero el principal protagonista dramático del film no es otro que la planta de tratamiento cárnico. Un frío coloso indestructible ante el que toda protesta resulta vana, porque como podemos luchar contra algo que devora vidas pero nos ofrece una hamburguesa para olvidar nuestras penas.

Esa es la triste paradoja final. El mundo libre, la democracia, no está en venta. Hace años que fue comprado, y lo peor no se admiten devoluciones.

Lo mejor: Su capacidad de disparar metáforas entendibles.
Lo peor: Algunos personajes un tanto desdibujados.

Richard Linklater innova con cada película. Puede hacer "School of Rock" o "Antes del atardecer". Puede hacer "Fast Food Nation" y convertir una simple denuncia a las industrias cárnicas en un poema a la frontera con Mexico y EE UU.

RAZONES POR LAS QUE VERLA

- Catalina Sandino Moreno

- Los pequeños papeles de Bruce Willis y Etahn Hawke. Sencillos y geniales.

- Un magnífico guión, digno del propio Linklater, que ya quisieran para sí, Iñárritu y Arriaga.

- Actores desconocidos, actores debutantes, actores impecables.

- Película necesaria. Todo lo que les puedan contar no será lo mismo si no la ven.

Richard Linklater es buen director y por suerte no va por el mismo camino que el entretenido pero exageradísimo documental de Morgan Spurlock pero su película aunque finalmente se deje ver resulta por momentos algo pesada y aunque el tema resulte cuanto menos interesante, el resultado final es de irregular debido a la cantidad de historias que cuenta algunas resultan algo flojas.

La más interesante es la de Greg Kinnear en su investigación de las hamburguesas siendo la charla con el tito Bruce el punto álgido de esa historia. Sin embargo, toda la historia de la hija de Patricia Arquette resulta bastante flojilla y más si Avril Lavigne forma parte de ella. La que protagonizan Catalina Sandino Moreno y Ana Claudia Talancón resulta irregular con momentos buenos (el principio con Luis Guzmán y su furgoneta llevando a los inmigrantes) con otros más flojos, especialmente con el novio.

El propio Richard Linklater podría haber sacado mucho mejor resultado de la historia que tenía entre manos, haciendo una película que hubiera podido ser recordada protestando sobre todo ese mundo y dejándose de tonterias de comerse 10000 hamburguesas en un día como en "Super Size Me". Claro, luego estaba mal el tío en ese documental, de que se extraña.

Una pena que "Fast Food Nation" tan solo sea pasable, aunque bueno desde luego la podrían haber hecho aún peor. Pero uno esperaba mucho más de la película, con ese reparto y de ese director que cuando quiere puede hacer películas muy interesantes.

Película coral de Linklater, un director heterogéneo, capaz de hacernos sentir emociones tan dispares como el deseo (los Antes de…) o sentirse completamente ignaro y estúpido (Waking life).

Con “Nación de comida mierdosa” nuestro amigo Richard, vuelve a demostrar que puede plantear un gran guión que entienda todo el mundo. Sin un protagonista principal que lleve el peso de la película, la fuerza de FFN cae en el guión que el propio director y autor del libro Eric Schlosser, firman. El punto negativo, puede ser, que al intentar golpear en varios frentes, el mensaje pueda quedar algo perdido. Y es que Linklater aprovecha la ocasión, para arremeter contra la inmigración, la explotación laboral y acosos sexuales; contra la globalización, los trapicheos empresariales y el corporativismo; contra la especulación inmobiliaria, EEUU y sus armas; contra los crímenes ecológicos y los contratos basuras.

Quizá, mi escena favorita sea en la que Grez Kinnear mantiene una conversación con Bruce Willis. Parece ser que Willis, deja de ser Willis cuando su nombre no sale en lo alto del cartel, y se convierte en un actor que me convence. Y puede ser mi escena favorita porque en un momento, Linklater nos muestra que la verdad, es subjetiva y muy volátil.

Kris Kristofferson al contrario que Willis, siempre me convence, y su minuto de gloria en la peli pone los pelos de punta.

Richard Linklater realiza un gran trabajo de actores, pues no hay ninguno que desentone.

Por favor visionar en V.O.S.E. pues no me quedó más remedio que verla doblada y su doblaje es de lo peor que he visto últimamente.

El cartel promocional es grandioso: ese niño alargando la mano en pos de sus hamburguesas en forma de culo cagón. Pues si que hay mierda… pero no sólo en la comida.

» Receta de una hamburguesa por Richard Linklater «

INGREDIENTES

• 1 hamburguesa de ternera tratada por manos inexpertas y no cualificadas de inmigrantes ilegales mejicanos en busca del sueño americano.
• 1 loncha de queso de terrorismo ecologista.
• 1 pan de hamburguesa horneado con muchos cameos.
• 1 escupitajo “Pequeña Miss Sunshine”.
• Cebolla recogida del suelo de los asépticos mataderos.
• Lechuga fertilizada con videos educativos en inglés que no entienden los hispanoparlantes recién llegados y contratados en fraude de ley.
• Tomate de numerosos accidentes laborales.
• Mostaza picante para las corporaciones de comida rápida.
• Ketchup producido por mano de obra barata.
• Sexo por interés.
• Anfetaminas para aguantar las duras y largas jornadas laborales.
• Mucha mierda… pero que mucha.

MODO DE PREPARACIÓN

Freímos la carne al punto (si se cae al suelo nunca la desaproveches – a esa temperatura es imposible que algo microscópico quede vivo, incluso la mierda), ponemos el pan un poco sobre la sartén a tostar. No queremos tostarlo mucho a estilo Michael Moore.

Lavamos y troceamos la lechuga, el tomate en rodajas y la cebolla en rodajas también muy finas. No queremos que los complementos queden tan ácidos como “Gracias por fumar”.

En un plato colocamos los panes abiertos y vamos poniendo por capas nuestros ingredientes: el queso (ecologismo incapaz de batirse con reses estúpidas), la carne (inmigración ilegal), la verdura (el corporativismo), el escupitajo (la mano de obra barata, joven y autóctona), las drogas (no pagadas por la empresa) y por supuesto la mierda (la ineficacia de hacer las cosas bien frente a los beneficios).

Aderezamos con mostaza, sexo y ketchup (al gusto del consumidor).

No utilice nunca un ingrediente llamado Sindicatos.

TIEMPO DE PREPARACIÓN
116 minutos.

DIFICULTAD
Muy fácil aunque con demasiados ingredientes. Se le puede atragantar a más de uno.