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Lolita

Drama. Romance Humbert Humbert, un profesor cuarentón, llega a Ramsdale (New Hampshire) y alquila una habitación en casa de la viuda Charlotte Haze que tiene una hija de once años. Humbert se enamora perdidamente de la chiquilla y concibe un perverso plan: casarse con la madre para poder estar siempre cerca de la irresistible Lolita... Adaptación de la novela homónima de Vladimir Nabokov. (FILMAFFINITY)
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Críticas 106
Críticas ordenadas por utilidad
28 de abril de 2014
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía, Lo-li-ta, la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo-li-ta.", escribió Nabokov al comienzo de su fascinante novela. Nacida entre olores de escándalo, no cabe duda que “Lolita” fue uno de los acontecimientos literarios del pasado siglo. Una obra polémica que narra la pulsión sexual entre una niña y un adulto. Es el retrato de una gran obsesión, el amor como degradación moral, adaptada por el propio escritor, una película de una profunda perversión y misoginia.

La vida itinerante del profesor de literatura francesa Humbert Humbert (un James Mason sublime), que padece sus obsesiones sexuales mientras recorre los EEUU, de una a otra universidad, viviendo en habitaciones alquiladas. La viuda que acoge a Humbert, Charlotte Haze (Shelley Winters), siente celos ante el crecimiento de su hija Lolita, y ve en el profesor una ocasión única para recomponer su soledad y su deteriorada vida sexual, sublimada en acontecimientos sociales provincianos, bailes anuales y visitas de personajillos famosos como el dramaturgo Quilty, un impagable Peter Sellers, que exagera con destreza e introduce sin desentonar calidad de farsa en la tragedia y prepara rincones de su papel múltiple en el siguiente filme de Kubrick, “Dr. Strangelove”.

Se entiende, por la presión de la época, el aligeramiento por Nabokov y Kubrick de la carga erótica y transgresora que alienta en la turbadora novela, y que leí hace bastante tiempo. La inquietante Sue Lyon de “Lolita” (14 años, la del libro 12), tiene la astucia de una sabia seductora precoz, un toque o gesto felino e indolente de depredadora instintiva; y hay osadía e insolencia en su capacidad para modular con gestos suaves el lenguaje de la insinuación, que hace posible la magistral escena, de poderoso erotismo subterráneo, en que susurra al oído de su padrastro sus juegos de verano. La calidad y sutileza del roce erótico que mueve tan simple cruce de palabras y miradas da idea del destrozo que provocó en la actriz, que jamás superó su fijación en el mito de la “nínfula”, en el que quedó atrapada.

“Lolita” está firmemente apoyada sobre los actores que dirige magistralmente Kubrick, la presencia de James Mason con su enfermizo amor, ayuda a aumentar la intensidad de cada secuencia. Desde sus morbosos títulos de crédito, Kubrick nos anuncia el devenir de los acontecimientos, una película que insinúa mucho más de lo que muestra, el recurso de la voz en “off” en su estructura narrativa, el "flash back” y su aspecto iconográfico que nos atrapa desde el principio. Si “Rebeca” se convirtió en una prenda de vestir gracias a la película de Hitchcock, “lolitas” ha pasado a ser el nombre genérico con que se alude a las niñas sugerentes. Cine inteligente, vigoroso y arriesgado, ejercicio de puesta en escena seductora que nos muestra al Kubrick en plena posesión de su talento.
Antonio Morales
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14 de marzo de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está basada en la obra de Nabokov, que en aquella época estaba muy de moda entre ciertos círculos intelectuales y se trataba de una obra que tocaba un tema bastante polémico, por lo cual mucha gente era reacia a la adaptación de la película. De hecho Kubrick sabía que no podía ser tan explícito como lo era la novela porque la imagen nunca podía ser tan provocativa como lo eran las palabras, por lo que opta por el inteligente juego de la sutileza, que se respira en muchos momentos de la película.

En su exilio voluntario de los Estados Unidos (Kubrick fue seguramente un director mucho más europeo de lo que pensamos) se decidió por el Reino Unido para las localizaciones de la película. Fue aquí donde empezó a recibir el reconocimiento que se le negaba en su tierra natal, por directores como Joseph Losey, el mítico director británico, que consideraba a Kubrick como uno de los mejores directores de esta generación de jóvenes que estaba empezando a florecer. Pese a que en un primer momento el autor de la novela, Nabokov no pretendía involucrarse en el proyecto, acabó colaborando en la construcción del guión.

Para el papel de Lolita se escogió la novata e inexperta atriz Sue Lyon. El proceso de selección fue de lo más curioso, haciendo un cásting entre miles de adolescentes jóvenes que se presentaron a las pruebas. Lyon fue la escogida y fue una buena selección. Aunque en los primeros momentos del rodaje recitaba las frases como un robot fue capaz de convertirse en una estrella interpretativa de la noche a la mañana y cumplió con creces el papel de Lolita.

Una de las características de Kubrick está presente en el film. Kubrick sabía que las secuencias iniciales formaban una parte importante de la película, porque tenían el poder de enganchar de primeras al espectador. Además para él habían de saber preparar al espectador para que este fuera capaz de ver por dónde iban a ir los tiros. En “La Naranja Mecánica” nos queda patente, con esa voz en off y ese monólogo interpretado por Malcom McDowell. En Lolita también nos queda claro, la primera secuencia demuestra el poder erótico (y a la vez sutil) de la película, cuando el personaje de Humbert pinta las uñas de los pies a la joven Lolita.

Kubrick cambio el inicio de la película respecto a la novela. Según él introdujo este cambio porque una vez Humbert se ha aprovechado de ella el interés narrativo decae en cierta manera. De mutuo acuerdo con Nabokov cambio esta estructura para intentar darle más tensión a la película. La película empieza con el asesinado de Humbert a Quilty, para intentar impresionar al público y que este se quede sorprendido y se empieza a preguntar lo que ha pasado.

Humbert es una persona traumatizada por la muerte de su primer amor, cuando él contaba con sólo doce años. Siguiendo un análisis Freudiano se llegaría a la conclusión de que Humbert deriva su obsesión sexual por las jovencitas debido a este trauma adolescente. Lolita es la superación de esta ruptura fracasada. Es una persona fría y distante, una personalidad psicopática que actúa y se mueve por instintos.

Por otra parte, siguiendo el análisis psicológico de los personajes (que es el pilar de la película), Sue Lyon se podría ligar con el complejo de Electra (el complejo de Edipo en mujeres, explicado de manera basta). Amor al padre y odio a la madre, vista como una enemiga, es importante remarcar que su padre murió durante la época en que era apenas una niña, hecho que le marcará profundamente y que tenga fijación con gente de la misma edad que tenía su padre al morir.

El rompimiento que hace Kubrick con la estética es también interesante de remarcar. Lo bello no se corresponde con lo ético y al revés. Además la película se trata de una sátira brutal contra América, las leyes morales y la autoridad, que se encargan de prohibir los deseos personales de los individuos . Otro tópico del cine Kubrickiano y que se repetirá en casi toda su filmografía.

La crítica más rígida fue dura con la película, normal por otra parte. No obstante se trata de un giro importante en la película, porque Kubrick pudo comprar su ansiada libertad creativa. A partir de Lolita pudo hacer cada vez más proyectos personales e independientes de las productoras.


http://neokunst.wordpress.com/2013/03/14/ciclo-kubrick-lolita/
Kyrios
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13 de febrero de 2015
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pasión contenida cuando no se puede dominar y hace turbio el comportamiento de un ser débil es el tema central de una película deslumbrante. Los matices escabrosos en la relación de ese hombre que está lleno de debilidades con su hijastra están tratados con un gusto exquisito aunque en algunos diálogos la hijastra se revele como una criatura sinuosa. Después de que a este señor le hayan salido bien las cosas y pueda estar cerca de su Lolita entrará en la trama un personaje cínico genialmente encarnado por Peter Sellers que lo convertirá todo en un relato de suspense, con llamadas anónimas, visitas extrañas y alguna persecución que inquietará seriamente al protagonista. Las escenas nocturnas son las mejores del film, aquellas en la que las carreteras aparecen como falsa via de escape para huir de algo que está dentro del personaje de Mason y que lo está destruyendo por tantas dudas e inquietudes como tiene. Kubrick consigue un universo fascinante con la ventaja que supone partir de un guión escrito por el autor de la novela en que se basa. Nabokov es traducido a imágenes por un Kubrick mucho más inspirado que en otras ocasiones. La trama es un apasionante análisis de personajes y carácteres donde caben desde la ternura hasta el patetismo pasando por la frivolidad y la provocación sútil. La ambientación tiene también algo especial que absorbe totalmente al espectador y la película en conjunto deja un recuerdo inolvidable. El personaje de la gran Shelley Winters llega a parecer tierno y patético al mismo tiempo porque ella quiere de verdad a ese hombre que la utiliza como un simple punto de apoyo para sus planes. Sue Lyon borda el papel estableciendo un mito con su turbio personaje. En resumen es una película realmente especial, donde se mezclan toda clase de sentimientos humanos y que tiene verosímiles momentos emotivos y desgarrados.
Cromatico
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1 de febrero de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los sesenta resurgió con fuerza la lucha por la liberación y los derechos de la mujer en el movimiento obrero, lo que influyó en este título de Kubrick, que acababa de filmar la versión marxista de Espartaco.
Lolita como el gladiador romano es un personaje oprimido que lucha por su libertad con las armas que tiene. El personaje de Nabokov no cuenta con espada, ni con ninguna habilidad militar o ejército de esclavos, pero tiene una belleza irresistible para su padrastro (y opresor) Humbert Humbert (James Mason). Lolita conocedora de sus encantos los sabrá explotar como única arma que tiene para conseguir su libertad e independencia. Importa poco que la Lolita de Kubrick no haya leído nunca a Simone de Beaviour, ella es una feminista en tanto en cuanto se vale de su estrecho margen de maniobra para luchar por su libertad.
Fue el propio Nabokov el que reescribió (magistralmente) su obra para la película, transformando con mucho acierto a la niña inocente de la novela en una joven femme fatale propia del cine negro que sería interpretada realmente por una menor, Sue Lyon, lo que hará a la película ganar puntos de credibilidad (frente a las posteriores ''Lolitas'').
Supone además una crítica certera al heteropatriarcado y a su imposición del ideal de belleza femenina.
Dice la reseña de Filmaffinty que la película trata ''sobre la perversa obsesión de la naturaleza humana. '' ¿Pero es acaso natural que un hombre maduro se enamore de una menor? Es sólo natural en la medida que la Lolita de Kubrick representa todo lo que la cultura patriarcal occidental ha impuesto a la mujer como construcción ideal del género femenino. Y es que Lolita tiene todo lo sexualmente deseable para un hombre: la juventud, belleza adolescente, ingenuidad etc. Y la película nos muestra lo peligroso de esta concepción heteropatriarcal de la belleza, que hace llegar a Humbert a la pedofilia. Veremos además como en contraposición, la madre de Lolita (Shelley Winters), así como otras mujeres de su edad no serán deseables para él, pues si bien compartirán intereses culturales, rondar los cuarenta no es atractivo en una mujer, aunque sí en un hombre.
En definitiva, una película valiente(imposible de hacer en EEUU), con una estupenda narración en flashback y una muy lúcida y crítica reflexión contra la hipocresía del heteropatriarcado.
Imprescindible.
niñochico
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15 de agosto de 2006
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá no es de las pelis más espectaculares de Kubrick, pero para mí mantiene toda la innovación a la que el director nos tiene acostumbrados, y desde luego la veo muy adelantada a su tiempo.

Pocas películas de los 60 se pueden ver de una manera tan actual como esta. El ritmo de la cinta y las imágenes no parecen de una película de los 60, sino más bien de los 80 o 90... Está claro que esto sólo lo puede conseguir alguien de la talla de Kubrick.

Película muy recomendable.
Josan
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