Sentimental

Si hay algo que no soporto son las películas de reproches de pareja. Oye, que si ya no te encuentras a gusto con tu pareja y andáis a la gresca todo el día, lo mejor es que cada uno siga por su lado. Y eso es lo que encontrarás en esta película, reproches, reproches y más reproches. Además, a un personaje intrepretado por Javier Cámara que se cree moralmente superior simplemente porque su vida sexual es clásica e inexistente, en comparación con la mentalidad abierta de sus vecinos.
Luego se quejan de que el público no ve cine español... Si es que hacéis películas de cualquier pegote.

¿De verdad, en el siglo XXI, es posible que alguien se escandalice y se quede sin palabras cuando se entera que hay gente que practica sexo en grupo? ¿En serio? No que hagan ruido, sino que follen, y ¡además! se droguen. Qué horror. Dónde vamos a ir a parar. Si esta comedieta de Cesc Gay (¡qué lejos parecen los tiempos de 'En la ciudad' o 'Ficción', la hubiesen protagonizado Arturo Fernández y Lina Morgan en los papeles de Javier Cámara y Griselda Siciliani habría resultado igual y, seguro, hasta tendría más gracia. Gay ya se había mostrado algo previsible y acomodaticio en 'Truman' pero esto es demasiado, y solo falta un vecino gay que haga chistes para completar la obra de teatro de estreno en gran calle comercial que gusta a todo el mundo. Pues sí, gustó, y hasta un Javier Cámara lleno de tics (ese dedo en la barbilla) se llevó premios, muchos. Por cierto, yo quiero vivir, al menos una semana, en un piso como ese, con tantísimas cosas para entretenerse. ¡Qué importarán los ruidos con un salón de 180 metros lleno de cds, películas, vinilos, y demás y con espacio para un recreo de 100 niños!

Parece una obra de teatro realmente, es bastante decepcionante, necesitaba algo más en el desenlace, la película está bien casi hasta los tres cuartos de metraje, tiene muchas cosas en el diálogo que te hacen gracia y mantiene el interés, luego por desgracia el guion ya no ofrece más y queda varada a la deriva, el desenlace me parece una tontería que no vale para nada (pobres directores de cine sin ideas buenas).

Los actores están bien, en especial Javier Cámara para mi gusto, pero creo que en una película de este tipo hace falta algo más, un gran ejemplo de esto es la gran película dirigida por Alex de la Iglesia "perfectos desconocidos", sin embargo este film "Sentimental" ofrece bien poco y me decepcionó mucho.

Mención a parte que en el casting no debieron elegir a una mujer tan guapa como Griselda Siciliani (ver spoiler)

Una película teatral hasta las orejas, con un argumento sin duda entretenido que despierta interés por la facilidad con que puede uno identificarse con alguno o algunos de los personajes, en una situación erótico-festiva que invita a fantasear al espectador. En tiempos de verdadera liberación sexual como los que vivimos, los de la generación de Cámara, Gay y compañía, que fuimos tan célibes en nuestra adolescencia y juventud, observamos ahora a los jóvenes ponerse las botas con alegría y desparpajo. Y miramos a nuestros hijos envidiosos y cachondos. El primero de ellos Cesc Gay, sin duda, que tiene la fortuna de tener fantasías sexuales tan comunes, que sus películas/fantasías conectan con buena parte de su generación. Por esa senda vamos bien.

Luego viene lo difícil, lo de construir una película de verdad, más allá del gag, lo de plantear algo con raíces, lo de desarrollar un drama con el que puedas hacer algo más que tener fantasías de intercambio de pareja con los vecinos de arriba o aquellos amigos con los que hay tanto "feeling". Ahí, el amigo Gay, se queda en blanco, como en un examen de historia o de derecho canónico. Y la solución de Gay es no hacer absolutamente nada. Por eso será que sus películas cojean, porque más allá de ser un grato episodio de actualidad social, capaz de poner a flor de piel no pocas emociones, la partida se queda en tablas, en un facilón "pues adiós", "pues buenas noches y hasta mañana". Cesc Gay va caliente como una moto, perfecto, pero le falta la testosterona. Resulta un tanto frustrante para el espectador, que tiene las piezas del juego delante, que disfruta de las reglas propuestas, pero que observa como una vez más (como en "Truman"), no gana ni pierde nadie.

Tengo un amigo que vio la película, y cachondo como va a sus cincuenta añitos, convenció a su esposa para proponer un intercambio de parejas con unos amigos afines. La cosa se llevó a cabo finalmente, y saltaron chispas por todas partes, porque los cuarto pillaron gonorrea (nunca supieron quien de los cuatro era el saltimbanqui), una de las parejas se separó, y al cabo de un año, se juntaron otra vez incorporando a la familia a la novia ucraniana de él, la otra se animó a hacer otros intercambios y pegó la gonorrea a medio pueblo, los hijos de todos ellos, repentinamente conservadores e intolerantes para con sus padres chiflados, se unieron para manifestarse en la calle, frente al lugar del delito, durante una de las camas redondas, lo que terminó en disturbios con la guardia urbana, al tiempo que las dos mujeres del cuarteto, repentinamente liberadas, habiendo disfrutado al fin de orgasmos vaginales y clitoriales simultáneos y de constatar que el sexo anal es muy poco higiénico pero pone muy cachondo, fundaron la asociación "Vaginas libres", y los hombres (entre ellos mi amigo), que decidieron probar el sexo gay (para no repetir nunca jamás), fundaron la asociación "El gran pene blanco", en defensa sana de la dignidad del órgano sexual masculino, asociación clausurada violentamente después de innumerables denuncias de machismo y racismo, cuando aquellos pobres tipos no quisieron sino hacer un símil con el gran tiburón blanco, en exaltación y genuino amor del pene humano, tan denostado en los últimos tempos, terminando la broma por costarles un proceso judicial penal por delito de odio, del cual, afortunadamente salieron airosos, y por si fuera poco, resultó que los cuatro más la amiga ucraniana...

Bueno, la película de mi amigo es un serial y cuando me la contaba, pensé que tenía más empaque dramático/cómico que la del amigo Gay.

Un apunte final: me gusta Javier Cámara, y sin duda es un buen actor, porque su personaje es de los más odiosos que recuerdo (sin ser un psicópata asesino). Y es que me ponen de los nervios esas criaturas que con falsa imagen de tolerancia y modernidad, esconden un ser obtuso y cargadito de soberbia, poseedor de la verdad absoluta. El sarcasmo del personaje a lo largo de la película termina por hacerle verdaderamente insufrible, además de empequeñecerlo a cada bromita sin gracia, porque la verdad es que su sarcasmo no tiene gracia.

Ah, y una cosa más. Por más vueltas que le doy, no entiendo el título de esta película.