Al límite del terror

Aunque no podríamos calificarla como una buena película de terror, el resultado es bastante entretenido, resultado de mezclar brujería, narcotráfico y jóvenes típicos/tópicos norteamericanos perdidos en Tijuana, acompañado con generosas raciones de gore y un soterrado sentido del humor. Aunque consciente de que no estaba ante ninguna referencia del género, me la trague sin pestañear. Entretenida y recomendable para degustadores de serie b.

No negaré que "Borderland" parece otra típica historia de turistas americanos con problemas en un país lejano, como ya habréis leído en la sinopsis, porque sí lo es. Evidentemente, este tipo de filme está ya quemadísimo, pero ésta se aleja de lo habitual.

Tres son las claves de su "éxito", el estar basado en hechos reales, con el consecuente aumento de realismo, el combinar la historia con un thriller con grandes dosis de suspense y un ritmo trepidante.

El uso de la santería como hilo macabro aumenta la fuerza y aporta una buena razón para creerse lo que te cuentan. El buen comienzo es un pilar sólido en el que te podrás apoyar en los momentos en los que los los jóvenes planean el viaje, salen de fiesta y se meten en problemas, algo que a mí normalmente me estresa por lo repetido que suele ser.

En la línea de "Wolf Creek" pero con mayores dosis de suspense y misterio, pero sin la novedad que supuso aquella pequeña joya australiana, cuyo fuerte también era el estar basada en hechos reales.

Pensaba ver un Viernes 13 (XIV) con algo de Perdita Durango (notad mi nivel de desesperación) y me equivoqué. Como película Borderland se halla a medio camino de ninguna parte: entre el gore violento y gratuito de Saw y una película policiaca de toda la vida (¿me lo imagino yo o huelo algún tufillo a Sed de Mal y que Welles me perdone?). En realidad Bordeland, para ser un producto de serie B, no está mal realizada, tiene su ritmo, las interpretaciones no apestan; el problema de Borderland no es que juegue con los tópicos de la frontera mexicana, y los ritos satánicos y todo eso, sino su violencia gratuita. En definitiva, si te gustan los machetazos en la cabeza o ver cómo le arrancan a un tío la lengua o le aserruchan el brazo, entonces quizá te interese, aunque es posible que encuentres en esta película demasiado diálogo.

Hola, acabo de ver una mierda de peli. Y ha sido una proeza, una auténtica proeza. He necesitado para ello 4 días salteados a 4 horas diferentes para poder acabar de verla, y lo he hecho por no quedar mal, porque ya me daba igual meter la pata hasta el fondo, por ver si acababa pasando algo guay, en definitiva, por todo ese tipo de cosas por las que te ves hasta el final una película horrenda como la que nos ocupa.

Realmente no quisiera extenderme mucho en lo que este engendro sin gracia ha supuesto para mí. Si habéis visto Hostel, Turistas o cualquiera de los 10.000 clones ya sabéis. Americanos que salen de su amada patria y se meten en un lío. Si Europa o Brasil ya tuvieron lo suyo, ahora los mexicanos son el enemigo que amenaza sus vidas con un pretexto absurdo.

Dicho todo esto,no merece la pena. La peli es tan insulsa, tan cansina, tan rancia, tan empalagosa y hasta soporífera que lo único que se limita es a cambiarle 4 cosas al esquema típico de este tipo de pelis y ya está. Ahora son mexicanos, ahora el motivo por el que "son malos" es otro, etc. Y entonces a una panda de vagos que copian una fórmula sin gracia no les voy a dedicar más tiempo, para eso están los genios de Asylum. Y así se explica que le hiciera más caso a las manchas de gotelé de la pared o a las rendijas del aire acondicionado que a esta maloliente Borderland.

Lo que no se explica es cómo quise acabar de verla como si de un reto se tratase. No sé en qué pensé cuando me interesé por esto. Haciendo mención al título de la crítica, a ver si dejan de hacer estas cosas que van siempre de lo mismo. No volveré a caer (espero).

Estamos ante una película basada en hechos reales, que cuenta la historia de tres jóvenes norteamericanos que se van a la frontera a pegarse la juerga padre, sin saber que pronto se verán envueltos en un mundo de pesadilla, caminando por la senda del narcotráfico, las sectas y la muerte.

Borderland es un filme de esos donde la violencia parece ser gratuita. Con escenas bastantes impactantes que en algunos momentos llegan al gore, doblegando así el escepticismo del espectador con una sutil combinación de locura y humor sádico. Por eso, las primeras escenas de la película muestran la crudeza de ésta, para advertir al espectador de que no estamos ante la típica comedia loca al estilo de "Resacón en las Vegas", si no que, con la visión particular del señor Berman nos adentramos en las oscuridad de un mundo de pesadilla.

Para poder entender ésta película debemos fijarnos que la historia presenta dos aspectos psicológicos importantes a tener en cuenta y es que por una parte, tenemos a tres jóvenes de inocente apariencia, que viajan hasta un país donde el idioma le es extraño y con unas costumbres muy diferentes a las suyas. Pronto comprobarán que no todo es tan bonito como lo pintan, ya que juega el segundo aspecto psicológico de ésta película y es el hecho de que ciertas personas intentarán aprovecharse de la bondad de éstos tres muchachos para conseguir sus fines, viéndose envueltos sin querer en un mundo de locura que ellos no pensaron que pudiera existir.

Sean Astin demuestra en este film, destellos de un sutil sadismo muy bien logrado; como podemos ver en las primeras escenas, en las que está vigilando a un Rider Strong encadenado, preguntándose si saldrá con vida del especie de cobertizo en el que le tienen retenido.

Sin duda, Bordeland es una película impactante, que no dejará indiferente a nadie.