Akeelah contra todos

Una película de actores principalmente afroamericanos, con sus peculiaridades y color de piel tan fino y hermoso. Muy buena película. El argumento es el de esos concursos tan típicos de los EE.UU. a nivel de escuela, de Estados y del conjunto de la nación, donde los participantes se devanan los sexos deletreando palabras del vocabulario inglés.

La pequeña actriz Keke Palmer, ya lo hace muy bien, demuestra que tiene mucho futuro y muy prometedor en la industria del cine norteamericano. Aparte de ser una niña bellísima y de tener un encanto que ella sola llena la pantalla con el esplendor de su rostro, aparte tiene un desparpajo, una gracia y el carisma propio de las que seducen al público con su simple presencia en la escena. Le acompaña, en papel de serio preparador intelectual, Laurence Fishburne, que como bien es conocido es otro gran actor negro que por lo general donde participa hay altas probabilidades de que el film sea de buena calidad. Pues aquí ocurre así, además es también productor de esta película y le dedica su actuación (así aparece entre los títulos del final) a su hija Montana.

En definitiva, un película muy agradable de ver; lamentablemente será opacada por las gloriosas mediocridades que mes a mes se imponen o recomiendan como el no va más, de manera que pasará desapercibida o simplemente ni pasará por la mayoría de los cines, debido a una publicidad bastarda, principalmene orientada a enganchar al mayor número de necios posibles a películas sin fu ni fa, violentas o que no merecen ninguna dedicación.

Esta es una película sobre el talento y el esfuerzo que requiere cualquier objetivo de auténtico valor en la vida (no va de tiros ni de patear o destripar a nadie), enfocada a la sociabilidad, los valores, la buena educación, la ternura y el empeño o amistad con la lengua y la ortografía más que con los crímenes, la droga o los delitos; una historia entrañable acerca de una muchachita preadolescente que irremediablemente conquista la simpatía y el cariño de quienes la contemplen.

Por último resaltar el magistral mensaje de esta película que se repite a lo largo de la misma: «Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos infinitamente poderosos. Nos preguntaremos, "¿Quién soy yo para ser brillante, bello, talentoso y fabuloso?" En realidad "¿quién eres para no serlo?" Nacimos para manifestar la gloria de Dios que llevamos dentro. Y al dejar brillar nuestra luz, inconscientemente permitimos que otros hagan lo mismo.»

Fej Delvahe

El Dr. Larabee (Laurence Fishburne) es director de una escuela en un barrio marginado debido a su pobreza, incidencia criminal y su población negra. El Dr. Larabee descubre que en la escuela hay una niña, Akeelah Anderson (Keke Palmer), con grandes destrezas y habilidades para las palabras, por lo que decide presentarla en el concurso, “Scripps National Speeling Bee”. Pero el Dr. Larabee y Akeelah tienen que librar muchos obstáculos y piedras de tropiezo para lograr sus metas.

La película tuvo un presupuesto de $8 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $19 millones, más $26 millones por la venta del DVD, además recibió 22 nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales ganó diez de ellos.

Típica historia de niña Afroamericana que supera todas las expectativas frente a la oposición de su entorno. En principio parece que la película va a prometer más en su desarrollo, pero se queda en un simple interesante y nada más. Por lo menos transmite algo desde mi punto de vista muy importante, el amor por la palabra escrita. Los niños de hoy día leen cada vez menos y es una pena. Merece al menos un visionado.

Niña afroamericana repelente obsesionada con deletrear palabras. El resto de la crítica en "spoiler"...

Antes de nada, indicar que prepucio se encuentra en el diccionario de la lengua española y sería más interesante ver la cara de un niño-bien ‘obligado’ a decir un taco en un concurso de esta índole… (mi mamá no me deja…y en casa sólo se usa la palabra '*olla').
Si alguien se quedó con ganas después de “Spellbound” que no vea “Akeelah contra todos”…

La frase (que luego no es de quién dicen… según dicen):
«Nuestro mayor temor no es ser inadecuados. Nuestro mayor temor es ser más poderosos de lo inimaginable. Nos preguntamos, quién soy yo para ser inteligente, hermoso, dotado y fabuloso. Mejor dicho, ¿quién soy para no serlo?
Nacimos para manifestar la gloria de dios que está dentro de nosotros al permitir que nuestra luz brille, inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo.»

Es de ese tipo de películas en las que el profe dice: tiene talento pero hay que entrenarla. Por supuesto, aunque la cague hay segundas oportunidades con palmaditas incluidas. Y aunque sea la cosa es entrar de rebote, como marca la tradición del buen drama sobre competiciones.
Pero su madre está mas preocupada de su hijo maleante que de sus meritos. ¡Oh! Llegó el conflicto y el antagonista en forma de madre. Despierta ese aliciente de fortuna y victoria entre los perdedores, donde asoman los traumas y viejas heridas, con una clara sinfonía de ‘olvida la violencia’.