Drácula: la historia jamás contada

Es verdad que se abusa un poco de los efectos especiales, pero hoy en día cualquier película que no las use creo que ya no es película. Otra variante de la leyenda Dracula contada desde el punto de vista no popular, usando historia y misticismo. La realidad no acompaña a la película, pero es verdad que las puestas en escena, el vestuario y las luchas se hacen ver con realidad pasmosa. Tengo que decir que la primera vez que la vi fue en el cine y la segunda sentado en casa, cómodo y con palomitas y es cuando me gustó más que la primera vez. No sé por que pero la verdad es que analizándola con tranquilidad no es tan mal como la pintan algunos críticos de cine.

Enésima revisión sobre el mito de Drácula centrada en la parte, digamos, mitológica – el cómo, dónde y cuándo de su origen – más que en sus derivadas conductuales – quiénes son y cómo viven actualmente los vampiros -. Así, alejándose del género de terror en el que se suele encasillar todo lo relacionar con Nosferatu, “Drácula, la leyenda jamás contada” nos lleva a la Rumanía de finales de la Edad Media y nos ofrece una aproximación benévola a la figura de Vlad, como un rey que vende su alma al diablo para salvar a su pueblo del invasor turco. ¿Rigor histórico? Bueno, al menos las ubicaciones geográficas y temporales tienen cierta consistencia, así como las relaciones entre Transilvania y el Imperio Turco. Luego ya entramos en el terreno de las licencias en torno a la Leyenda que también están bastante bien resueltas o, cuando menos, resultan razonablemente creíble.

La historia está bien contada. Derrocha acción, efectos especiales interesantes y bastantes sorpresas, a pesar de recorrer un sendero bastante trillado. El elenco está plagado de secundarios habituales que se comportan de una manera profesional y, conscientes de la oportunidad, con un plus de intensidad que es de agradecer. Tiene escenas de peleas, duelos y batallas realmente espectaculares y bien rodadas. En definitiva, una película pensada para entretener que logra su objetivo, a pesar de un final al que le sobran cinco minutos.

No sé. La crítica profesional la puso verde de manera casi unánime (probablemente no le perdonan que sea entretenida o la falta de denuncia social) y, aunque hizo una taquilla decente, tampoco entusiasmó entre el público. Yo sin embargo la recomiendo, es de las películas por las que pago una entrada para verla en el cine.

No es una película de terror, es una versión libre de la historia del vampiro más famoso de la historia, pero es una película familiar, trata sobre el amor eterno y los valores familiares.
No es buena, pero si podría acercarse a interesante, un 5,5 sería una puntuacion mas justa. La historia que cuenta es cuando menos, original y la puesta en escena no está mal.

El reparto está muy bien, Luke Evans es un Brian Austin Green renovado y tiene la presencia requerida para protagonizar y llevar todo el peso del film. Sarah Gadon esta muy lograda como amada de nuestro héroe y a la vez demuestra carácter y personalidad fuerte. Aunque sin duda el mejor papel, aunque demasiado corto es para Charles Dance, uno de los mejores intérpretes británicos y un perfecto vampiro. Dominic Cooper también esta bien, al igual que los otros secundarios. Sin duda alguna un buen reparto una lastima que no tuvieran un buen guión y esa puerta que dejaron abierta para una secuela no se produjo por la falta de calidad del producto final.

Los vampiros y sus leyendas es algo que siempre nos ha fascinado y ha alimentado nuestra imaginación, la tentación de caer en la inmoralidad, en la maldad pura a cambio de la inmortalidad es un dilema moral que nos atrae.
Hace tiempo oí hablar de Mani y del maniqueos, de su manera de entender el bien y el mal respecto a la religion catolica que habla de un Diablo. Echándole imaginación, esta pelicula podria hablar de maniqueísmo, del la elección de obrar mal pudiendo no hacerlo.

Bueno, cuando empecé a leer noticias sobre esta película, la ponían como ¨la historia real de Vlad Tepes¨ lo cual llamó muchísimo mi atención.

Cuando salió el esperado trailer, me llevé un palo tremendo, encontrándome con algo totalmente distinto a lo esperado, y me echó para atrás.

Finalmente me decidí a ir al cine a verla, con la idea hecha de que iba a ver una película de acción palomitera y poco más.

La película está bastante correcta, bien hecha, aunque la historia esté muy alejada de la realidad.

Tiene mucha acción, actores aceptables y muy buenos efectos visuales, con un argumento decente y un mínimo toque de terror, con prácticamente nada de sangre, aunque eso ya se esperaba.

Entretiene, tiene algunas buenas escenas y muy buena banda sonora, no se le puede pedir más.

Esta revisión del mito de Drácula tiene cosas que me gustan y otras que no me gustan tanto. Diría que la ambientación es, quizás, el aspecto más destacable del film. De principio a fin los escenarios están muy logrados: cuevas, castillos, campos de batalla, etc. Por otra parte, los protagonistas realmente trabajan bien, sin ser de óscar, su caracterización es aceptable y consiguen meterte en la historia.

Fui a ver Drácula porque me gusta el cine que recrea otras épocas y, en este caso, fue un acierto. No se me hizo larga ni pesada, a pesar de lo que digan otras críticas. Quizás eché en falta algo más de suspense ya que los elementos de terror son escasos y quedan eclipsados por las batallas.

Una buena recreación de la época de Drácula, pero quien quiera ver secuencias de terror que busque en otra parte.