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Effi Briest

Drama. Romance Basada en la novela homónima de Theodor Fontane, trata sobre el estricto código moral de los prusianos durante los tiempos de Bismarck. Effi Briest es una joven que se casa con un hombre mayor que ella, el Baron von Instetten. Tras unos años en los que la pareja vive feliz, la amistad de ella con el Mayor Crampas supondrá un conflicto ético que concluirá con un duelo entre el marido ofendido y el supuesto amante. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
27 de agosto de 2005
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vigésimotercera película de Fassbinder, rodada en B/N en Munich, Viena, la Selva Negra y en Aeroskobing (Dinamarca). Se basa en la novela homónima de Theodor Fontane, adaptada al cine en dos ocasiones anteriores. Estrenada en el Festival de Berlín el 28-VI-1974, fue nominada al Globo de Oro a la mejor película. Levantó protestas de grupos feministas.

La acción se desarrolla en tiempos del gobierno de Bismarck (1871-1890). Explica las desventuras de Effi Briest (Hanna Schygulla), una muchacha alegre y vitalista, que sus padres casan a los 17 años con el barón Geert von Instetten (Wolfang Schenck), 20 años mayor que ella. Establecen su residencia en una localidad próxima al Báltico, donde las ausencias del marido y la monotonía de una vida sin alicientes afectan a Effi.

El director y guionista pretende mostrar la violencia que emana para las personas, especialmente para la mujer, del rigor moral de los códigos de conducta de la sociedad prusiana. Los comportamientos que no se ajustan a ellos son reprimidos y castigados con severidad. Al amparo de estas circustancias, la sociedad prusiana se muestra sumamente reservada, esquiva, fría, vacía y cruel. La narración se desarrolla a la manera de un ensayo literario, meticuloso, sereno, exento de estridencias, estilizado y muy depurado, que extrae de la represión social una poética de exquisita belleza. Los recursos expresivos son utilizados al servicio de un objetivo: mostrar la crueldad de la represión social y el daño moral que provoca en las personas, a las que puede llevar a una muerte prematura de soledad, abandono, miseria y vergüenza. A tal fin, utiliza de manera reiterativa un solo tema musical, un fragmento de "Havanaise", de Camille Saint Saëns; la fotografía incorpora fuertes contrastes de blancos (evocadores de vacío interior) y negros sombríos (presagio de desventuras); fundidos en blanco que despiertan al espectador y no le invitan a fantasear, como los fundidos en negro, según Fassbinder; presencia muy abundante en la casa de esculturas de figura, que refuerzan los sentimientos de rigidez y deshumanización; presentación de paisajes espléndidos, grises, áridos y desolados, que reflejan el interior del alma humana; frecuente uso de espejos que reproducen la frialdad de los personajes; la desgarradora aparición de la hija del matrimonio en una única secuencia de pocos segundos; la narración de la fábula temible del chino que Geert emplea para dominar a Effi, recién casada; la visión de escenas a través de puertas semicerradas, etc. Fassbinder no usa recursos narrativos suplérfluos: todos tienden a explicar la ansiedad, el miedo y la terrible soledad de Effi.

Considerada por el autor la séptima mejor película de entre las 43 que produjo, es una obra que deleita y eleva el espíritu. Constituye un espectáculo de cine esencialmente puro, de gran calidad.
Miquel
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7 de abril de 2007
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Es un film de época, pero sin magnificencias, sino todo muy recogido e intimista. Esta filmada en blanco y negro. El hieratismo visual y de los personajes puede irritar a cualquiera. Respecto a esto último, es quizá uno de los puntos fuertes de la película. Se coarta toda mínima acción y movimiento a favor de la narración textual. Se deja continuamente en suspenso la imagen mientas se sigue elaborando el discurso, o mientras continua la narración, mediante voz en off, o a través de los diálogos. La imagen está totalmente supeditada al texto, en contra de la corriente actual, donde la imagen casi lo es todo (como quizá debiera ser, si de cine estamos hablando), y donde esta lleva la carga de la narración, hasta tal punto, que si nada oímos no importa. Aquí se escinden las dos dimensiones del film, sirviendo la imagen como punto de anclaje al espectador mientras se dispara una narración especialmente dialogada. Se frena la imagen, pero la narración se desliga de esta y sigue su curso.


* Creo que se podría ver en esta película una especie de edición ilustrada del libro de Fontane, o una edición ilustrada de la visión que de él tiene Fassbinder. Es como si abriésemos el libro y ahí estuviesen las instantáneas que sobre la historia proyecta este director.


* La imagen, pese a aséptica y grave, es poderosa. Se juega con planos y perspectivas; se nos lanzan primeros planos, o a los personajes en la distancia; se presenta los protagonistas velados, con objetos interpuestos, a traves del reflejo en los espejos, en segundos planos. Se juega y crea con la imagen todo lo que un aseptico film de época permite.


* Desgraciadamente no he leído esta novela de Fontane en concreto, pero si leí “Grete Minde”, y entre algunos aspectos constructivos de esta novela y la película de Fassbinder encuentro varios puntos en común. Los personajes perfilados de un par de trazos, construidos a base de dos simples caracteres con los que se desenvolverán por toda la trama, pero que bastan para personalizarlos, junto con las relaciones mantenidas con las demás figuras de la historia. Los escenarios, presentados de golpe, también de unas cuantas pinceladas, como en el teatro, o una postal, a veces simple marco sin desarrollo donde sobrevienen los ágiles diálogos y prestos discursos.
Dicen de Fontane que inicia la novela dialogada, y esto está vinculado con algunos apuntes que he dejado caer más arriba; quizá la “Effi Briest” de Fassbinder como película dialogada.
Lo cierto es que el discurso y los diálogos de la película están confeccionados en tal esmerado lenguaje, y a veces con tal fuerza, que son realmente sugestivos, y la galería de cuadros que suponen sus imágenes es de lo más atrayente, por lo que se pasa por alto el hecho de que la historia no deje de ser típica, y típico también sea su desarrollo, como algo planos sus personajes.
irian hallstatt
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25 de diciembre de 2006
10 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar quiero dejar constancia que con Fassbinder me tuve que callar esta boca tan grande que tengo, pues hasta ver sus películas yo gritaba que el zoom para las bodas quedaba bien, pero en el cine era motivo de fusilamiento. Y por ello me mostraba muy crítico con los drogadictos de los 70 (más conocido como directores de cine) que usaban y abusaban de el creyendo que innovaban algo. Ahora veo que no sabían manejarlo, Fassbinder lo usa e incluso abusa, pero le queda magistral al tío.

En segundo lugar, vi la proyección en un seminario para universitarios (el como conseguí entrar lo comentare en otra crítica), esto quiere decir, con gente de más edad que yo, que tiraban palomitas, canturreaban y abucheaban a la película. Por tanto, puede que mi nota final se resintiera bastante.

En tercer lugar decir que mi nota se debe a que no me resulto interesante la temática, pero el problema es que ignoro si esto se debe al ambiente universitario de la sala ( usando el nick de un usuario al que respeto mucho sus críticas aunque apenas coincidamos; "malditos bastardos") o a Fassbinder. Pero el final me resulto un suplicio, a cada fundido deseaba que se terminará. Estaba totalmente fuera de la historia, aunque la seguía, creo que me explico.

Quiero comentar, que una película, por mucho que este odiando, intento siempre quedarme hasta el final, y sobre todo, no gritar ni montar un numerito en la sala. Bela Tarr no me gusta, pero cuando veo una peli suya tengo la boquita bien cerrada, y si ya no puedo más, discretamente me salgo. Tampoco voy gritando a la salida lo poco que me gusta. Por eso suelo desahogarme en esta web.

Respeto mucho a Fassbinder, pero no tengo más remedio que ponerle un 2, porque se me hizo un suplicio. Así que recomiendo esta peli a quien estudie cine (Apartado técnico impecable) o a los amantes de pelis muy lentas.

Y esta vez el festival de cine de mi ciudad se portó bastante bien. Lo que falló fue la gente.
The_End
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4 de agosto de 2010
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de terminar de ver Effi Briest y la verdad es que me gustaría aprobarla sinceramente, pero me traicionaría a mí mismo haciéndolo. A pesar de lo que digan algunos entusiastas de la cinta, me parece en verdad uno de los títulos más flojos y prescindibles de la larga carrera de Rainer Werner Fassbinder. Es una película que, bajo mi punto de vista, no supone ningún logro, ni a nivel de dirección, ni por lo que plantea, ni por interpretaciones (estáticas, ausentes: los actores parecen hipnotizados aunque estén contando algo clave).
Mi valoración de ciertas películas depende de la época en que fueron realizadas, y es en parte por eso por lo que suspendo Effi Briest. De acuerdo, Fassbinder tiene peores cintas, sobre todo entre las primeras, pero puedo ser más benévolo y comprensivo con ellas dado que se trata de los trabajos de un principiante: lo que es innegable es que cuando Fassbinder acaba Effi Briest es 1974, año en el que ya ha estrenado El mercader de las 4 estaciones, Atención a esa prostituta tan querida, Petra von Kant y Todos nos llamamos Alí, y en comparación con estos grandes títulos Effi Briest es una gran tomadura de pelo.
La película está rodada como rápido y mal, sin mucha preocupación: algunos encuadres se reutilizan de una escena a otra, quiero decir, que poniendo un poco de atención, el espectador puede imaginar casi al dedillo el plan de rodaje. Se da en el filme un excesivo uso de la palabra (cierto que es una adaptación de una novela, pero lo que diferencia al cine de la literatura y del teatro es su capacidad para mostrar imágenes). En algunos momentos la película se limita a presentar diálogos filmados, en ocasiones con imágenes de relleno que no vienen al caso (esto es paticularmente visible en las partes en las que narra el director: el mismo plano de Schygulla andando aparece varias veces para rellenar, al igual que imágenes fijas, que hacen aun más inverosímil que la película sea de época: es más que evidente que el presupuesto era ajustado).
No puedo hacer justicia a Effi Briest sin decir que es un tostón, y que aunque tiene algunas partes buenas, en general está rodada como mecánicamente y -tengo la sensación- de que con pocas ganas y medios. Por lo demás, ¿merece la pena verla? Desde mi punto de vista, no. Presenta por primera vez en la filmografía fassbinderiana rasgos que después repetiría en otras adaptaciones literarias como los rótulos sobre blanco o la voz en off, pero más allá de eso, creo que todo lo que plantea se puede encontrar en mejor y mayor cantidad en otras películas del director. Asimismo, también me ha parecido que la única razón de ser del blanco y negro es la intención de dotar de mayor seriedad y solemnidad al filme, que por muy sibaritas que seamos todos y nos guste dárnoslas, hay que reconocer que es endeble, y falla ya desde los cimientos.
Mastorna
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