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Corazón borrado

Drama El hijo (Lucas Hedges) de un predicador baptista de una pequeña ciudad norteamericana, se ve obligado a participar en un programa para "curar" su homosexualidad, apoyado por la Iglesia. Cuando a los 19 años Jared Eamons (Lucas Hedges) cuenta a sus padres Nancy y Marshall Eamons (Nicole Kidman y Russell Crowe) que es gay, el joven comienza a ser presionado para que asista a un programa de terapia de conversión gay, o de lo contrario será ... [+]
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Críticas 52
Críticas ordenadas por utilidad
7 de abril de 2019
31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Construir tu propio carácter siempre es tarea difícil para cualquier adolescente: muchas veces sabe (o cree saber) lo que se espera o exige de él, pero no siempre escucha o atiende a lo que él necesita o desea en realidad, porque da más importancia y valor a los dictados normativos – explícitos o implícitos – que va absorbiendo de su entorno (familia, amigos, sociedad, …) que a sus necesidades y anhelos íntimos, porque aún no sabe calibrar por sí mismo los límites entre su pulsión real y sus ansias gregarias de obtener un lugar en el mundo. Es una frágil y sutil lucha entre querer ser bueno y querer ser aceptado por todos a los que ama y necesita. Pero si nos dejamos imponer la tiranía de los ojos que nos miran sobre la verdad de nuestra inalienable esencia, estamos perdidos.

La presente cinta pudiera parecer una obrilla académica que ilustra lo antedicho, pero en realidad es una radiografía del terror (y horror) psicológico al que es sometido un joven – hijo de un predicador evangélico y de una sumisa esposa amantísima – por una denuncia anónima e interesada, de ser gay. Internado en un centro de ‘reeducación’ (terrible y falaz palabra que presupone que podemos ser programados a voluntad) para personas extraviadas del ‘recto camino bíblico’, asistimos al impío y desolador calvario de ser tratado como escoria, como engendro infecto, como morralla inmoral y pecaminosa por la nimia e invisible diferencia de orientar tu deseo y afecto emocional y sensual hacia personas de tu mismo sexo. Podrá ser una disposición minoritaria, pero ¿acaso depende el respeto que nos otorguen los demás a que tengamos que ser, por obligación o mandato, siempre unánimes y uniformes?

Quizás para aquellos que nunca hayan tenido que enfrentarse, por los motivos o razones que sea, a lo que de ellos se esperaba o exigía, tengan alguna dificultad de entender el desgarro, angustia y desolación que supone tener que rebelarse frente a tus seres queridos y tomar la decisión de ser honestos consigo mismos antes que sucumbir a la hipocresía y castración de cumplir con la imposición colectiva de fluir con la mayoría y no salirse de los márgenes trazados, aunque esto conlleve el sacrificio de ser excluidos del seno familiar o del amparo y protección de la comunidad. Ser diferente nunca es fácil. Proclamar y defender esa disparidad puede ser devastador.

Estamos ante un penetrante estudio de caracteres. Y para ello es de vital importancia contar con unas excelentes actuaciones – como es el caso – para comprender la dolorosa amalgama de los afectos y fobias que están en juego: Lucas Hedges brilla como el acosado afligido; y Nicole Kidman está soberbia como madre escindida entre dos ¿irreconciliables? lealtades.
antonalva
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2 de diciembre de 2018
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Boy Erased" es un filme sobre auto-represión, autoritarismo familiar y dictadura religiosa en sociedades conservadoras. Notable descripción de individuos muy diferentes entre sí que solamente tienen una característica que los une (homosexuales). La hipocresía de las iglesias, la privación de libertad, lo artificial de la familia tradicional y el abuso psicológico son expuestos con convicción sobretodo en la segunda parte del filme. Lucas Hedges desnuda su alma entera en este filme.
OscarLaguna
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21 de enero de 2019
24 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joel Edgerton firma su segunda película como director y tomando una historia real, se acerca al mundo de la homosexualidad. Centra su atención en las terapias o pseudoterapias vigentes hoy en día en numerosos estados de Estados Unidos, que pretenden curar a aquellos que sienten atracción física por los de su mismo sexo.
Refleja una religiosidad estricta y rancia, predominante en eso que se ha dado en llamar la América profunda, dónde gays y lesbianas son tratados como enfermos; pecadores que alejándose de las enseñanzas del Señor, han de ser guiados de nuevo por el buen camino.

Internados en un centro difícil de calificar, un grupo de homosexuales van a padecer los grotescos tratamientos del director del mismo, interpretado por el propio Joel Edegerton. No faltaran humillaciones de todo tipo y condición, abonados por un sectarismo que provocará la reacción del protagonista (Lucas Hedges), que se niega a ser conducido como un borrego hacia la anulación completa de su personalidad.

No resulta sencillo entender como la primera nación de occidente puede amparar y apoyar institucionalmente estas prácticas que desafían el sentido común y el más elemental consenso científico sobre el tema. No es una excepción. En numerosos condados, en las escuelas se incluye en el currículo escolar el creacionismo, negando mediante una singular interpretación de la biblia, esa maravillosa obra del pensamiento y la ciencia humanas que es “El origen de las especies”, de un tal Charles Darwin.

Con un reparto de lujo, los hechos se narran con corrección, pero no llego a implicarme ni a creerme del todo los padecimientos, las contradicciones internas del protagonista. Me parece que el film arriesga poco, y me invade la sensación de haberme quedado a medias. Me reconforta ver a Nicole Kidman, en un papel muy secundario, como abnegada madre y mujer de un pastor que ejerce un patriarcado amparándose en unas creencias, que me siguen produciendo mucho miedo.
Juan Pablo
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17 de mayo de 2019
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indiscutiblemente, una de las mejores interpretaciones de Nicole Kidman. Irreconocible, tras abandonar esa frialdad que siempre la caracterizó desde el inicio de su carrera. Lástima que llegue a destiempo y lo vuelque para interpretar un papel casi de telefilm.

Rusell Crowe ha dejado de ser una estrella para convertirse a lo largo de sus últimos trabajos, en un actor de relleno, abandonando su aspecto físico cuidado, por otro que le generará en un futuro abundantes papeles secundarios. Nunca me ha parecido un gran actor... sus registros suelen ser los mismos, siempre cómodos y contenidos.

Y ahora pasemos a la disección del producto:
Cuanto daño hacen unos padres intolerantes, y pongo el daño de los padres por encima de esa presunta "secta cura maricas" a la que destierran a su hijo.

Nos encontramos ante una película para reflexionar, y sacar conclusiones... muy concluyentes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
LEUGIM
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17 de enero de 2019
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Boy Erased” (2018) de Joel Edgerton con Lucas Hedges, Nicole Kidman, Russell Crowe, Joel Edgerton, Xavier Dolan, Emily Hinkler, Joe Alwyn, entre otros. Drama de temática gay, basado en las memorias de Garrard Conley, sobre sus experiencias en un “centro de conversión religioso de homosexuales” donde los padres envían a sus hijos para “ser corregidos” El filme es valiente, aunque no es lo suficientemente sincero en el sentido de mostrar la crudeza emocional y psicológica de quienes sufren las terapias en dichos centros, muchos de los cuales, ni siquiera son regulados, y muchos son dirigidos por fanáticos incompetentes, que solo buscan el bienestar económico de la desesperación e ignorancia de los padres, que no tiene idea de cómo tratar los temas de sexualidad, o no tienen el coraje de lidiar con hijos que según el filme “no son perfectos” Y es que hablando de perfección, la película muestra mucho de eso, pero en el fondo, se vive un ambiente podrido; no es casual el lugar idílico donde suceden los hechos, como una clínica de tratamientos, o la casa y el vecindario del protagonista, “donde Dios vive” Pero que en el fondo solo hay miseria, inseguridades y temores, que son calmados con la ignorancia de la religión. Y es que el filme se cuida de no ser tanto un alegato anti religioso, y pone el dedo en la llaga en quienes sacan provecho de la situación. La dirección de Edgerton es asombrosa, cuidadosa, sin caer en maniqueísmos ni melodramas, con tomas y escenas cuidadas, una de gran impacto como la violación, y otras muy emotivas, como las escenas de la madre que cuida a su hijo del Mal. Y por ello, el director/actor se rodea de grandes actores, donde Lucas Hedges vuelve a demostrar que ha madurado mucho en su profesión, y su personaje se siente empático para el espectador, aun cuando parezca que no cambia de expresión, pero tiene sus matices, y logra mantener la atención sobre su personaje durante todo el metraje; o La Kidman en un papel muy fuerte, como Russell Crowe algo dejado de lado, pero con escenas clave y cuidadas para hacer avanzar la trama. Lástima que no sabemos más de Joe Alwyn, que solo se mostró como detonante, así como los otros internos, como Xavier Dolan, del que sabemos poco, pero su físico agredido dice mucho de su vida. Son muchos detalles que el director pone en su película para llamar al análisis, las segundas lecturas y la reflexión. Una vez más se demuestra que “la religión es un gran problema”
RECOMENDADA.
PRONTO una nota en el blog de Lecturas Cinematográficas.
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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