The Lords of Salem

Decir "Sheri Moon Zombie no es Mia Farrow, Rob Zombie no es Roman Polanski" tiene tanta validez como decir "The Lords of Salem no es de 1968". Pero lo peor de todo es que se toma como algo malo que Zombie no sea Roman Polanski... ¡Al menos tiene su estilo propio! Cuántos hay que copian cosas de clásicos de terror y se la vienen a agarrar con uno de los pocos que intenta algo distinto. Ya no hay lugar para nuevos directores de horror. Cuando sale una película de este género ya se la ataca sin pensar ni un poco.
Uno se da cuenta de eso cuando ve que las únicas películas de terror actuales con críticas más o menos buenas son aquellas que homenajean o parodian a clásicos, como The Conjuring, La Cabaña en el Bosque o Tú eres el Siguiente.
Si la película es una remake, se le critica que arruina a la original. Si la película no es una remake, se dice que es una copia de alguna otra. Si el director tiene un estilo clásico es que nadie hace nada nuevo. Si el director tiene un estilo propio y original nunca puede llegar a ser como los de antes.

The Lords of Salem es la película de Zombie más personal hasta la fecha. Hizo lo que quería, como quería. Puede que tenga cosas no muy buenas, pero lo importante acá es el estilo de terror. Se reemplazan los golpes de sonidos, tan usados en estos días, con algo más visual, tratando de emular la peor de las pesadillas. El surrealismo presente hace que Rob Zombie pueda esplayarse más con sus extravagantes ideas que ya vimos en La Casa de los mil Cadáveres.

¿Por qué es una copia de la película de Polanski? ¿Porque hay brujas? ¿Porque la protagonista es mujer? ¿Porque tiene introducción, nudo y descenlace? Si es así conozco varias copias más...

No, The Lords of Salem no es El Bebé de Rosemary, Rob Zombie no es Roman Polanski, y eso está bueno.

Antes de añadir mi crítica, me gustaría dejar claros un par de puntos. En la sesión de la mañana en el festival de Sitges la gente abucheó esta película y la puso por los suelos, y en la sesión de la noche (a la cual asistí), cuando se encendieron las luces, mas que aplausos hubieron miradas entre los asistentes como diciéndonos "¿qué leches acabamos de ver?”. Y si, no es una película que se vea fácil, por varios factores, inclusive un par de errores fatales de Rob Zombie (básicamente, un trailer mamporrero que prometía algo que los asistentes no vieron, y la aberrante actuación de Shery moon zombie. Lo siento Shery, estas de muy buen ver, y sabes hacer de loca guarrona muy bien, pero este papel dramático a lo "Rosemary" no has sabido hacerlo bien... Es más, ¡lo has hecho fatal!), pero lo que realmente me enfadó es que al día siguiente, muchas de las personas que fuimos a ver "The lords of salem" también asistimos a "Drácula 3D", y esa SI es una película para haberla estado abucheando hasta las 5 de la mañana, pero claro, es de Argento, y es mas fácil abuchear a Zombie por hacer algo distinto y personal que a un mito como Dario Argento... Pues no señores, la cosa no va así.

La verdad es que el guión no es nada original, es más, es una copia de "Rosemary´s baby", y la mayoría de actuaciones son infumables (sobre todo, repito, el de shery moon), por no hablar de la especie de teletubie chamuscado y el proyecto de "facehugger" que aparecen por el film, y hasta aquí puedo contar. Pero en general es una película más que interesante, íntima y personal. La fotografía es perfecta, y el papel de Dee wallace y Meg foster como secundarias es estelar.

Total, para acabar, The lords of salem es una pelicula que para bien o para mal, se ha de ver. Muchos dirán que es un videoclip muy largo, otros que Rob zombie les ha engañado, otros que se ha intentado copiar de Kubrick y Polansky descaradamente... Y a todos ellos no se les puede quitar la razón, pero a mi, personalmente, como proyecto personal y experiencia masturbatoria de Rob Zombie, debo decir que me ha parecido muy decente.


Lo mejor: Muchas imágenes, planos y secuencias son dignas del mejor cine de terror actual y clásico, inquietantes, reflexivas y soberbias.

Lo peor: el guión, algunas influencias demasiado descaradas y que a según que espectador, la película se le puede hacer muy lenta.

Pues sí, en el minuto 29, versión DVD casero, me he quedado frito sobre el sofá. Al final, 15 horas después he terminado de visionarla para poder acercaros mi maravillosa y negativa opinión.

Pensaba qué iba a ser la típica película de terror mezcla acción, sangre, rock y algo de sexo, todo englobado en la brujería y en Salem (las típicas me gustan, son perfectas para pasar la noche del viernes en pareja cuando no quieres ir al cine o salir a gastar dinero), pero al final lo que me he encontrado ha sido una obra personal, la de un zombie llamado Zombie al paso zombie sin hambre, con un guión muy psicodélico (igual si uno se toma un tripi, lo ve más claro), con interpretaciones sosas y desgastadas, con un ritmo estéril carente de emoción o acción alguna y sobre todo los demonios, o pajeadores profesionales, decepcionantes, una mezcla entre cucarachas y los extraterrestres de Roswell.

Lo bueno del film, son los streepteese de las brujas (para vomitar) y un par de secuencias cómicas (qué creo que no eran cómicas, si no dramáticas, pero con el montaje, han quedado tremendas, para echarse unas risas).

La otra cosa que quería comentar y es un punto a su favor, es el cartel o póster, ¿no os recuerda mucho a la hermana de Beetlejuice? Un engaño más de Zombie y compañía para hacerla más atractiva, para aplaudir.

En definitiva, no soy nadie para decir que debéis ver o no, pero si queréis un consejo, no la veáis, es perder el tiempo.

Tras su segunda incursión en la saga de Michael Myers, el músico de metal Robert Barleth Cummings (aka Rob Zombie) anunció la que sería su siguiente película, abordando esta vez la brujería como tema principal. The Lords of Salem fue proyectada en la pasada edición del Festival de Sitges, donde recibió críticas de todo tipo, aunque al parecer las que predominaban eran las negativas. A pesar de todo, mi interés se ha mantenido intacto y la he visto en cuanto he tenido la oportunidad.

La película lo cierto es que no es fácil de digerir, a veces parece que no se dirige a ninguna parte, por lo que resulta tan fácil amarla como odiarla. Y esto ocurre porque tenemos una vez más al director de La casa de los 1000 cadáveres o Halloween II (H2), el Rob más desatado, el que cuenta las cosas a su manera al precio que sea.

A mí sinceramente me ha gustado, aunque no es tampoco ninguna maravilla entra dentro de lo que esperaba de él, pero quizás porque respeto su estilo. Soy consciente de que eso provoca que sea menos correcto que en sus obras más célebres, como es el caso de Los renegados del diablo, pero también lo convierte en un director distinto al resto, y eso hoy en día es casi más valioso que mantener unos estándares de calidad.

Todo gira en torno a una misteriosa grabación en vinilo que llega a la emisora en la que trabaja Heidi LaRoq, la protagonista que encarna Sheri Moon, la recurrente mujer del cantante. Así pues, como era de esperar, el componente musical juega un papel importante, siendo uno de los mayores aciertos de la película. El resto recae sobre los aquelarres y rituales satánicos de rigor, aunque con un tratamiento algo excéntrico e incluso surrealista de las escenas, que es digamos lo que tiene de especial.

En definitiva, una "rara avis" dentro del terror actual que no destacará ni se convertirá en lo más recordado de su filmografía, pero que se agradece por lo atrevido de la propuesta y sus extrañas simbologías e imágenes. No se la recomiendo a todo el mundo porque no es para todo el mundo, pero quizás mi opinión os oriente un poco.

Eso es lo que parece este despropósito, que no es más que un mal plagio de "La semilla del diablo". Tras un principio levemente prometedor, al director le sale su vena más onírica a lo David Lynch y no hace más que mostrar psicodélicas imágenes absurdas. Al principio son las pesadillas de la protagonista, pero luego directamente la película no es más que un desfile de fotografías estrafalrias que van de artísticas.
No hay terror ni gore en ningún momento. Pero lo malo es que tampoco encontramos la intriga que sí tenía la clásica cinta de Roman Polanski.
Es mala a más no poder. Su escasísimo interés se esfuma cuando vemos esas patéticas representaciones del diablo o a un apartamento convertido en catedral a ritmo de Mozart.
La verdad es que odio las películas oníricas que van de listas pero que no tienen trasfondo y lo único que hacen es mostrarnos los desvaríos mentales del director.
En resumen, que es un bodrio.