Locos por ellos (I Wanna Hold Your Hand)

¡Quién iba a decir que, después de ver "Locos por ellos", Robert Zemeckis y Bob Gale escribirían un guión tan distinto como el de la trilogía de "Regreso al futuro"! Embarcaron en este proyecto como productor ejecutivo al por entonces también principiante Steven Spielberg y he aquí una comedia que, sin ser perfecta, contiene momentos muy destacables y es entretenida.
Con una base de actores noveles - la que más despuntaría después sería la rubia Nancy Allen -, parte de un argumento bien sencillo pero a la par elaborado. Un grupo de amigas convencen a un chico que conocen para que las lleve desde New Jersey a Nueva York. Su objetivo: Asaltar a los propios Beatles antes de su actuación en el mítico programa televisivo de Ed Sullivan. Sus motivos, bien distintos: Rosie es una incondicional de los cuatro de Liverpool, Janice desea ir para boicotearlos y proclamar públicamente que no son los únicos, Grace busca la entrevista de su vida como periodista y Pam es la soltera a la que van a despedir esa noche.
"Locos por ellos" sería una simple comedieta si no fuera porque pasa de "road movie" a un enredo coral increíble en una experiencia que condicionará la vida de las protagonistas y de la gente que van encontrando en su camino. Además, Zemeckis realiza con esta película una crítica desenfadada y para nada exagerada del fenómeno fan entre los adolescentes.
Mi nota: 7,8

Y “ellos” son nada menos que The Beatles. Pocos años antes de embarcarnos en los alucinantes viajes en el tiempo de Marty McFly y del amigo Doc, el equipo formado por Steven Spielberg, Robert Zemeckis y el guionista Bob Gale nos trasportó también a los prodigiosos sesenta de la mano de los chicos de Liverpool. Los Fab Four visitaron los Estados Unidos por vez primera en febrero de 1964; allí el cuarteto ofreció un par de conciertos participando además en televisión en el conocido programa de Ed Sullivan. Y Zemeckis parte de este episodio real para contarnos la historia de un grupo de chavales que viajan hasta Nueva York e intentan colarse en el hotel donde se alojan sus ídolos, un planteamiento si se recuerda bastante similar al empleado por Gómez Pereira en la primera parte de “El amor perjudica seriamente la salud.

Vista en la actualidad, esta comedieta que ironiza sobre el fenómeno fan y el histerismo que genera en las masas adolescentes y juveniles no pasa de ser una cosa simpática. Con un estilo típico de la época y situaciones y gags que hoy nos pueden parecer algo ñoños. En su ingenuidad reside parte de su encanto, pero al mismo tiempo queda la sensación de que había material para mucho más. Dista mucho del tono gamberro que adoptaría la comedia “teen” en los años siguientes (léase “American Pie” y demás) y se queda también a años luz del retrato generacional que hizo Lucas en “American Grafitti” a la cual parece homenajear por cierto en algún momento puntual ( que para eso el director es de la cuerda). Tiene su aquél.

Divertido debut de Robert Zemeckis en la dirección, apadrinado inmejorablemente por Steven Spielberg y con los Beatles como “leit motiv”. Casi nada.

Se trata de una comedia en la que se parodia el fenómeno fan, del que los Beatles son los mayores precursores, llevándola hasta extremos hilarantes. Un grupo de amigas deciden colarse en el hotel donde los de Liverpool van a hospedarse en su primera visita a Estados Unidos. Se sucederán por tanto los inevitables encuentros con los de seguridad, los escondrijos, la histeria, y hasta un individuo “beatlemaniático” (Eddie Deezen) que reside oculto en una habitación del hotel.

Si bien los Beatles no aparecen de carne y hueso en el filme aparte de las imágenes de archivo, Zemeckis juega muy bien con las “apariciones” de ellos y los momentos en los que se hace notar su presencia. Es un juego del gato y del ratón bien llevado y muy entretenido, sobre todo al ritmo de los éxitos del grupo, aunque en ese aspecto se echa en falta algo más de variedad en el repertorio (apenas se escuchan dos o tres canciones y una de ellas, cómo no, la del título).

Zemeckis ya aporta atisbos de su gran talento como narrador, ofreciendo un ritmo impecable y manteniendo el nivel del relato con buen pulso. Alumno aventajado de la escuela Spielberg, no es de extrañar que sus colaboraciones mutuas continuaran hasta alcanzar el éxito en 1985 con “Regreso al futuro”, en la que Bob Gale también participaría en el guion tal y como en el filme que nos ocupa.

El filme sólo tiene como objetivo el entretenimiento más puro, permitiéndose reírse del fenómeno fan de manera sana y divertida. Zemeckis logra, con su ópera prima, sacarnos más de una sonrisa ya no sólo por las situaciones, sino también por el toque “vintage” y nostálgico que emana de “Locos por ellos” y que se mantendrá en buena parte de su filmografía.

Recomendable.

Es una lástima que Robert Zemeckis no hubiese filmado esta película unos cuantos años más tarde con sus habilidades cinematográficas más desarrolladas. Porque el fondo es bueno, pero le falla la forma. La mala baba que destilan casi todas sus secuencias se ve perjudicada por una realización primeriza que baja la media del conjunto (escenas como la de la señora de la limpieza agitando la fregona por la ventana, que los fans confunden con la cabellera de un beatle no tienen desperdicio). Curiosamente su siguiente película "Frenos rotos, coches locos" de 1980 no solo no mejoró, sino que incluso empeoró un poco estas carencias, a pesar de estar cargada con una dosis similar de mala leche.
Claro que son cosas que se le pueden perdonar a quien posteiormente dirigió "Regreso al futuro", con la que se redime de muchos errores y entrega un buen ejemplo de cine-espectáculo que ha dejado huella, aunque por desgracia los que siguen esa huella se han quedado sólo con lo de espectáculo y han olvidado la primera parte de la ecuación: CINE.

Pese a la producción de Spielberg y al buen hacer de Zemeckis, la peli no da mucho de sí. Cuando la vi hace años me pareció una comedia graciosa y entretenida. Ahora, con el paso del tiempo, los gags se han quedado anticuados y demasiado obvios. Pese a que en su planteamiento, era original, el desarrollo no cumple con las expectativas que tenía.
No obstante, la escena de Nancy Allen, en la habitación, está francamente bien.