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Sentimental

Comedia Julio (Javier Cámara) y Ana (Griselda Siciliani) hace más de quince años que están juntos. Forman una pareja que ya no se mira ni se toca, y que ha hecho del combate diario la esencia de su relación. Esta noche Ana ha invitado a casa a sus vecinos del piso de arriba, Salva (Alberto San Juan) y Laura (Belén Cuesta), una pareja más joven que ellos, amable y simpática, pero cuyos “ruidos” se han convertido en una molestia para Julio y ... [+]
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Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
30 de octubre de 2020
53 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo hay que reconocerle a Cesc Gay es personalidad. De hecho, casi todas sus películas tienen intereses comunes. Pensemos en los títulos más conocidos, como La ciudad, Una pistola en cada mano y Truman. Son trabajos que comparten tipología de personajes, así como la clase de conflictos que los aúna y distancia. Casi podríamos hablar de un estilo, que se encuentra a caballo entre la comedia y el drama (más declinado hacia uno u otro según el título). También son reconocibles por la dirección, centrada en los actores, sutil en la planificación y siempre al servicio del guión. En resumen, el potencial de las películas de Cesc Gay reside en los personajes y en cómo interactúan según su situación. Nada de ello le impide ser, al mismo tiempo, cuidadoso con las formas. En realidad, da la sensación de que el director trabaja en ellas desde las primeras redacciones de los diálogos. Gracias a ello, es capaz de emocionar con resoluciones narrativas ejecutadas con una simple frase (La ciudad), sugerir relaciones de poder con el uso casi exclusivo de los diálogos (Una pistola en cada mano), ejercer un efecto hipnótico en el espectador mediante el modesto retrato de una amistad (Truman), o hacer que una hora y media de discusiones parezcan diez minutos de montañas rusas verbales (Sentimental).

Si embargo, eso no es todo. Digámoslo sin tapujos: los personajes que el director retrata casi siempre son personajes de clase medio-alta. De ahí que sus conflictos tengan mucho más de psicológico que de pragmático. Hablando sin tapujos, sus situaciones pueden catalogarse como dramas del primer mundo. Algo que fácilmente pasa desapercibido si estamos ante un divertimento sin pretensiones, pero que puede despertar cierto distanciamiento cuando el director pretende profundizar. No era el caso, por ejemplo, de Truman, en dónde la situación extrema de Tomás ejercía un magnífico contrapunto respecto a la condición privilegiada de su amigo. Sí lo es, en cambio, en el caso de Sentimental, en dónde un presunto drama convivencial prácticamente termina reducido a banales problemas de “satisfacción conyugal”. A mi entender, el principal defecto de la película es que su ambigüedad genérica (como siempre, entre el drama y la comedia) está mal resuelta: por más que el director se esfuerza en sugerir que bajo la comedia existe un importante drama existencial, este jamás se materializa. El sarcasmo de Julio, por ejemplo, presunto envoltorio de algún tipo de personalidad reprimida, acaba convirtiéndose en el propio motor del personaje, sin más razón de ser que la comedia.

Lo mismo sucede con el carácter liberal de los vecinos de la pareja protagonista, que de tan superficial casi parece la subtrama de una película de institutos para adolescentes. O con los amagos de huida de los personajes, que resultan tan poco creíbles como las frustraciones de las mismas. Sin embargo, no todo son desaciertos. En realidad, la película contiene suficientes puntos fuertes como para que su visionado no represente una pérdida de tiempo. El primero, entredicho ya en el primer párrafo, es que en ningún momento resulta tedioso. El segundo, y por extraño que parezca, es que nunca llega a caer en el ridículo. El tercero, fuertemente ligado a los dos primeros, es que, a pesar de ser una adaptación teatral, la narrativa cinematográfica puede palparse en cada una de las secuencias. Y el cuarto, marca de la casa, es que los diálogos están escritos con encanto, ligereza y simpatía. De ahí que Sentimental se vea sin aburrimiento ni enfado, dejando finalmente cierta sensación de indiferencia, pero también la de haber pasado un rato distraído. Firma inconfundible de las obras menores de aquellos directores que, cuando menos, logran mantener su sello intacto.
Martí
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8 de noviembre de 2020
52 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que para otros es Tenet, para mí es “Sentimental”.

Como estudiante de cine tengo la necesidad de desarrollar un sentido crítico hacia un tipo de cine. El cine ausente de un estilo y autoría propios. El cine de repetir fórmulas que funcionan. El cine hecho por y para el espectador. El cine que no explora nuevas formas y lenguajes.

Esto me impide muchas veces disfrutar de numerosas películas, porque me es imposible experimentar la famosa suspensión de la incredulidad.

Aunque hay a veces que la excepción modifica la regla. Como en este caso, con “Sentimental” de Cesc Gay.

Ayer, durante todo el metraje, disfruté como un niño. Y no me pasaba esto desde que vi (salvando las distancias) la obra maestra de Maren Ade.

Conseguí dejar de lado su artificial empaque estético; compuesto por una excesivamente postiza dirección de arte y una planificación desacertadamente clásica. Puesto que aquí todo gira en torno al guión y a la interpretación, algo que no sorprende siendo este film una adaptación teatral. Sin olvidarnos de una dirección de casting sobresaliente.

Porque Cesc Gay dialoga y dirige actores como pocos en este país. Y sus películas pueden sustentarse en eso. Sabiendo además transitar con solvencia por diferentes géneros.

El guión de “Sentimental” te dice en todo momento por donde tienes que pasar como espectador, pero yo lo acepto y me dejo llevar. Porque su mayor virtud reside en poder hablar de problemas profundos y reales a través de conversaciones perfectas, superficiales, absurdas, exageradas e hilarantes.

Además creo que ayer hubo algo más allá de la película, algo que trascendió la pantalla.

Cada vez soy más partidario de que el cine se tiene que ver en el cine. Las condiciones de un visionado son claves.

En la situación en la que se encuentra nuestro país poder ir al cine es ya una suerte, pero ver qué la sala está llena (dentro de las restricciones) y que encima es para ver una película española, es un lujo. No solo eso, el hecho de compartir con gente tanto cercana como anónima tantas risas y carcajadas en un espacio común durante más de una hora, es una muy buena noticia; entendiendo las carencias de convivencia de nuestra sociedad actual.

Y a todo esto se le suma que “Truman” fue una de esas películas que avivó con creces mi pasión por el cine cuando tenía catorce años.

Graciés Cesc.
Espárrago
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26 de octubre de 2020
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos alegró mucho el día esta fresca comedia de Cesc Gay durante el Festival de San Sebastián, ya que los dramas es la tónica habitual en este tipo de certámenes.

Con solo un escenario, cuatro actores y un guion con diálogos muy bien llevados, el director basándose en la obra teatral nos pone encima de la mesa temas tabús sobre el sexo, el intercambio de parejas, los prejuicios y otra manera de ver las relaciones de pareja dentro del mundo liberal.

Julio y Ana son una pareja estable que llevan juntos alrededor de 15 años, ya han perdido la pasión y discuten frecuentemente como cualquier pareja que han entrado en la etapa del aburrimiento. Ana invita a cenar a sus vecinos Salva y Laura, una pareja más joven, de la que suelen hablar mucho por el ruido que provocan cuando hacen el amor. Julio está en contra de que vengan porque la cosa se liara...

Los cuatro actores están soberbios, empezando por Javier Cámara que tiene el papel más jugoso, ya que es el protestón y el que pone el punto ácido de ironía. La replica se la da su mujer la argentina Griselda Siciliani que no la conocía y me ha sorprendido bastante. Los otros dos son Belen Cuesta y Alberto San Juan, mucho más abiertos y simpáticos que dan pie a toda esta situación descacharrante.

A la vez que la tensión entre las dos parejas va creciendo, los momentos de humor crecen de la misma manera, y con mucho sarcasmo y naturalidad Cesc Gay sabe componer un film muy sorprendente y divertido.
Destino Arrakis.com
videorecord
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3 de noviembre de 2020
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin hacer mucho ruido ha llegado a los cines lo nuevo de Cesc Gay, responsable de las interesantes Krámpack o Truman, esta última ganadora del Goya a la mejor película. Ahora nos propone un peculiar encuentro social entre unos vecinos (en una adaptación de una obra de teatro propia), en clave de comedia, y con un reparto de lujo.

Tenía curiosidad en la propuesta, ya sea por la temática (similar a otra gran comedia, como es Perfectos Desconocidos) o por el mencionado elenco de actores, los cuales no suelen decepcionar, aunque debo confesar que desconocía el trabajo de Sicialliani, siendo una gran sorpresa. Las favorables críticas también han tenido que ver lo suyo. Finalmente, me he encontrado con una estupenda comedia, la cual ha superado mis expectativas, dejándome una deliciosa sensación, debido a que todos los elementos casan en un conjunto que combina muy bien la comedia de situación con la sátira más mordaz.

La dirección de Cesc Gay funciona, en especial gracias a la breve duración (apenas ochenta minutos, los cuales se pasan volando), en un trabajo intimista, donde todo sucede en un mismo espacio, siendo una película que no tiene pausas, en una extensa conversación entre los cuatro protagonistas en la que jamás hay lugar para el aburrimiento. Las carcajadas están aseguradas, y eso es oro puro en los tiempos que corren, donde las comedias ya no son lo que eran.

Eso es gracias al ingenioso guion, con unos diálogos tan hilarantes como mordaces, la mayoría cargados de mala baba (en especial por parte del personaje de Cámara, maravilloso, como siempre) y donde no se renuncia a buscar la complicidad y la cercanía con todo tipo de público, en una comedia accesible para todos.

Por supuesto, también hay lugar para la reflexión, sobre todo en los últimos minutos de la cinta, siendo una producción redonda que hará las delicias de los espectadores deseosos de una buena función que les arranque unas risas, con una comedia de esas que dejan un buen poso.

La vedad es que es una pena que se haya estrenado en estos momentos tan horribles para el cine (es decir, la terrible pandemia), ya que en otras circunstancias habría llamado mucho más la atención, haciendo grandes número de taquilla. De eso estoy seguro. Y es que este es el cine por el que debemos apostar en este país, también denominado buena comedia. Quizás el problema es que, como ya he indicado, no era el momento.

En el reparto tenemos a Javier Cámara, Griselda Sicialliani, Belén Cuesta y Alberto San Juan, y la verdad es que soy incapaz de discernir quién está mejor de todos ellos, ya que los cuatro ofrecen actuaciones impecables, con unos personajes que son auténticos caramelos que los entregados y agradecidos intérpretes saborean sin desaprovechar lo bien escritos que están. No me extrañaría en absoluto que los cuatro fuesen nominados. Es más, me parecería una injustica que se les ignorase.

En conclusión, estamos ante el mejor trabajo de Gay, el cual no será recompensado con ningún premio, al contrario que la correcta Truman, pero que supone un entretenimiento más que recomendable, con unos sensacionales intérpretes que ya justifican de por sí el visionado. Una grata sorpresa y una de las mejores películas del año. Una delicia.

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
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1 de noviembre de 2020
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente comedia con fondo dramático, muy bien dirigida por Cesc Gay, que adapta su propia obra de teatro.
Y lo hace de forma muy dúctil, siempre entretenida, con diálogos maravillosos en boca de cuatro grandes intérpretes entre los que destaca la, en España, desconocida Griselda Sicilliani, todo un descubrimiento.
La cinta, muy divertida y jocosa, su inteligencia, tanto formal como de fondo, aborda situaciones donde personajes con caracteres opuestos y formas de ver la vida bien distintas, se enfrentan de forma lúcida, en una constante pugna por encontrarse a sí mismos y afrontar cuestiones, problemas, que hace tiempo se enquistaron en sus vidas y les hace ser infelices y frustrados.
De metraje ligero, se disfruta de principio a fin, sacando la carcajada en diversos momentos y siendo muy simpática en todo momento. No obstante, la parte final desnuda a los personajes hasta enfrentarse a sí mismos y ver bien clara la realidad de sus vidas.
Para mi gusto, muy buena y con mucha más sustancia dramática que la que en un principio hubiera parecido.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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