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Mientras somos jóvenes

Comedia. Drama Josh Srebnick (Ben Stiller) es un veterano director de documentales que está pasando por una mala racha profesional mientras prepara su próxima película. Todo empieza a despejarse cuando él y su mujer (Naomi Watts) comienzan a salir con una joven pareja formada por Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried). Gracias a ello, Josh comienza a recuperar su juventud perdida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 46
Críticas ordenadas por utilidad
8 de setiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida a ese grupo de personas que ya han cumplido los cuarenta y que pueden entender cómo se siente la pareja protagonista al conocer a otra veinte años más joven que les muestran admiración y al mismo tiempo les ofrecen emociones nuevas en las que se sumergen sin más, aunque sean rotundas tonterías.
Nos cuenta la necesidad de unos cuarentones de recordar la juventud más tonta y alocada, pero sobre todo habla de la fragilidad del Ego, la frustración y el conformismo con la vida. Una crisis que puede pasar a cualquier edad, sin necesidad de cumplir los cuarenta , es ese momento en el que nos preguntamos si somos felices con lo que tenemos o si era eso lo que queríamos en la vida cuando empezamos a tener sueños, el detonante puede ser unos nuevos amigos o cualquier otra cosa.
También describe la facilidad con que vemos los defectos de los demás sin darnos cuenta que a veces son los nuestros los que nos molestan más. Un género de situación, ni drama, ni comedia, es una peli de sonrisa aunque con algún golpe que provoca la carcajada. Lo mejor la visita al médico de Ben Stiller y lo peor la escena escatológica de grupo, que rompe el ritmo y que resulta, además de grimosa, totalmente prescindible.
Maria de las Mercedes
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2 de setiembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Josh (Ben Stiller) Y Cornelia (Naomi Watts) son una pareja de cuarentones sin hijos, un tanto perdidos entre la gente de su generación por ese mismo hecho. Sus mejores amigos acaban de tener un hijo y su relación con ellos no es lo misma, pues dejan de interesarles las mismas cosas, por lo que se sienten un poco incómodos. Incapaces de conectar con la generación a la que pertenecen, acaban haciendo amistad con Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried), una pareja de veinteañeros llenos de vida a los que Josh conoce mientras imparte una de sus clases. Así, nuestra pareja protagonista empezará a hacer otro tipo de cosas, quizá aquellas que acostumbraba a hacer cuando rondaban la veintena; pero también se acordarán irremediablemente de que ya no son jóvenes, y asumirán la barrera intergeneracional que existe, por mucho que en ocasiones parezca invisible.

Noah Baumbach escribe y dirige esta película, cuya primera media hora es excepcional en todos los aspectos. Mientras seamos jóvenes se siente fresca, divertida, entretenida, e incluso se permite guardar bajo su superficie cuestiones acerca de la moralidad: apariencias, engaño, conveniencia… Baumbach construye cuatro personajes espléndidos, cuyas interpretaciones elevan aún más su riqueza. Sin embargo, según el transcurso de la historia avanza todo comienza a volverse en su contra.

El director neoyorquino parece no conformarse con realizar una comedia ligera con trasfondo, como tantas veces ha hecho con tan buenos resultados Woody Allen. No, en Mientras seamos jóvenes parece obligado que haya puntos de giro y una historia compleja detrás de todo. Noah Baumbach quería comerse el mundo con esta película, pero éste es demasiado grande y su película ha terminado por perderse en su interior. A pesar de sus diálogos siempre originales e ingeniosos, Mientras seamos jóvenes achaca el hacer uso de los recursos narrativos más primitivos.

Durante el tramo central de la narración, Ben Stiller acapara todo el protagonismo de la cinta: se siente cómodo en el papel de fracasado que, como dice él mismo, “tiene 44 años y hay cosas que ya nunca hará”; sin embargo, sus correrías se siguen con menor atención de la debida. Nadie sabe hacia dónde quiere ir el director y guionista, que transmite un problema de indecisión originado por sus pretensiones de enriquecer una historia que no lo necesitaba. Explorar todas las aristas de sus personajes, al menos en el ámbito de la relación surgida, no lleva consigo el enredar una historia que merecía un desarrollo más brillante.

A pesar de perderse en un mar de dudas, Mientras seamos jóvenes nunca pierde por completo su descaro, como tampoco desaparecen las siempre efectivas situaciones cómicas. Así que aun sumida en un altibajo continúo desde poco más de la primera media hora, la nueva cinta de Noah Baumbach no queda nunca exenta de interés. Es una entretenida comedia llena de apuntes interesantes, aunque éstos se muestren un tanto dispersos.

Al final, es inevitable situar a Baumbach con un autor que, en cierto modo, reniega de los tiempos que vivimos. De ahí surge esa pareja de veinteañeros que utiliza máquinas de escribir, escucha la música en vinilos, lee libros y socializa sin depender de las nuevas redes sociales. Y es que en Mientras seamos jóvenes siempre se respira talento y ambición, quedando demostrado que esto último no es necesariamente positivo. Desde luego, yo valoro más un trabajo ambicioso en exceso que uno conservador en su forma y su fondo.

Crítica publicada en http://dfcinema.com
Marty Maher
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1 de setiembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera media hora de "Mientras seamos jóvenes" es una oda a las crisis de edad. Josh y Cornelia ven desaparecer inevitablemente una etapa de su vida que nunca volverá, sentimiento con el cual más de uno se sentirá identificado. Sin embargo, el guión carece de intensidad según avanza el film y el giro final de la trama no se recibe con tanto interés como debería.

Película que se deja ver pero me quedo con ganas de más. Le salvan los pocos (aunque suficientes) toques de humor y unos diálogos muy bien construidos. Buen reparto y actuaciones pasables. Recomendada para adultos que no quieren dejar escapar su espíritu joven.
Diego
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9 de setiembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Mientras seamos jóvenes’ es la penúltima película de Noah Baumbach (ya ha estrenado en Estados Unidos la más reciente ‘Mistress America’), un director curtido en la esfera independiente, con cintas como ‘Una historia de Brooklyn’, ‘Margot y la boda’, ‘Greenberg’ y ‘Frances Ha’ y que también ha trabajado con Wes Anderson como coguionista de ‘Life Aquatic’ y ‘Fantástico Sr.Fox’. Baumbach es uno de esos creadores que entran de pleno en la categoría de arquetipo de director del Festival de Sundance, autor de un cine con un punto “cultureta”, rayando en lo pretencioso pero interesante. Con los años parece haber ido modelando ese estilo y ahora resulta bastante más pulido (y más logrado) que en sus inicios, siendo su obra un tratado sobre la dificultad de establecer lazos emocionales auténticos, con unos personajes inmaduros que se ven obligados a dar un paso adelante para no quedarse atrás del resto del mundo.

‘Mientras seamos jóvenes’ comienza con una cita del dramaturgo noruego Henrik Ibsen sobre la necesidad y los peligros de dejar entrar a los jóvenes en la vida de un hombre maduro, antes de dar paso a una escena aparentemente familiar, donde los personajes de Josh (Ben Stiller) y Cornelia (Naomi Watts) miran con ternura a un bebé y tratan de contarle un cuento. Inmediatamente pensamos que se trata de su hijo, hasta que el pequeño rompe a llorar y ambos muestran fastidio por no saber qué hacer, momento en el que entran en escena sus verdaderos padres, una pareja amiga de los protagonistas. Ambas situaciones nos dan una idea clara de lo que Baumbach va a contarnos durante la hora y media siguiente, la peripecia de unos cuarentones sin hijos que no se ajustan a “lo normal” y que afrontarán un reto vital al dejar entrar en sus vidas a unos veinteañeros con ganas de comerse el mundo.

Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried) son una pareja un tanto hipster, que viven en un loft, hacen su propio helado artesanal y tienen objetos vintage. Enseguida atraen la atención de los cuarentones, que encuentran en ellos un reflejo de lo que fueron en su día, cuando tenían grandes ambiciones que acabaron quedándose atrás cuando los años se fueron echando encima sin que casi se hayan dado cuenta. Los tiempos han cambiado y con el predominio de las nuevas tecnologías si Jamie y Darby no recuerdan algo, lo buscan inmediatamente en su teléfono móvil, mientras que, cada vez que puede, Jamie graba en vídeo lo que le parece interesante. Esa desenvoltura seducirá a Josh y Cornelia (él un documentalista incapaz de terminar su último trabajo y ella una mujer que ha renunciado a la maternidad), que empezarán a frecuentar su compañía y a ir dejando de lado a aquellos que con sus predecibles historias domésticas les recuerdan que son dos personas maduras que deberían ir resignándose a ciertos modos de actuar.

Otro de los temas que trata el filme de Baumbach es el de la representación, de las personas y los personajes. Josh es documentalista y trata de buscar el máximo rigor en su trabajo, tratando de no forzar el toque personal, algo que choca con las ideas de Jamie, más en sintonía de añadirle toques propios, en la línea de la frase de Jean-Luc Godard que se cita en el metraje y que asegura que el documental habla de otra persona y la ficción habla de uno mismo. Por ello, Jamie se ha construido un personaje, de joven muy emprendedor, que le hace más atractivo a ojos de los demás, incluidos los de Josh y su mujer, lastrados por ser demasiado ellos mismos. Porque la vida nos demuestra muchas veces (nos guste o no) que son los personajes atractivos los que llegan más lejos que las personas.

En ‘Mientras seamos jóvenes’ Noah Baumbach sabe aunar el cariño y la ironía en el retrato de sus personajes, de manera que al final todos son un poco miserables, pero cada uno cree que tiene sus motivos para serlo. Su visión cómica, con algunas notas de drama, de esa pareja cuarentona que asiste a rituales de limpieza espiritual, mientras él empieza a llevar sombrero y ella a bailar hip hop, no deja de tener un punto de ternura cuando se dan de bruces con esa juventud emprendedora que les devuelve la fe en el idealismo y que, con la misma energía, tampoco duda en llevarse todo por delante. Al buen acabado de la película ayuda su conjuntado cuarteto protagonista, sin olvidar a un solvente Charles Grodin (actor que siempre ha sido más conocido por sus papeles cómicos en ‘Huida a medianoche’ o las cintas del perro ‘Beethoven’), como documentalista veterano y padre del personaje de Naomi Watts, al que el de Ben Stiller no quiere acercarse mucho para demostrar que el solo es capaz de hacer su trabajo, demostrando que las luchas generacionales no entienden de edad. Porque aunque Baumbach no aporta mayor novedad en su mensaje, nos deja claro que juventud y madurez tienen sus brillos y sus partes oscuras. Y que el tiempo pasa y lo va alterando todo mientras tratamos de encontrar nuestro lugar en el caos permanente que es la vida.
travis braddock
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7 de noviembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva película de Noah Baumbach es una comedia que enfrenta a una pareja de esposos que pasan de los 40 frente a otra que ronda los 20, donde verán reflejadas sus frustraciones y problemas creativos abriendo un debate que abarca cuestiones éticas.

Los esposos son Josh (Ben Stiller) y Cordelia (Naomi Watts), él es un documentalista cuya primera película funcionó de alguna manera, aunque realizada hace 10 años y actualmente se encuentra en medio de una crisis creativa, incapaz de concluir su actual proyecto en el que lleva más de 8 años.

Cordelia por su parte, es productora, además es hija de un afamado realizador de documentales. Después de un par de frustrados intentos han decidido no tener hijos, lo que los pone en una situación incómoda ante una pareja de amigos con bebé recién nacido, quien se ha vuelto el centro de sus charlas.

Cuando Josh conoce al final de una clase a Jamie (Alan Driver), un joven que quiere hacer un documental, su vida cotidiana dará un giro, la pareja empezará una cercana relación con éste y su esposa (Amanda Seyfried) en quienes pensarán haber encontrado a los jóvenes que algunas vez fueron; bohemios, soñadores y sin delirios de grandeza en cuanto al éxito, retomando ese estilo de vida y alejándose de sus amistadas, llegando incluso a empezar a colaborar en sus proyectos profesionales.

La película de Baumbach hace un recorrido por muy variados temas que interesarán a los espectadores que circulan más allá de la barrera de los 40 años, donde la nostalgia por lo que fue y lo que nunca llegó a ser se combina con cuestiones propias de la edad como la vida de pareja, la maternidad, dilemas morales y éticos en el ámbito profesional e incluso el estado actual del cine documental.

Con muy acertados diálogos, algunos momentos que miran de reojo al cine de Woody Allen y muchos momentos agridulces, Baumbach consigue posiblemente su mejor película hasta el momento.

http://tantocine.com/mientras-somos-jovenes-de-noah-baumbach/
Quique Mex
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