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Monstruo

Drama “Monstruo” es lo que el abogado de la acusación llama al joven de 17 años Steve Harmon, un brillante estudiante de Harlem y aspirante a director de cine. Acusado de asesinato por un crimen que él asegura no haber cometido, la historia se centra en la compleja batalla legal que determinará si pasa el resto de su vida en la cárcel. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
7 de mayo de 2021
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Crónica de un adolescente encarcelado

Monstruo (Monster) participa de varios géneros, pero los cimientos están firmemente asentados en el drama. Y no es para menos, Steve Harmon (Kelvin Harrison Jr) es un adolescente de color, de diecisiete años, recluido en presidio, a la espera de juicio, por el cargo de complicidad en un homicidio en una tienda de Harlem. En su más tierno inicio, la película es un drama carcelario fundamentado en los padecimientos de un joven que sospechamos que no debería estar ahí (él se declara inocente). No hay que esperar grandes momentos convulsos, pero en general no tardamos mucho en meternos en situación.

También es el drama de una familia que ve como su hijo, al que tenían en un pedestal, se enfrenta a una pena temible, y ellos mismos al oprobio y a la decepción si su vástago resulta condenado. Aunque hay margen para la fe, y el apoyo benefactor que recibe de su familia se basa en la creencia de su inocencia. A decir verdad, Steve es un chico que siempre ha mantenido un comportamiento ejemplar en un entorno tan inestable como Harlem. Su extirpación del núcleo familiar es un golpe para los Harmon y una buena base dramática para Monstruo (Monster).

También estamos hablando de un drama judicial donde se sigue el proceso de enjuiciamiento de Steve. Más allá de la construcción de la trama jurídica, esta característica es interesante porque a su vez de ella surgen interesantes reflexiones, que van desde el racismo, la culpabilidad, al punto de visto a través del cual juzgamos a los demás y a nosotros mismos. Como ven, Monstruo (Monster) es fértil en la proposición de temáticas. Resta por ver si la ejecución está a la altura de estas premisas.

*Una historia de Harlem

Monstruo (Monster) es una película de corte independiente y con un estilo apegado a las convenciones del Festival de Sundance. La puesta en escena es espartana, sencilla y asentada en un presupuesto escaso. Su director ha ejercido principalmente de director de videoclips para relevantes estrellas del pop, pero eso no se advierte en la factura de la película. Una de las virtudes peculiares de Monstruo (Monster) es la división de su montaje. De un lado se nos cuenta el juicio y la vida en prisión de Steve, y de otro se nos narra cómo ha llegado a esta situación.

Puede parecer una decisión meramente formal, pero en realidad esta estructura conviene mucho también al fondo. Uno de los meollos de la película es la huida convencida de los extremos. Prefiere no adherirse a un juego de blancos y negros y busca la reflexión en una amplia gama de grises. Porque la idea central, en el fondo, es la dificultad de asignar culpabilidades o inocencias. La verdad, es una cuestión de perspectiva, una acumulación de subjetividades en la que cada uno ve los matices a su manera. No es baladí que se mencione a Rashomon, de Kurosawa, en una escena clave.

Pero más allá de estas filosofías, Monstruo (Monster) también es una historia a pie de calle, situada en Harlem sin rehuir su lado más peligroso. Steve es un muchacho tranquilo que evita el contacto con las pandillas. Buen estudiante e interesado en el cine. Sin embargo, precisamente por su estampa pintoresca, cámara en mano, se relacionará con William King (ASAP Rocky) y Bobo Evans (John David Washington), compañías no del todo recomendables. A partir de aquí, y mediante el juego de las dos líneas temporales, el espectador deberá juzgar, si es que puede, a Steve y sus circunstancias.

*Elenco y factura

Monstruo (Monster) es una película que puede atribuirse un par de méritos. La falta de subrayados y el eficaz tono realista de la historia. Anthony Mandler no se complica la vida, y salvo unos insertos eventualmente rápidos en alguna escena judicial, la puesta en escena es clara y sencilla. Narra como si fuera un notario de lo que ocurre, ya sea en Harlem o en el juzgado. El ritmo es dispar, a ratos parece que la estructura elegida, con bastantes flashbacks, resta agilidad y sencillez al conjunto. Y es cierto que a veces Monstruo (Monster) va demasiado al ralentí.

Igual sobriedad encontramos en la interpretaciones. Hay material de sobra para las escenas clásicas de un dramón hinchado, pero ya decíamos que felizmente se evitan los subrayados. Salvo quizá en el caso de la narración en primera persona y algunas divagaciones. Kelvin Harrison Jr hace un papel convincente, usa una economía gestual compatible con la melancolía y el abatimiento. La parte macarra esta bien representada por ASAP Rocky y John David Washington, particularmente amenazante éste último en un papel que podría haber sido más extenso. Del mismo modo la vena familiar es sosegada dentro del drama, y Jeffrey Wright y Jennifer Hudson se entristecen sin ademanes histéricos.

A veces es todo tan sobrio, tan aseado, tan sencillo, que el pulso narrativo es desigual y fluctuante en su intensidad. No siempre el interesante andamiaje temático está refrendado por virtudes formales, aunque es cierto que la estructura de flashback acaba siendo un acierto en última instancia. Aun así, se echa de menos una marcha más, algún zarpazo más de intensidad. En sí misma, la película es más interesante que apasionante. Se trata de una película de tesis, que a ratos se hace algo plana. Afortunadamente, no siempre.

*Conclusiones

Monstruo (Monster) es la odisea de un adolescente amedrentado por su encarcelamiento, y una oportunidad para reflexionar sobre la culpa, la fatalidad y lo ambiguo de la verdad en función de donde nos situemos. Funciona más en sus ideas que en su plasmación, que es tan correcta como a ratos anodina. Lo que parecía un drama judicial racial al uso, abre un abanico inesperado de interpretaciones ciertamente inteligente.

Nos hará pensar, pero también nos dejará la sensación de que la ejecución es mejorable. No obstante, Monstruo (Monster) es una propuesta a tener en cuenta.

Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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11 de mayo de 2021
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buen film, desarrolla una trama contada con sinceridad y con verdad, desarrollando los ya más que vistos problemas de la jusitica norteamericana, también de los prejuicios, y además desde una perspectiva de cierta culpabilidad. El trabajo actoral está a la altura de la historia, la ambientación también. En definitiva, una película que merece ser vista y que como las buenas películas, te deja pensando con qué lado de la historia te quedas.
cromo40
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8 de mayo de 2021
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Monster”comienza como un Drama judicial didáctico. Su director, Anthony Mandler, lejos de hacer una historia convencional juega mucho con el arte a través de Steve Harmon y su pasión por la fotografía y el cine.

Steve es un joven estudiante de secundaria negro de Harlem, de una buena familia, atrapado en una pesadilla de justicia criminal en la que su origen étnico lo hará culpable a muchos ojos, acusado de cómplice en un robo a mano armada letal.

A la primera mitad de “Monster” le falta condimento, dinámica. Lo mejor que exhibe es la fotografía. Cuando la historia se mete de lleno en el juicio, la película se pone interesante, ya que muestra al pequeño Steve Harmon en su desnudez dejando todo visceralmente en lucha por su inocencia, con la ayuda de una defensora oficial que conoce muy bien su paño.

En la segunda mitad, la película se centra en la compleja batalla legal que determinará si pasa el resto de su vida en la cárcel.

Una primera mitad densa, con una segunda mitad, tensa, dura y emotiva.
Raulomino
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8 de mayo de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Monster (2018), dirigida por Anthony Mandler, es un drama judicial que sigue el juicio que se le hace a un joven afroamericano de 17 años que es acusado de ser partícipe en un robo que acabó en un asesinato. Presenta un interesante juego con los puntos de vista y la noción de verdad.

Por Nicolás Bianchi

Más que la culpabilidad o no del personaje en el hecho del que se lo acusa durante el juicio que constituye el centro de Monster, lo que parece estar en cuestión es si un joven afroamericano de 17 años es o no una aberración de la sociedad. El sistema judicial estadounidense es presentado como una máquina de fabricar culpables, más allá de lo que sea verdad, en el que un abogado blanco puede apuntar su dedo contra alguien y, en frente del jurado, llamarlo monstruo.

La película está narrada en off por su protagonista Steven Harmon (Kelvin Harrison Jr.), un joven que estudiaba para ser cineasta cuando se vio acusado de un crimen en el que dice no haber tenido participación. Monster está completamente volcada al punto de vista del personaje de Steven y, en ese sentido, no es un drama judicial tradicional, ya que se centrará solo en un puñado de momentos dentro de la sala además de recorrer su vida previa a ser arrestado.

En principio lo que se plantea es que Steven es acusado por ser afroamericano. James (el rapero ASAP Rocky) y Bobo (John David Washington) asaltaron una licorería en un episodio en el que, luego de un forcejeo, el dueño resultó muerto. A Steven lo acusan de actuar de ‘campana’ ya que habría ingresado al local antes para verificar que no haya nadie más dentro y luego, mediante una señal, les advirtió a sus supuestos cómplices que el terreno estaba liberado. Lo que Steven sostiene es que era un día de calor y simplemente entró al negocio, compró una gaseosa y se fue.

Por el resultado del hecho pesa sobre Steven la posibilidad de ser condenado por diez o hasta veinte años de prisión. A sus 17 años se trataría de una sentencia que dinamitaría su juventud y, probablemente, su vida. Mediante flashbacks lo que la película cuenta, a través de la voz del personaje, es la vida de un muchacho estudiante de clase media (su padre interpretado por Jeffrey Wright es profesional) con una vida productiva por delante que conoce tanto a James como a Bobo porque viven en el mismo barrio pero no son amigos ni mucho menos socios en algún tipo de emprendimiento criminal.

El duelo en el juzgado está protagonizado por el abogado del Estado Petrocelli (Paul Ben-Victor), quien vendría a ser el villano, y Maureen (Jennifer Ehle), la defensora de Steven. Lo que la película hace es dejar sentado que antes de cualquier otra cosa a Steven se lo acusa de ser afrodescendiente, y luego se centra en algunos momentos puntuales del proceso judicial. Lo preponderante, siempre, es la voz y la narración del personaje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
El Golo Cine
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13 de mayo de 2021
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que una crítica, me gustaría aportar una reflexión (sin spoilers)

Steve Harmon (Kelvin Harrison Jr.) es un aspirante a cineasta, de familia acomodada y con futuro, pero acaba siendo encarcelado por un crimen. La película aborda sus contactos, juicio y experiencias en un crimen que demuestra lo defectuoso de un sistema judicial arbitrario e injusto.

La sociedad punitiva en la que vivimos no salva a nadie, pero acaba poniendo más peso sobre las clases bajas y el lumpen. Steve no es lumpen, ni clase baja, es de una familia con estables ingresos económicos, burguesa, e incluso con toques clasistas. Esto no es óbice para que no sufra de la mirada racista de un sistema judicial creado por los de arriba y para la tortura del pueblo africano residente en Estados Unidos.

El punitivismo se basa en el castigo prejuicioso, la condena en firme sin pruebas concluyentes y el olvido del perdón por el crimen. En una sociedad punitivista no existe el perdón y no existen los grises: se es criminal o no se es.

¿Para qué sirven las leyes, juicios, jueces y cárceles? ¿Para castigar o para reinsertar? ¿Para mostrar errores, para hacer pedagogía de la buena conducta (o de lo que consideramos “buena conducta”) o para encerrar y achacar las actitudes reprochables a la naturaleza malvada del ser? Monster muestra que un cambio es necesario, no solo en Estados Unidos, sino en todas nuestras sociedades modernas. Explicamos los crímenes hablando de que los individuos son malos por naturaleza, pero actuamos con maldad al encerrarlos sin ofrecer perdón. No queremos un mundo mejor, no buscamos entender las razones de un crimen: queremos apartar la mirada, vivir cómodamente bañadxs en nuestros privilegios.

No es la mejor película para hacer un análisis de clase sobre el punitivismo que sufre el pueblo africano de Estados Unidos o explicar el crimen y su intrínseca relación con la inestabilidad económica de los barrios obreros, para eso ya está Spike Lee y su maravillosa filmografía. Esta película nos ofrece un análisis distinto, pero también necesario, complejo y más compacto en una película corta y directa gracias a la voz en off.
theo56
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