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Japón

Drama Un hombre abandona la Ciudad de México para irse al campo a preparar su muerte. Allí se aloja con una vieja viuda india en una desvencijada casa con vistas a un desolado cañón. En la inmensidad de un salvaje e imponente paisaje, se enfrenta a la infinita humanidad de la vieja viuda, y su conducta oscila entre la crueldad y el lirismo. Sus embotados sentidos se despiertan y así se renuevan su instinto vital y sus deseos sexuales. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
4 de noviembre de 2007
27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo decir que las dos películas que he visto de este director, "Batalla en el cielo" y "Japón", me han dejado pasmado por la profundidad con la que aplica una serie de músicas inmortales, que consiguen trascender las imágenes que estamos viendo. En "Batalla en el cielo" empieza con "the protecting veil" del compositor J. Tavener y más tarde saca a relucir con insólita belleza uno de los conciertos para clave más bellos de Bach; y en lo que se refiere a "Japón" hay fragmentos de la "sinfonía n.º 15"de Shostakovich, "La pasión según San Mateo" de Bach, y las dos obras de A. Pärt: "Miserere" y "Canto por la muerte de B. Britten". Nada más ni nada menos.

No sé vosotros, pero en ambas películas he sentido algo que no había sentido en el resto de cine que he visto. Me refiero a esa fusión entre sonidos e imagen. En serio. A lo mejor es que seré un sentimental, pero es cuando Reygadas nos pone esos poéticos fragmentos de música e imagen, me aplasta como a un gusano y me traspasa de emoción. Así que animo a todo amante de la música a que disfrute con estos híbridos que no sé cómo diablos concibe Reygadas.

Escasez de medios, diálogos a veces incomprensibles, actores que no actúan sino que viven dentro de la película... Defectos que perdono por esa impagable concepción audio-visual de Carlos Reygadas. Como he leído en la crítica anterior, film cuasi-documental, así que si no te gusta la naturalidad y sencillez, ni se te ocurra ver esta película. Avisados estáis.

Un saludo a todos.
Autillo
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9 de junio de 2012
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Japón" no es una película sobre Japón. Se trata de una película mexicana, pero no es una película sobre México tampoco. Para mí, es algo realmente grande: una película sobre el cine y la razón por la que todavía existe. La historia es bastante simple y a la vez estremecedora, yo la definiría como una especie de viaje espiritual:
Un hombre, decidido a morir, entra en un cañón con el fin de suicidarse en paz y tranquilidad. Se traslada a casa de una anciana e impresionado por su actitud ante la vida y de alguna manera inspirado en lo que está pasando en la naturaleza tiene una especie de “resurrección”.

La propuesta del realizador mexicano, consiste en no darle tanta importancia a la historia (incluyendo el desarrollo de carácter lógico e ilógico), si no en la forma en que la cuenta. La película a nivel realización, bebe claramente de la obra del gran Andrei Tarkovsky; goza de gran naturalismo, opta por un amplio uso del espacio y tiempo, lo cual se ve reflejado en esos constantes planos secuencia que en compañía de música clásica hicieron característicos al cineasta ruso, pero con más tendencia al "docudrama". Para muestra, tan solo su desconcertante secuencia final es para despertar admiración en el poder de sus imágenes y en la capacidad excepcional de su director.

Así mismo, Reygadas hace constantes referencias entre lo espiritual y lo terrenal, ambos síntomas se hacen presentes en la película desde la creencia en imágenes, la muerte, el empeño en la naturaleza, la vida ermitaña, la miseria en sus múltiples formas, etc., hasta desembocar en el inevitable paralelismo entre sus protagonistas. Por un lado, él huye de la ciudad y trata de acabar con una vida que se extingue en el vacío (referencia de la barranca que busca), y ella parece ser una presencia divina, muestra de generosidad y humanidad, cuya inocencia y sencillez forman al verdadero ser humano (vive en la cima del cañón).

Por su parte, Diego Martínez Vignatti realiza un trabajo asombroso de fotografía, empleando esos minutos muertos para admirar el maravilloso paisaje y esos pequeños eventos (algunos feos) que suceden durante ese espacio de tiempo, tratando de absorber tan intensamente como sea posible cada uno de ellos. Como resultado, algunas personas podrían tacharlos de aburridos, pero eso es una lástima, porque el gran valor de esta propuesta radica en la capacidad de disfrutar de la experiencia inmediata de la belleza.

De esta forma, "Japón" se convierte en un ejercicio fílmico reflexivo y poético, cine tranquilo, pero muy grande. Sus cuadros minimalistas y perfección visual, guste o desagrade, lo convierten en un film enigmático e inolvidable.
UGGO
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6 de noviembre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay una palabra que define a Japón es brutal. Y es que la película debut con la que Carlos Raygadas quiso darse a conocer al mundo es una suerte de complejísima estructura de inspiraciones freudianas, exploraciones existencialistas, sobriedad formal y simbólica e inteligente aplicación de la música clásica a la narratividad.

Muchas de las ideas que se reflejan en esta película están basadas en la obra de su apreciado maestro, el gran Andrei Tarkovsky, un cineasta tan duro y personal que incluso imitarlo resulta complejo. Aquí ¡, Carlos Raygadas, está a la altura de ser un Tarkovsky mexicano.

Definitivamente Japón no es una película para todos los públicos, su complejidad temática, en contradicción con una simplicidad argumental, pero que deja boquiabierto al espectador al poner en jaque un gran número de valores (la religión, el sexo y la muerte cruzan la frontera del tabú en esta película) con un taciturno protagonista que sufre por momentos las pulsiones de vivir y de morir que se enfrenta a su propia existencia y que zigzagea entre ambos extremos convirtiendo la obra en una película de contrastes.

Es un tópico en las críticas de cine decir que una cinta no te dejará indeferente aunque no te guste y que será difícil de olvidar, pero en este caso las líneas rojas que cruza el argumento y que despiertan cierta abyección en el espectador, combinado con unos personajes enigmáticos, una fotografía salvaje y cruda, unos planos que rompen los moldes de la narrativa tradicional y una música tenebrista, no dejan lugar al duda. Toma el tópico y hazlo certeza porque realmente no te dejará indiferente. Japón te atrapa en una atmósfera abigarrada, congestionada de ideas pero límpida de elementos formales

Para las que no hayan visto jamás una película del genio soviético Tarkovsky se encontrarán con un argumento difícil de digerir, para nada creíble si no hay una lectura simbólica de lo que ocurre, planos exasperantemente largos y escasas dosis de acción y diálogos. Aburrirá por momentos y te removerá con bofetones de conciencia en otros cortes del metraje. Para los que simplemente se dejen arrastrar y puedan entrever algunas complejidades de la cinta, disfrutarán de algo original, conmovedor, sorprendente y lleno de consciencia y por supuesto, de algo que no podrán ver jamás en otra película. Japón es otra cosa.

En el aspecto formal no cabe más que destacar sobre todo lo demás un excepcional plano secuencia que dura exactamente lo que la canción 'cantus in memorian of Benjamin Britten'. Son cinco minutos y siete segundos de cine superlativo para un final soberbio y latente a través de las vías del tren con una cámara giratoria que recoge escenas sobrecogedoras. Uno de los mejores planos secuencia que se hayan hecho en este siglo.

Por todo ello, y aunque es una película que se puede atragantar y difícil de digerir (no es intención del director la de agradar si no la de generar sentimientos crudos y fríos) merece la pena intentar darle una oportunidad a este Tarkovsky mexicano, a este Freud del celuloide que le ha dado al cine mexicano una nueva dimensión.

Crítica para www.viveiberoamerica.com
http://www.viveiberoamerica.com/going-beyond-amazon-a-new-model-for-authors-retailers-and-publishers/
@iberoamericavi
Palomitasconchoco
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23 de enero de 2010
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película te transporta a la vida campesina en las comunidades rurales de México, con sus amaneceres frescos y tranquilos, el café de olla, la suave brisa del viento y el sonido de los animales y árboles. Lo sabemos los que lo hemos vivido ahí. Me gusta esta película porque te hace renacer ese sentimiento de amor a la naturaleza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
intentodecinefilo
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25 de abril de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sublimando la obra de su amado Tarkovski, Carlos Reygadas se presentó al mundo con Japón, en opinión de quien escribe esto, la película que más cerca ha estado de eso que llamamos Dios. Y me refiero a Dios como algo absoluto, como algo trascendente. Algo en lo que el Hombre cree necesariamente, aunque luego reniegue de él. No pretendo hacer una apología de la religión. Yo soy ateo, creo que Reygadas también. Pero siento fascinación por el hecho de que todas las civilizaciones humanas han creado a sus dioses, a esas figuras que explican aquello que no somos capaces de comprender.

Y Japón se sitúa en el terreno de lo inexplicable. Un hombre que abandona los muros de la ciudad, para retirarse a la montaña. Un lugar tan alto donde casi puedes tocar a Dios. Allí, todo resulta trascendente, al igual que en Andrei Rublev, de Tarkovski. Cada gesto, por nimio que sea, parece sublime. Y Reygadas sabe como filmarlo. Sea hermoso, sea desagradable, todo parece creación de un Dios anterior a todas las religiones. ¿Cómo explicarlo? Reygadas no lo hace. Es cada espectador el que debe encontrar su respuesta. Los que sean religiosos la encontrarán, y los que no lo somos disfrutaremos ante ese mundo de imágenes y sonidos llenos de incertidumbre. Reflexión filosófica de altos vueltos. Seguramente Reygadas no filmará nunca nada tan bueno como Japón, porque es casi imposible. Sin embargo, quedará para la Historia del Cine como un director que consiguió sublimar una herencia cinematográfica (Bresson, Bergman, Tarkovski) llevándola a lugares nunca explorados. Brindo por ello.
Amante del Gran Cine
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