Pozo de odio

Comparto la sorpresa de algún que otro usuario, al contemplar los pocos votos de esta buena película de Stanley Kramer. A fecha de hoy 62 exíguos votos no avalan para nada esta historia situada a comienzos del Siglo XX en una Oklahoma árida y arcillosa recientemente anexionada a los Estados de la Unión. El oro negro que habitaba en sus entrañas era altamente codiciado por el "Homo Lupus" y cien años despues podemos afirmar lo mismo, aunque en género, temperamento y modo distinto.
El notable reparto y las repetidas emisiones en diferentes televisiones hace todavía más inexplicable dicho olvido.
Tan solo pretendo recordar que sí hubo un Chicago años 20, hubo una Oklahoma año 10.

Un 6,6 y rizamos el rizo.

En 1913, al entonces presidente electo, Woodrow Wilson, se le escapó una frase que, entonces y hoy, sigue siendo una verdad inobjetable: “Los dueños del gobierno de los Estados Unidos son los grandes capitalistas y los industriales”. (1)

Esta sentencia -que igual vale para (casi) todos los países capitalistas-, es la razón por la que “los poderosos” no pagan impuestos (pregúntenle a Donald Trump) y por la cual se pasan las leyes por la faja. Esto, claro, pone en total desventaja a quien compite contra ellos o a quien se niega a entrar en su manipulador juego. Duras, y a veces brutales, fueron las batallas que tuvo que librar la clase obrera contra los abusos de los industriales a comienzos del siglo XX… y como suele ocurrir, muchas veces estos ganaron y aquellos perdieron, porque la ley (casi) siempre está del lado del más fuerte.

Pero, de vez en cuando, surge gente guerrera que da la pelea. La fortuna, súbitamente, se pone de su lado… y, de tanto en tanto, ganan la dura lid a la que se enfrentaron aunque, para todo el mundo, parecía imposible… y aunque cueste arrancarse la piel, el mayor de los triunfos no es hacer dinero, es sentir que se ha conservado intacto el honor. En cambio, cuando los prepotentes ganan con sus atropellos, sus triunfos allanan su deshonra… y, la Ley del Búmeran, un día pondrá las cosas en su lugar. ¡Créelo y lo verás!

Lena Boyle, es una mujer tan desencantada de la humanidad que ya no cree ni en los hombres, ni en las mujeres. Pero, cuando ha decidido enfrentarse sola contra la poderosa compañía petrolera que quiere apoderarse del pozo donde ella espera encontrar oro negro, la vida trae de regreso a ese padre que nunca se ocupó de ella, y con él llega, Noble Mason (Mase), una suerte de protector en época de vacas flacas, pero, con conocimiento en el manejo de armas ya que fue militar.

Con un guion escrito por Marc Norman, <<OKLAHOMA, AÑO 10>>, funciona muy bien como metáfora en micro de las luchas sociales y, es en esta amplia perspectiva donde se proyecta su mejor resultado… y el hecho de que sea una mujer la que encara la batalla, luce como un aporte a la liberación femenina que, por aquellos años (principios del siglo XX), apenas daba unos cuantos lances. Una frase de Lena, reafirma esto: “Las cosas no son nada fáciles para una mujer en este mundo”.

El reparto, encabezado por, Faye Dunaway, Georges C. Scott, John Mills y Jack Palance, es un total acierto, pues, cada uno tiene la pinta perfecta y la ductilidad necesaria para lo que hace. Por su parte, el director Stanley Kramer, resultó tan efectivo en su narrativa que, su labor, fue justamente reconocida en el Festival Internacional de Cine de Moscú, donde recibió el Premio de Oro (Золотая премия) como Mejor Director.

(1) The People’s Almanac. Irving Wallace & David Wallechinsky

Título para Latinoamérica: POZO DE ODIO

Visualmente la película es una delicia de principio a fin con esos campos inmensos.
Las actuaciones y la dirección de la película igualmente es muy buena. El trio protagonista hace muy bien su trabajo. Y John Mills sencillamente adorable como siempre.
La mayoría de las críticas negativas de esta película se debe a que el director no acaba de mojarse en todo el metraje y no opta por definir la película..¿es un drama, comedia, western?
Yo disfruté viéndola y es cierto que tiene momentos muy buenos de comedia para lanzar una gran carcajada pero el director no da ese paso. Y quizá ese sea su pequeño (o gran) fallo porque la película es elegante a radiar, tiene fuerza...pero le falta ese empujón para que perdure.
¿Merece la pena? Sí. ¿Pasaré un buen rato? Casi seguro que sí. ¿Volveré a verla? Puede, si la pillo un día en la TV y no hay nada más; pero no estará en mis prioridades por ese pequeño (gran) fallo

Un pequeño rancho que gobierna una muchacha con la relativa ayuda de su anciano padre. El gran ranchero que quiere hacerse con él a cualquier precio para completar su propiedad. El pistolero vagabundo que llega para trabajar en la finca.
El esquema de un western clásico.
Pues cambien petróleo por pastos y ganado. Coloquen a Dunaway de modesta petrolera, a Mills como su padre, Scott es el nuevo empleado que llega y Palance el mafioso al servicio de la gran Pan-Oklahoma, en su papel.
Tenemos pues western, mafia petrolífera y drama, con toques de comedia y el imprescindible romance.
¿Abarca demasiado? No lo creemos. El resultado es una cinta de aventuras técnicamente impecable, a ratos amarga, a ratos divertida y en todo momento atractiva.
Hasta muy avanzada, moderna, por la lucha de sexos que plantea a comienzos de los 70. No estamos acostumbrados a ver a Faye vestida todo el rato con ropa interior masculina y pringada de fuel. No hay derecho, un gran fallo. Y menos todavía escuchar estos diálogos a los protagonistas: "¿Odia usted solo a los tres hombres que la rodean o a todos los de la humanidad ...? -Tampoco simpatizo con las mujeres. Si pudiera elegir preferiría un tercer sexo que estuviera entre los dos ... que fuera masculino y femenino".
Ignoramos en cuál de las muchas variantes sexuales habría que incluir este tercer sexo, pero bien "progresista" se mostraba ya la bella Faye.
Guion sólido al que solo cabe matizar que no termina de explicar las frustraciones de la muchacha. Realización que sigue el esquema del western mezclando con acierto el humor y el romance, con personajes bien dibujados. A ratos algo lenta y con desenlace del todo previsible.
Correctas interpretaciones con un Scott sobresaliente.
Buena película. Muy recomendable.