Vigilados

La primera película de Dave Franco, The Rental (2020), presenta una nueva versión de la trama en la que un grupo de jóvenes se ve amenazado por un potencial asesino que acecha en la oscuridad.

Por Nicolás Bianchi

Michael Myers, el mítico asesino creado por John Carpenter a fines de los 70, es aún una referencia más de 40 años después. En la primera correcta película de Dave Franco, el hermano hasta ahora actor de James, se recurre una vez más a la situación en la que un par de parejas de jóvenes, aunque ya no adolescentes, corren riesgo de sucumbir ante la violencia asesina de un siniestro personaje.

El cruce de las parejas es un tanto farragoso de explicar pero muy fácil de entender. Charlie (Dan Stevens) y Mina (Sheila Vand) son compañeros de trabajo y quieren festejar un pequeño éxito profesional, ya que lograron sustento para su proyecto financiero. Lucen profesionales, jóvenes y exitosos, de esos que trabajan home office con portátiles Apple con todos los gadgets posibles.

A su vez, Mina está en pareja con Josh (Jeremy Allen White), el hermano de Charlie que cuenta con algún antecedente delictivo por ser violento, por no poder controlar su ira. El cuarto personaje, al momento, es Michelle (Alison Brie, aquella esposa ama de casa de Mad Men), la novia de Charlie. Para celebrar organizan un viaje de fin de semana a una casa, más bien una mansión, frente al mar. Reservan por internet y allí van los cuatro. O sea, los dos compañeros de trabajo se van de viaje con sus respectivas parejas y resulta que ellos dos, los hombres, además, son hermanos.

Para complicar un poco más las cosas es evidente que entre Mina y Charlie fluye algún tipo de energía sexual, lo que convierte a toda la situación en algo bastante ominoso. Él no solo estaría traicionando, si es que pasa algo, a su mujer sino que también se estaría enrollando con la pareja de su hermano. A todo esto, durante el viaje en auto al lugar, Mina, que de apellido es Mohamadi y por lo tanto tiene raíces en Medio Oriente, comenta que a ella, seguramente por su nombre, le negaron el alquiler del lugar mientras Charlie lo consiguió ni bien hizo la reserva.

Cuando llegan, el anfitrión, que dice ser el hermano del dueño, es Taylor (Toby Huss), un hombre de mediana edad, con cierto aspecto redneck. Es, supuestamente, quien desechó la reserva de Mina por llamarse Mohamadi y privilegió la de Charlie, un hombre blanco. En principio Taylor es un tanto áspero al trato, aunque cumple correctamente con todo lo que se le demanda. Es más, antes de que caiga la noche les acerca un telescopio para que puedan apreciar el cielo y las estrellas. Debe querer que le pongamos cinco estrellas en la review de la aplicación, dice alguno de los jóvenes. ¿Quiénes son los verdaderamente desagradables?

El miedo a la invasión del hogar está presente porque Taylor deja el artefacto en el living de la casa cuando ellos están paseando por la playa. Se metió sin avisar, aunque había dicho que iba a traer el telescopio. La excesiva reacción contra un caso de racismo, que podría haber ocurrido más en la mente de Mina que en la realidad, es otro componente. En definitiva Taylor nunca expresa nada al respecto. Por la noche todos menos Michelle, que está cansada y se va a dormir temprano, deciden tomar algunas drogas y hacer un pequeño festejo. Alguien, que respira pesadamente, observa desde lejos.

Cuando todo se complique los jóvenes cool van a quedar retratados como egoístas e individualistas, cada cual preocupado por su propia suerte. Hay, en ese sentido, una conexión con The Hunt (2020), aquella película en la que un grupo de progres cazaba despiadadamente a derechistas votantes de Trump. Quienes aparentan ser abiertos, tolerantes y sofisticados quizás no lo sean tanto.

La película, nuevamente, es correcta y hasta se advierte que está realizado con cierto respeto para con el género del slasher. Como si Franco se estuviera presentando y no quisiera tocar nada ni alterar cosa alguna que pueda provocar una molestia. Por un lado, entonces, el film cumple. Genera un suspenso y una tensión a fuego lento, morosidad que aprovecha para describir con cierto detalle a los personajes. Es una primera película que seguramente logre cierta atención para cuando el novicio director lo intente de nuevo.

Dos parejas en su corta salida de vacaciones nos ofrecen un primer contacto extraño con el casero, paseos por la playa, y pequeños descubrimientos sin trascendencia que hacen costoso penetrar en la historia.

El estilo argumental podría pertenecer perfectamente a las películas para televisión programadas en fin de semana. Lo que la diferencia es el tratamiento técnico que le otorga mayor calado, aunque mediocres resultados.

Utiliza recursos narrativos acomodaticios para infectar la intriga con banalidades y sorpresas que no recibimos como tales. Con una duración muy convencional y ajustada, se va enquistando en cuestiones superficiales obvias que aportan poco al desarrollo del interés inicial, ese que debería mostrar para captar la atención del espectador.

¡Bravo, Dave! Esto sí es lo que yo llamo un auténtico acto de fraternidad. Porque ésta, la ópera prima del pequeño de los Franco, es la constatación de que James no es el peor realizador del planeta. Y no por el grado de complejidad del que, a priori, carece un prolegómeno tan gastado como el del fin de semana en el bosque con droga, revolcones y presunto despiporre -o por lo menos así lo aventuran todo el tiempo sus cuatro protagonistas- sino porque el relato que tiene entre manos, obra de él mismo y el gurú mumblecore Joe Swanberg ('Hannah takes the stairs') es, simple y llanamente, un peñazo monumental en el que dos hermanos y sus parejas se van de escapada rural a un lujoso chalet alquilado en la montaña donde, en el transcurso de una hora, pasean por el apartamento, la playa, el monte, retozan en el jacuzzi -30 segundos, aproximadamente- y duermen la mona hasta que, al fin, sucede algo -aunque no diré qué-, que te recuerda que 'Vigilados', en principio, tenía que ser un home invasion. Lo malo es que para esto hay que esperar a que la película llegue hasta los 58 minutos... ¡de poco más de 80!
¿He mencionado ya que la ópera prima de Dave Franco es un acto de fraternidad? Pues también es la prueba de que el amor puede mover montañas. Basta con fijarse en el talante adormecido de su mujer, Alison Brie, no quedándose frita.
'Vigilados' (2020, Dave Franco) es tan pesada, cansina y aburrida que, a los 10 minutos de apagar la tele, ni recordarás por qué te ha parecido tan mala.

Me gustó "The rental". Pero a la vez siento que puedo entender a quién no le guste. Sé que estoy siendo incoherente en mi mensaje y lo acepto, al punto tal que esa sensación me llevó a reflexionar sobre algo más complejo que definir si esta película es buena o mala. Trataré de ser lo más claro posible...
"The rental" es la primera película de Dave Franco, que viene haciendo su carrera de actor al igual que su hermano JamesFranco quien también ya se sentó en la silla de director varias veces.
La película viene con la clasificación de ser "una de terror" y si bien el relato tiene puntos que han sido usados por otras del género (parejas jóvenes yendo a pasar unos días en una casa alquilada, por ejemplo) la película no tiene nada "de terror" sino hasta el último tercio del tiempo total. Este quizás sea el punto que sirva de cuestionamiento para los amantes más ortodoxos del género pero aún así, esta característica no debería definirla como una mala película.
Esto mismo les pasó a una camada de jóvenes directores que, usando cierto formato de género, experimentan con conceptos más amplios y no se dejan llevar por lo que podríamos decir "la estructura clásica del cine de terror". Citemos a Ari Aster (Hereditary , Midsommar), Robert Eggers (The VVitch, The Lighthouse) o Julia Ducournau (Raw) quienes comparten con Franco un detalle no menor: son generacionales. Tienen entre 34 y 37 años, bastante alejados de la anterior camada de popes de la dirección (Christopher Nolan, J. J. Abrams, David Fincher, Karyn Kusama, etc.) quienes ya tienen 50 y más.
Aun no puedo decir si Dave Franco es un gran director ya que esta es su, por ahora, única película pero a mí me generó ganas de ver la siguiente que haga, como me pasó con les directores jóvenes que mencioné más arriba.
Que recurra al tema de la edad y lo generacional para mí es un argumento bastante importante, porque creo que define también las influencias con las que crecen, se forman y hasta comparten les realizadores audiovisuales. Para mí generación, "El exorcista", la película estrenada en 1972, sigue siendo tan escalofriante como siempre mientras que un público millennial puede encontrarla aburrida.
En el medio ha pasado más de un siglo de cine y en la actualidad la oferta no se limita a los estrenos en las salas sino que los estímulos de lo audiovisual provienen de varios espacios más como los videojuegos, plataformas varias o las redes sociales. No me quiero hacer el académico pero quiero citar esto porque me parece que es algo que los de mi generación y más grandes, tenemos que tener en cuenta si queremos seguir viendo las películas que se hacen.
Digo... ya "El exorcista" no es la medida del género. Ya hay una camada de directores y directoras que están haciendo un cine que entra en la historia y quizás porque tuvieron el detalle de nacer casi dos décadas después "de la última gran era del cine", algunas personas se impidan disfrutar de su trabajo sólo porque "eso ya lo vi antes y mejor".
Disfruté "The rental". Puedo sentarme con amigues fanátiques del género y jugar a que encontramos la mayor cantidad de referencias a películas ya hechas, pero eso no me impide pasarla bien con una película sin juzgarla o porque son todas personas blancas, heterosexuales, hegemónicas o porque eso de "gente que va a una casa y la acosa un extraño" ya se hizo un millón de veces.

No hay por donde cogerla. Mala, mala, de condición. No tiene ni pies ni cabeza. Hace aguas por todos los lados. A mí, personalmente , me ha aburrido. La fotografía es pésima y, el desenlace, confuso; No he llegado a entenderlo. En resumen, bien poco me ha aportado. Prescindible a mi entender.