Yo soy la Juani

Tierra sin pan intelectual. Las Hurdes que reflejaba Buñuel nunca sabremos si desaparecieron o en algún momento llegaron a existir. La manipulación o el tratamiento de la ficción sobre el documental, para bien o para mal, hicieron que la comarca se convirtiese en leyenda. Esas Hurdes ahora son casi toda España a nivel cultural. La pobreza no es una opinión subjetiva sino una realidad de datos que cada vez son más preocupantes y que hacen pensar que cada vez nos hacemos y nos quieren hacer más idiotas para domarnos. El fracaso escolar, el predominante uso de abreviaturas ‘SMS’ y la telebasura (salto a la fama directo al estrellato contra el contenedor de basura) cada vez se propaga como un terrible virus.
No importa que a los niños de cuatro años ahora sepan diferenciar el tórax de la cabeza de una hormiga, que se les de inglés o que tengan todos los medios tecnológicos a su disposición para buscar información. El futuro está en una red social, en el botellón, en un porro al día y no pensar en nada que hay crisis.

Bigas Luna y “Yo soy la Juani” retrata la pobreza a nivel intelectual de una España que vive en el tercer mundo (tecnológico) de Europa y también mental: poligoneros y chonis ‘son lo +’. Antes los fueron los bakalas y los descendientes de Chuck Norris. Nadie pide que TODOS compren libros ni que la TV emita maratones culturales pero debe existir una variedad cultural o al menos unas bases. En España la base y lo que no es base está tan tambaleante que no importa ni el cómo ni el por qué simplemente hay poco futuro.

El director de “Bilbao” y “Angustia” define a la Juani como la representación de la mujer española de hoy, hija del brutalismo ibérico, y con el glamour de la periferia. Plastic-fashions y mucho top ajustado que hace que la sangre no les llegue al cerebro. Locos del tuning, de las videoconsolas y las discotecas. Hijos de la droga y la telebasura donde ‘el dinero es pal' tunning’ y el hedonismo contempla una lobotomía integral. Menos mal que lo que nos muestran forma parte de la ciencia ficción y donde lo único realmente salvable son sus títulos de crédito y la banda sonora.

Los expertos dicen que saldremos los últimos de la crisis en la UER pero a nivel cultural dudo y cualquier persona que vea “Yo soy la Juani” se hará inmediatamente un plan privado de pensiones. Eso sí, que no nos gana nadie a puti-pétalos de grafiti, barra de labios tuneada. Graffiteros, tuneadores y hip hop en plexiglass. Pinta, tunea, baila y lanza una rima. Cajera, cajera del Media Markt®. Chimo-Chimo Bayo. Atrapada en medias de rejilla. SMS de pantalla completa. Asereje de cartón. Antes de ser actriz hay que ser zapato. Antes de ser zapato hay que ser la Juani. Juani Jurado. No queremos ser como tú. Nadie es la Juani.

He titulado asi mi crítica después de leer unas cuantas por aquí, donde ponen la peli a parir. No voy a decir que es una obra maestra, válgame Dios, ni que merece un oscar, pero si le voy a otorgar una oportunida en cuanto al trabajo hecho.

La historia es creible a medias y me explico, si nos centramos en el núcleo del tema, todo es muy natural, una chica con problemas graves en casa, (a su padre le quieren quitar su vivienda, su madre no consiguió sus sueños de juventud), con un novio que es un laja de mucho cuidado, y que no ve más allá de su coche y de la parte baja de las faldas de su novia. Ella trabaja en el Media Markt para sacar a su familia adelante, pero tiene unos sueños más allá de dicho presente tan oscuro. Sus amigas son por un estilo, una niñatas alejadas de la realidad, de los estudios y más interesadas en el tamaño de la entrepiernas de su macho de turno y de su sabor, (yo no se la chupo a nadie hasta por lo menos el tercer mes). Me quedo con esta parte de la película, donde una mujercita rodeada de cafres y frikies, se rebela e intenta buscar ese porvenir que años atrás le dio la espalda a su madre, aunque para ello tenga que dejar atrás su vida alocada y a sus acompañantes más alocados aún, incluyendo al niñato de su novio.

Vale que los personajes están muy sobreactuados, exageradamente diría yo. O Bigas Luna es rico de cuna, o en su puñetera vida se ha pasado más de 5 minutos en un polígono de viviendas de protección oficial, para recopilar de primera mano, no solo los diálogos, sino todo lo referente a la juventud. Aquí por lo visto todos son ricos, trabajando en Media Markt, de camareras y de mecánicos. Pues como lo deben cobrar, para mantener un hobbie tan caro como es el tunning, (no se tira el dinero, es para el tunning). Mal asunto si esto intenta reflejar la realidad de unos personajes que no existen. Y si para colmo a Dani Martín, le das un papel donde tiene que hacer de tonto, lelo, descerebrado y hasta tenga que asistir a un logopeda, mal lo llevamos.

La moraleja final es lo que más me ha gustado. (spoiler 1)

Estoy en un ciber...

Es mierda, porque sin ser una sátira de la clase baja-simplona-analfabeta-patética de la sociedad lo parece, parece un gag de Homo Zapping en donde la realidad sólo la forma la lente de la cámara que les graba.

Tetas, culo y sólo falta un poco de pis.Resumen estilístico: La Juani enseña palmito, Dani Martín enseña el pecho poco trabajado que tiene.
Los personajes tienen el coeficiente intelectual de una rata: "2". Todo lo resuelven con "coño", "joder", "buahhh tío/a". No les pido algún aforismo, pero por lo menos una triste expresión de inteligencia.

Malísimas interpretaciones, historia llena de clichés GORDOS Y PELUDOS, repleta de estereotipos. Es una película hollywoodiense del estilo "bar coyote", pero mucho peor, que ya es decir mucho. La búsqueda del sueño parece la busqueda de un condón en pleno coito o de un tampón en medio de la menstruación (hay chicas a las que nunca se les debería haber roto el imen---- comentario dirigido a La Juani, a La Paqui, al Paco, al Pepón y al gnomo de turno, que seguro que lo hay)
1 minuto

No la veáis comiendo, las posibilidades de vomitona se multiplican por diez.

Después de que el actual gobierno y las fuerzas opositoras encabezadas por Tejan Kabbah llegaran a un acuerdo gracias en gran medida a Francia (que mantiene todavía sobre la colonia una influencia bastante fuerte, y no esta dispuesta a poner en peligro sus intereses) hace apenas 3 meses, se decidió organizar el festival de cine más importante del continente africano, con la inestimable ayuda de varias ONG´s y organismo internacionales. Nadie lo hubiera podido creer entonces, pero el festival ha resultado ser un rotundo éxito, y aún más exitoso, el recibimiento de la película de Bigas Luna, fuertemente aplaudida por el público, aunque finalmente no se llevara la preciada cebra de oro.

Durante la proyección, varias personas comentaron la simbiosis total entre los campesinos de las aldeas colindantes y varios de los protagonistas del film, pues se identificaban con la forma de andar, de moverse e incluso de gesticular. Por otro lado, y aunque pudiera parecer en un principio que la distancia fuese un impedimento para comprender una cultura tan lejana a la suya, en todo momento los asistentes ( en la mayoría de los casos vendedores de cabras y mineros de las montañas cercanas a Zanzíbar, sin ánimo de ofender) entendieron la forma de pensar de los personajes, produciéndose una alianza de civilizaciones hermosa entre los habitantes de Zanzíbar y los personajes de "Yo soy la Juani".

Pero todo no iba a ser armonía entre pueblos. Hubo un pequeño y reducido grupo de músicos que se quejaban porque consideraban que la banda sonora era una copia de sus ritmos tradicionales, el típico "Chumpa-chumpa". pero salvando esta pequeña anécdota, la película fue aplaudida a rabiar durante todo la proyección. Todos coincidían al salir del pabellón Mugutu (reconvertido para la ocasión en sala de cine) que el papel de Verónica Echegui era el de una mujer moderna en un mundo opresor dominado por el hombre y su violencia que luchaba por conseguir sus metas y sus sueños. Tampoco sobraron palabras para referirse al montaje y al realismo del film, que es lo que podemos ver hoy en día por las calles de Zanzíbar.

En fin, el público termino al final de la proyección llorando y emocionados todos por lo que acaban de ver. Película más que recomendable. Y dicen que también esta arrasando en otros festivales de medio mundo, desde Birmania hasta la República Democrática de Yemen.

La Juani intenta escapar de su vida rodeada de infortunios para ser actriz en la gran urbe. Se ahoga en un trabajo monótono, un novio sin aspiración ninguna y un padre sumergido en el fondo de una botella. Una idea a priori interesante que Bigas Luna no sabe explotar, difuminándolo todo con una cargante y supuesta estética postmoderna llena de chascarrillos, coches tunning, y sueños epilépticos en la que el espectador acaba perdiendo el rumbo de la historia de esta choni de la periferia. Pero su principal problema radica en la poco credibilidad de sus escenarios y sus personajes secundarios. Los diálogos suenan falsos y recargados en la boca de unos actores en los que sólo se salva la Echegui, y con aprobado bajo. Por otro lado la banda sonora, con grandes temas desperdiciados, te saca de la historia más que ayudarte a adentrarte en ella, ya que es un recurso tan repetido durante el film que llegas a pensar que te has dejado la radio puesta.

Luna ha intentado alzarse como el director fetiche de la población juvenil que vive fuera de las grandes ciudades, como ya haría brillantemente con “Jamón, Jamón”, pero la Juani se queda muy lejos de la calidad y el atrevimiento de los clásicos que nos regalaría el director catalán a principios de los noventa.

Un ejemplo eso sí de como promocionar una película, utilizando todos los recursos tecnológicos a su alcance, algo poco usual en la industria española.