Crímenes y pecados

Otra de fines de los 80's por factura de Woody Allen. Otra también donde se reiteran los enredos amorosos aunque esta vez como su nombre lo dice, "Crímenes y pecados" (1989) también con algo más de oscuridad y el mismo tono de gracia basado en un buen guión.

También traducida como "Delitos y Faltas", no se limita a hablar de líos de faldas; genera debates existenciales interesantes, de fe, de las eternas contradicciones de goce y culpa del ser humano contemporáneo y por supuesto, con una buena dosis de ironía y humor negro.

La palabrería y las reflexiones dadas las situaciones descritas serán mejor entendidas por quienes suman más de dos décadas en el cuerpo y su contexto será mejor aprovechado si la madurez aumenta.

El elenco está brillante: un Woody Allen donde cada una de sus relaciones personales son un deleite, especialmente la con Alan Alda. Anjelica Huston, Mia Farrow, Martin Landau, todos destellan entre el júbilo, la desgracia y la culpa.
Este es el tipo de película que te hace reír y emocionarte, posee momentos hilarantes y otros de franco drama, sin embargo estos contrastes se complementan y no confunden sino que por el contrario potencian las historias de cada uno de los personajes.

Una cinta excelente, entretenida. Además tiene el mérito de hacer decir a ambos géneros: "los (hombres / mujeres) son así".

Recomendación:
Excelente. Un clásico que no se queda en el nombre sino que se avala por si mismo.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski,wordpress.com

Delitos y faltas te llega adentro, a reflexionar y a comparar de forma recurrente tus miedos, ilusiones y sueños rotos con los personajes. Si nos dedicamos a la busqueda constante de la felicidad, y encontramos una cinta que analiza este camino, la aportación que nos hace es increible. No puedo pararme en detalles de construcción de escenas, estéticos, etc (que están perfectos) por que la potencia de la historia es tal, que constantemente hace al espectador reflexionar sobre su propia búsqueda. Si toda la película es genial, el discurso final del profesor Levy es demoledor.

¿Quien sino Woody Allen podría haber llevado a la pantalla tan solventemente, una historia sobrecogedora y tan real como la vida misma, acerca de los pecados de las personas?
A través de todo un variado elenco de personajes, (Landau, Alda, Huston, Farrow), Allen nos introduce en las angustias y los sufrimientos de los demás, en sus errores y en sus aciertos, en lo bueno y en lo malo que todos nosotros tenemos dentro.
Genial como siempre señor Allen.

Muy buena, como siempre, del excelente realizador Woody Allen. Posiblemente menos cómica que en otras ocasiones, pero con su sello inconfundible, sobre todo al final ( algo tal vez previsible) . Interpretaciones de altura y un Woody que no decae en sus reflexiones sobre la vida, la culpa o el amor.

Supervalorada, como -salvo excepciones- todo lo de Allen (sino te gustan, te tachan de tonto). Comparten la acción una historia dramática con el genial Landau como protagonista, y una cómica y absolutamente prescindible, protagonizada por Woody. Esta mezcla hace difícil el resumen de una trama, que sin llegar a aburrir, tampoco despierta nada especial en el espectador. Como siempre diálogos muy prescindibles (excepto para darle un toque de realidad) y un par de frases simpáticas (siempre pronunciadas por Woody), que pasarán a la historia como si de otro Groucho se tratase.