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Los fantasmas de Ismaël

Drama Cuando se prepara para rodar su siguiente película, la vida del director de cine Ismael (Mathieu Amalric) sufre un vuelco con el regreso de Carlotta (Marion Cotillard), un amor de hace veinte años. La inesperada aparición de su antigua amante pondrá además en peligro su relación con Sylvia (Charlotte Gainsbourg), su novia actual. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
27 de noviembre de 2018
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Versión Cannes/Cines y versión extendida

Lo primero de todo, decir que la versión analizada aquí es la versión extendida de Los fantasmas de Ismael, una versión que tiene veinticinco minutos más que la que se proyectó en el Festival de Cannes que es la que la que llegará a nuestros cines.

Tras ver la versión extendida tengo ganas de saber si la versión corta será mejor al prescindir de muchas escenas que a mi parecer hacen de Los fantasmas de Ismael una película demasiado larga y tediosa. Sin embargo, creo que la versión corta será difícil de seguir al presentar cinco películas dentro de una, y ser ya de por sí una película en la que el espectador pierde el interés por lo que está viendo.

Muchas películas en una y ninguna completamente satisfactoria

Los fantasmas de Ismael se presenta como un thriller con un punto inicial interesante, el del regreso de una esposa desaparecida muchos años atrás que pone en juego la relación actual de su marido, convencido de que es viudo.

Este tema podría resultar interesante si no fuera porque Arnaud Desplechin, el director de la película, se desvía de la trama principal al entregar cinco películas dentro de una.

Entre estas películas nos encontramos con una de espías, un drama, y otra sobre un director lleno de traumas que no puede acabar con la película que está realizando. Esta parte podría ser una lúcida reflexión sobre los miedos y ansiedades de un director de cine. Sin embargo, es sin duda la peor de todas las historias al presentar giros que se desmienten minutos después y ser un desvarío tras otro.

Al intentar abarcar tanto, Arnaud Desplechin pierde el foco, y con él los espectadores, que no sabemos qué película estamos viendo con tantos cambios. Y cuando por fin llega la secuencia de la película que nos interesa, en mi caso el misterio de la mujer desaparecida, hemos perdido el interés por ella.

Este problema lastra a Los fantasmas de Ismael al no centrarse en ninguna película en concreto y ser sus finales completamente insatisfactorios. El misterio de la mujer desaparecida se resuelve demasiado pronto, el resto son poco interesantes y lo único que se salva del final es la ruptura de la cuarta pared con una Charlotte Gainsbourg tremenda que pasa de una emoción a otra en un instante.

Personajes poco creíbles

La mayoría de los personajes resultan poco creíbles y faltos de interés. Ismael es un hombre insoportable que grita y zarandea a las mujeres; el personaje del padre de la desaparecida y su película tienen cierta profundidad dramática que se pierde tras la patética secuencia del avión; y Carlotta, la mujer desaparecida, interpretada por Marion Cotillard, es fría y menos profunda de lo que pretende ser. Una lástima tener a una actriz tan buena en un papel tan vacío.

Solo es rescatable el personaje de Silvia, interpretado por la magnífica Charlotte Gainsbourg y que parece ser el único que no actúa seguido por los caprichos de un director perdido en sus cavilaciones.

Muchos gritos y poca tensión

El otro problema de Los fantasmas de Ismael es basar su tensión en el aumento de los decibelios, es decir a través de los gritos de los personajes, en especial el de Ismael. Este recurso lejos de crear tensión en el espectador produce desagrado, hastío y deseos de que termine la película para que dejen de gritar.

Junto a los gritos, la película basa parte de la tensión en su banda sonora, la cual con tantos cambios estilísticos debido a la gran cantidad de películas que presenta producen confusión al pasar de una canción de suspense a una de tono cómico y volver después a la pieza musical de película de misterio.

Conclusión

La versión extendida de Los fantasmas de Ismael es una película fallida debido a su excesivo metraje y a la pretensión de ser una obra magna al incluir tantas películas dentro de una. A pesar de estos defectos, la dirección de Arnaud Desplechin y la interpretación de Charlotte Gainsbourg ofrecen ciertos momentos interesantes que gustarán a los seguidores de los festivales de cine como el de Cannes.

Escrito por Otto Buendía
https://cinemagavia.es/los-fantasmas-de-ismael-pelicula-critica/
Cinemagavia
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28 de noviembre de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el guion se pierde por el camino de la autenticidad el espectador se diluye entre las arenas de su granular intencionalidad. Partiendo de una buena idea, con personajes e intérpretes grandiosos, la planificación y la distribución holística de las escenas y las tramas hacen que más que un puzzle el resultado sea un laberinto sin salida de ahogamiento disfuncional... cuando la idea empieza a forjarse, los hierros que la aguantan empiezan a debilitarse en atemporalidades y abruptos giros que liman con asperezas y sin vida. La naturalidad de ciertos personajes quedan distorsionados por una insignificante explicación y explicitación de sus actuaciones. No es que sea misterioso, es que no condensa las personalidades en sus apariciones. Pérdida de interés con un resultado divergente, a pesar de su calidad visual y sus intérpretes, que no viven su mejor momento en esta cinta.
Bolseiro
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30 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los fantasmas de Ismael tiene un problema, y es el siguiente: tal como indicaron algunas críticas en su momento, no sabe en absoluto qué película quiere ser, o qué historia quiere contar.
No podemos entrar en detalle sin irnos al spoiler, por supuesto, pero Arnaud Desplechin pierde totalmente el paso en el momento en que el foco pasa de estar en la historia de la extraña vuelta de Marion Cotillard a la vida de Mathieu Amalric (y Charlotte Gainsbourg también, por supuesto; y ojo, porque los tres están excelentes y son sin duda lo mejor de la película) a la trama secundaria que protagoniza Louis Garrel. Que por mucho que nos guste Garrel, visto recientemente en las Mujercitas de Greta Gerwig, en El oficial y el espía y, en su momento, como parte del trío de Soñadores de Bernandro Bertolucci, no termina de encajar su trama con lo demás y con ese final tan extraño que tiene la película, volviendo todo un poco ¿al inicio? ¿Tanta gaita para eso? En fin.
Una película bastante confusa, aunque bien dirigida y bien actuada, y con suficientes elementos interesantes como para recomendarla, pero no hubiera estado de más que focalizara un poquito.
Sibila de Delfos
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18 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un cineasta (Mathieu Amalric) vive atormentado por el recuerdo de su esposa (Marion Cotillard), que desapareció sin dejar rastro décadas atrás. Cuando por fin empieza a rehacer su vida con otra mujer (Charlotte Gainsbourg) la esposa reaparece, poniendo su existencia patas arriba de nuevo.

He aquí una película que es como tres o cuatro películas en una sola. Una auténtica ida de olla sin orden ni concierto, puro capricho y ausencia de rigor por parte del tal Desplechin, que mediante el personaje (probable alter-ego) de un cineasta parece querer plasmar a lo bruto sus neuras personales... semejante caos narrativo, cual reflejo del caos creativo y personal del protagonista, no estoy seguro de que funcione en absoluto. O cuanto menos he esperado “algo” que diera sentido (no necesariamente lógico) al percal, pero ese algo nunca ha llegado.

Creo que la idea central es la pérdida, la ausencia, conjurar los fantasmas del título, una especie de terapia personal hecha cine, aunque ni de eso estoy seguro. Más parece un ejercicio de onanismo mental, con saltos muy gratuitos de unos personajes y situaciones a otros, por no hablar de unos recursos visuales utilizados aparentemente sin rigor; unos fundidos circulares (menuda cursilería) que representan ¿puntos de vista?... una música de violines cuando le sale del orto (que esa es otra, un concepto de drama consistente en gente chillando y rompiendo muebles), unos fundidos en mitad de una conversación... incluso momentos de aparente ruptura de la cuarta pared.

Total, que esto no es para mí y no he entendido un carajo... aunque eso sí, me iba a tomar unas copas con el Arnaud éste sin dudarlo un segundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Don Hantonio Manué
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28 de diciembre de 2019
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una muestra más del muy sobrevalorado cine francés y de ese tipo de peliculas que pretenden ser buenas solo por ser complicadas, por no tener ni pies ni cabeza, por posiblemente reflejar los fantasmas de su director. Los que peinamos canas pensábamos que ya se había acabado la estafa que sufrimos en los 60 ( ya se sabe: cine de arte y ensayo, Bergman, La genou de Claire...) pero veo que no. Encima ,con guiños politicamente correctos a la, por desgracia, inevitable islamizacion de Francia. Lástima de dos horas perdidas en las que sólo me ha reconfortado ver a la siempre deliciosa Marion Cotillard.
micamu
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