Vida privada

Trama

En primer lugar, no cabe duda la verdad y realismo de la película. Presenta un tema tratado con respeto, sensibilidad y momentos de humor, metiendo de lleno al espectador. La trama, honesta, pura y sin adornos, muestra la cruda realidad que vive una pareja gastando todos sus ahorros en cumplir su deseo más frustrado.

En segundo lugar, trata sin tapujos una cuestión que a menudo es desconocida, distante y a primera vista incomprensible por su etiqueta de “ciencia moderna”. La virtud de Jenkins es visibilizar por igual ambas caras: la esperanza, el apoyo matrimonial y familiar, la paciencia… Pero a la vez el lado más amargo y doloroso de la reproducción asistida: salas de espera interminables, agujas, pastillas, cambios de humor, hormonas, etc.

Reparto

Siempre es un placer ver trabajar a quienes se han ganado por derecho un puesto consolidado en el cine contemporáneo. Ver interpretar a Paul Giamatti y Kathryn Hahn personajes cercanos y entrañables, pero a la misma vez complejos y frustrados, es un placer para la vista.

Richard apoya a su mujer en todo momento, demostrando fortaleza y vulnerabilidad a la vez. Añora volver a tener una vida en pareja normalizada y recuperar la química con su mujer. Rachel, por su parte, muestra un lado más inestable mezclado con la ilusión de quienes desean ser madres.

Además, el público se lleva la gratificante sorpresa de ver a Kayli Carter en el rol de la joven inconformista Sadie. Actuando como bocanada de aire fresco a las vidas monótonas de los protagonistas.

Recorrido

La película se proyectó en el Festival de Cine de Sundance, así como el Festival de Cine de Nueva York el año de su estreno. Además, estuvo nominada a mejor película independiente en los Satellite Awards en 2018.

Conclusión

Vida Privada hace evidente el punto de vista femenino desde el que está narrado y mostrado. La honestidad que define el tema en el que gira el filme hace hincapié en el proceso complejo, duro y a menudo desagradable que hace que en ocasiones se pierda toda esperanza. Conformando lo que es en definitiva una obra notable con personajes frágiles pero afables y realistas.

Escrito por Andrea Zambrano Velázquez
https://cinemagavia.es/vida-privada-dirigida-por-tamara-jenkins/

Vida Privada - Private Life

Dicen que Veermer pintaba con exasperate lentitud; sin embargo, Sorolla producía a velocidades sorprendentes. En cualquier caso, ninguno de estos dos procedimientos determinan la calidad de sus obras. Únicamente el resultado final define el valor de las mismas. Leo que Tamara Jenkins, una directora y guionista estadounidense, se distingue por su cuidadosa y obsesiva meticulosidad a la hora de producir sus películas. Tal vez por eso -o no, pues desconozco la verdadera razón- hayan transcurrido once años entre sus dos últimos trabajos.
Pero cuando uno ve “Vida privada”, no sólo disculpa tan dilatada tardanza sino que celebra su regreso. Porque la película de Jenkins es uno de esos preciosos regalos que llegan envueltos en papel de seda y han sido largamente esperados. De inmediato, la entrañable espontaneidad de sus personajes nos atrapa y acapara toda nuestra atención, nos resultan íntimamente cercanos, nos indentificamos con ellos y también con sus dificultades domésticas y problemas familiares. Y en esa naturalidad, expresada desde el profundo conocimiento del alma humana, radica buena parte del éxito de Jenkins. Asistimos angustiados a la agónica travesía de Richard y Rachel, un matrimonio sin hijos vibrantemente interpretado por Paul Giamatti y Kathryn Hahn. Participamos en el calvario de esta adorable pareja, en su infatigable afán por concebir un hijo que llene y dé sentido a sus vidas en esa etapa crepuscular en la que la juventud parece haberse consumido en la búsqueda de proyectos frustados.
Jenkins alterna diálogos sombríos con momentos de chispeante humor y sujeta con determinación la brida de la emociones evitando en todo momento que éstas desemboquen en un drama de proporciones desmedidas. Y es así como logra un difícil equilibro, al respetar la línea que separa el culebrón lacrimógeno de la comedia agridulce ya que, aún empañando los ojos del espectador, jamás se desborda por la pendiente de la remilgada, cursi y extravagante caricatura.
Alguien dijo que resultan más conmovedores los que padecen la historia que quienes la hacen. Y no es improbable que Jenkins haya elegido este camino para expresar su enorme talento. Ella sabe que la vida no siempre es un campo trillado por mucho que el mañana parezca despejado, y que las consecuencias de algunas decisiones pueden ocasionar serios desequilibrios al complicar, más allá de lo previsible, la paz de la pareja cuando la adversidad oscurece el horizonte de sus sueños.
“Vida privada” es una bellísima película, cálida y emotiva, honesta, creíble y en su aparente sencillez encierra lecciones de gran valor que ninguno de nosotros, mis improbables lectores, deberíamos olvidar.

Emilio Castelló Barreneche

Centrada en todos los avatares y frustraciones que debe transitar una pareja cuarentañera para poder concebir un hijo. Un drama muy bien contado que no aporta efectos ni personajes antagónicos. Solo es su problemática y todo el desgaste que va sufriendo la relación a causa de su imposibilidad y los diferentes tratamientos. Cuenta con un ritmo interesante, buenas actuaciones y un final abierto. Interesante relato.

“Vida privada” es un drama con algunos puntos de comedia dirigido y escrito por Tamara Jenkins. La película va en la línea del mejor cine independiente americano, así que no es casualidad que tuviera su estreno mundial en el prestigioso festival de Sundance de 2018. Richard y Rachel son dos escritores de mediana edad sin hijos que han decidido tener descendencia. Después de varios intentos fallidos de inseminación artificial, intentan la fertilización in vitro, pero ahí se dan cuenta de que Richard tiene un problema físico que le impide producir esperma. La intervención quirúrgica cuesta 10.000 dólares, por lo que tendrán que hablar con Charlie, el hermano de Richard, para conseguir el dinero. Charlie y Cynthia también están pasando por un momento complicado con su hija mayor Sadie, ha decidido dejar la universidad y estudiar a distancia y eso está sacando de quicio a Cynthia. Para alejarse de sus padres y buscar un poco de refugio y comprensión, Sadie decide irse a vivir con Richard y Rachel. Aunque estén inmersos en tratamientos constantes y múltiples visitas a clínicas de fertilidad y de inseminación, ambos acogen encantados a Sadie. Por encima de todo, en “Vida privada” se muestra el proceso y tratamientos que ha de seguir una pareja desesperada por concebir un hijo, y lo hace con una sensibilidad, inteligencia y realismo dignas de admirar. Un guion brillante que se decanta por el drama aunque no arruga su frente al afrontar momentos difíciles con cierto humor, abordando la complejidad de las relaciones familiares y las frustraciones que generan los sueños incumplidos. Un reparto excelentes en el que brilla especialmente la pareja protagonista, Kathryn Hahn y Paul Giamatti. ¿Tener hijos es un derecho o una necesidad? Una verdadera joya oculta en el catálogo de películas de Netflix.

Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com

Vida privada, la vuelta al cine de Tamara Jenkins desde su laureada Savages, es quizás uno de los retratos más hermosos y certeros que nos ha regalado el cine reciente. Mediante la odisea de Rachel y Richard asistimos a la dolorosa lucha de una pareja ya entrada en años que sueña con la descendencia, y todas las piedras que encuentran en el camino. Jenkins retrata esta lucha con enorme respeto, pero también con intensidad, emotividad (ver el final, cuando Richard se cambia de sitio y coge la mano de Rachel), seriedad y mucha elegancia, sin cargar las tintas en los convencionalismos o el sentimentalismo barato.
Su problema, como el de tantas otras películas, es la duración. Más de dos horas para una película cuya única historia es la de una pareja que intenta concebir un hijo a cualquier precio es demasiado metraje, sobre todo porque los personajes secundarios no aportan demasiado.
Así, son Kathryn Hahn y Paul Giamatti, siempre excelentes, quienes sostienen la función con su talento y su química, formando una pareja inolvidable y haciendo que Vida privada resulte una cinta de lo más recomendable y notable. Bravo.

Lo mejor: La pareja protagonista y la seriedad y sensibilidad del guión de Tamara Jenkins.
Lo peor: Es excesivamente larga y los personajes secundarios no aportan mucho.