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El enemigo del hombre o La vida trágica de Luis Pasteur

Drama Tragedia que depende de la incomprensión, de la incultura, de la injusticia y de la ingratitud, magnificadas en un hombre para el que su bandera era la ciencia y de su aplicación dependía el bien de la Humanidad. Está estructurada en tres partes marcadas por acontecimientos relacionados con los estudios de Pasteur en el campo de la Microbiología y las enfermedades infecciosas: teoría microbiana de la enfermedad, mantenida a lo largo de ... [+]
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primeramente no es la película más exacta del mundo pues contiene numerosos gazapos.
Sólo hay un microscopio con luz encendida en toda la película, si una persona ya sufría los síntomas de la rabia la vacuna no hacía nada, el "cólera" de las ovejas de la película se llama carbunco (aquí fallo de los subtítulos), Pasteur no tenía ninguna hija cómo la que salía en la película y ni Martel existía.
Lo que menos me ha gustado de la película es que deja la sensación de que Pasteur era una suerte de paria para la comunidad científica, ni mucho menos pues si bien tuvo numerosos detractores era una eminencia y un ídolo en Francia desde sus trabajos con la fermentación del vino (que por cierto pasan muy por encima en la película).
Y tampoco me ha gustado que no hayan citado ni una palabra de que Pasteur refutara finalmente la teoría de la generación espontánea.
Aún así la película es bastante agradable de ver, las interpretaciones son realmente buenas, el guión está muy bien hilado y para la gente que no lo conozca dará una idea de lo que fue uno de los mayores genios de la historia de la biología y de lo importante que fue su contribución.
Las vacunas del carbunco y la rabia, la antisepsia médica, el fin de las teorías de la generación espontánea, el método para conservar más tiempo la leche (originalmente investigada en el vino) ... todo eso y mucho más se lo debemos a Louis Pasteur.
kileskus
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17 de enero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es entretenimiento, la vida personal es un entretenimiento entre dos nadas y en ella algo hacemos. Algunos cultivan la tierra, otros producen maquinarias, todos o casi todos hacemos el amor y la especie humana continúa.

¿Progresa la humanidad? Esta película pareciera mostrar que sí. Los humanos tienen la posibilidad de conocer al mundo al actuar en él y tener conciencia de ello.

Prejuicios, juicios, racionalidad, sentimientos, ciencia y creencias son un espeso follaje en el que con luces y sombras se matiza la existencia humana. Esta película pareciera aludir a ello.

Recién la veo y tiene tantísimos años, me alegro por mí, pero cuántos no parecen haberla visto, mi deseo sería invitarlos a verla, enseña tanto, permite pensar sobre tantas cosas, quizás cada uno de los que la vean pueda hacer su propio repertorio, yo expongo el mío.

Es una historia de amor, bellamente contada, en blanco y negro, sin la fortuna o el riesgo de los colores pero con la hondura dramática que la buena dirección supo darle.

Debiera ser proyectada en los colegios, en los lugares de formación de las personas para la vida. Debieran los profesores, a ellos mismos primero, preguntar sobre el conocimiento científico, sobre la persistencia de los paradigmas establecidos, sobre la posibilidad de estar preparado para la novedad, la novedad que otro trae, o la propia novedad a la que uno no debe negarse y atender.

La ciencia no es nada acabado, es terreno de contundencias y a la vez precarias respuestas, según cuente lo inmediato o atendamos a la continuidad cambiante del conocimiento frente a la praxis.

Entre las manos que se lavaba Pilatos y las manos que se negaban a lavar los médicos se abren las posibles respuestas humanas, nada de lo que pasa deja de poder ser significado y mejorado según el criterio humano, es necesario saber donde pisar y también arriesgarse a las baldosas flojas si se quiere seguir caminando.

Pasteur no era médico pero se permitía pensar lo que ocurría y no simplemente repetir lo aprendido.

Pasteur sabía que en la realidad objetiva, es donde reside la posibilidad de aumentar lo conocido. No repetía o se respondía con lo sabido y por el contrario atendía a lo que ocurría. Los médicos, técnicos repetidores de la tradición no pensaban al actuar. Actuaban y lamentaban los resultados pero no se inquietaban, debiendo proceder como científicos se consolaban como religiosos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
PepePalermo
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4 de abril de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La humanidad tiene muchas cosas que agradecer a ese gran personaje que fuera Louis Pasteur (1822-1895), químico, profesor y decano que, con sus descubrimientos, consiguió salvar millones de vidas. Además de esto, Pasteur poseía unas cualidades personales absolutamente ejemplares: constancia, perseverancia, transparencia... y lealtad. Un diálogo tomado del filme que, sobre su vida realizara, el director William Dieterle, da cuenta de su temple y su dignidad:

Tras un encuentro médico en el que, el doctor Charbonnet, el mayor opositor al trabajo de Louis Pasteur, ha vuelto a referirse en términos que buscan desprestigiar su labor, el criticado científico se ha encontrado con el joven galeno, Jean Martel, y éste alaba su trabajo diciendo:
-Creo en cada palabra que usted ha dicho. ¡Charbonnet es un idiota!
-¿No es usted el asistente del Dr. Charbonnet? –Indaga Pasteur.
-Sí, en efecto - Responde Martel.
Pasteur lo mira a los ojos y a punto de marcharse, dice:
-¡Pues él es un hombre respetable y usted no debe ridiculizarlo!

Autor de una gran teoría sobre la fermentación que introdujo grandes mejoras en la producción de vino, cerveza, vinagre y derivados del alcohol. Responsable directo de la llamada pasteurización, que eliminó definitivamente las bacterias patógenas que podían contener los lácteos. Impulsor de la asepsia médica con la que se pudo acabar con las inumerables infecciones que se causaban en los centros médicos y hospitales. Autor de la vacuna contra el carbunco, que llevó a proteger al ganado ovino contra la muerte por las bacterias del campo. Y además de sus aportes teóricos, el más serio investigador sobre la vacuna contra la rabia que salvó a los perros (y con ellos a muchísima gente) de una muerte horrenda, Louis Pasteur tiene de sobra para ser un personaje digno del mayor reconocimiento y de toda nuestra admiración.

Ante la imposibilidad de aludir a todo lo que este gran hombre hizo, el filme de Dieterle se centra en su infatigable y controvertido trabajo sobre las vacunas, y solo de paso nos muestra algunos aspectos de su vida familiar, en situaciones un tanto ficticias (por eso el nombre de su hija y el de su esposo fueron cambiados), porque en lo referente a Pasteur – como ocurriera con Jesús- de su vida temprana y privada muy poco se sabe.

El filme se desenvuelve con eficiente dinámica; diálogos fuertes y de gran tino que resultan comprensibles pese a la relevancia de los temas que se tratan; y en una puesta en escena gratificante y precisa, Dieterle logra una eficaz recreación de época… y el excelente resultado que obtendría este filme, nominado a siete premios Oscar, de los que cuales se llevaría tres, lo acreditaría para proseguir su exitosa labor con la vida de Émile Zola y de Benito Juárez.

Imposible terminar sin hacer mención de ese gran intérprete que fuera Paul Muni, quien aquí -como en los otros biopics-, logra una caracterización impecable, imponiendo en el químico francés, una dignidad y una sobriedad como bien se merecía.

Título para Latinoamérica: “LA GRAN TRAGEDIA DE LOUIS PASTEUR”
Luis Guillermo Cardona
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16 de noviembre de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los años 30 y 40 proliferaron en el cine de Hollywood las biografías de grandes personajes cuyo esfuerzo personal aportó un avance decisivo para la humanidad, tal es el caso "The story of Alexander Graham Bell" (1939) de Irving Cummings o “Edison, the man” (1940) de Clarence Brown. Dieterle se convirtió en precursor y consumado especialista en este tipo de filmes con obras como “The life of Emile Zola” (1937), “A dispatch from Reuter's” o “Dr. Ehrlich's Magic Bullet” (1940) en las que mediante sintéticos y claros guiones ponía en escena con un gran ritmo y una capacidad pedagógica única películas que hoy en día se siguen viendo con enorme interés y, en ocasiones, admiración. En este caso el camaleónico actor Paul Muni da vida al químico Louis Pasteur en esta brillante ficción de la vida, esfuerzos, sinsabores, recompensas e incansable perseverancia de este afamado prohombre de la humanidad en su lucha contra todos los filisteos de mundo, con una carismática interpretación que obtuvo el oscar de ese año, acompañado por el buen trabajo de Josephine Hutchinson como paciente esposa o Fritz Leiber como el poco comprensivo Dr. Charbonnet. Entretenimiento y disfrute garantizado de principio a fin.
Gould
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26 de julio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la década de los 30 se inició una corriente que consistía en tratar de acercar al espectador medio la figura de grandes hombres que, por sus méritos en el campo de las ciencias, las artes, las humanidades u otras hazañas en general, habían visto impresos sus nombres en la Historia.
Pero para tratar de hacerlo accesible al público sin perder su afán didáctico, en lugar de ofrecernos sus vidas en forma documental, los productores guionizaron y dramatizaron sus vidas, para dar al público lo que demandaba, un poco de cultura bien envuelta en aspectos dramáticos, ficticios o no, que proporcionaran al mismo tiempo, solaz e ilustración.
He ahí el origen del biopic y la Historia del Cine nos ha dado grandes películas, algunas perfectamente memorables.
Ésta que nos ocupa es, desde luego, una película muy interesante sobre la vida de Louis Pasteur.
Descubridor de la vacuna contra la rabia y contra el ántrax, así como el más firme defensor de la utilización de métodos asépticos en el tratamiento de los pacientes, Pasteur afirmaba que los gérmenes eran los causantes de las enfermedades infecciosas y no consecuencia de ellas, que era lo que afirmaba la corriente médica ortodoxa de entonces, razón por la cual se ganó muchas enemistades en los círculos científicos de París.
La pena es que, a mi entender, Dieterle no ha encontrado en esta película el tono exacto entre dramatización e ilustración de que hablaba antes.
A mí la película me ha parecido excesivamente ingenua. No tengo nada que reprochar a los aspectos narrativos de sus diferentes descubrimientos ni sus enfrentamientos con la comunidad científica.
Pero muchos de sus aspectos me han parecido exagerados y excesivos. Todo me ha parecido muy teatral y melodramático, hubiera preferido un tono más contenido, más serio. No sé bien cómo explicarme pero me ha parecido más un biopic hecho para niños que para adultos.
En ese aspecto, creo que Dieterle consiguió un producto mejor acabado, en el biopic que rodó al año siguiente " La vida de Émile Zola" con el mismo intérprete, donde, esta vez sí, conjugaría hábilmente divulgación y entretenimiento.
Aún y todo, es recomendable este film. La vida de este hombre tiene suficientes atractivos para hacer de esta cinta, una buena opción. Y siempre aprendes cosas.
Izeta
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