1961, tríos, ninfómanas, desequilibradas, blanco y negro, voz en off: Jules et Jim. ¡Qué coñazo!

1969, trío, románticos encantadores, color, bicicletas, Raindrops keep falling on my head: Butch Cassidy and the Sundance Kid. ¡Qué divertida!

Y ahora vayamos por partes:

Sí, yo soy un burgués, pero: los tríos no me escandalizan, las ninfómanas me aburren, las locas me irritan, el blanco y negro me encanta y la voz en off, cuando narra (cine negro) me agrada y cuando alecciona (Jules et Jim) me molesta.

No es que Dos hombres y un destino me parezca un peliculón pero, lo dicho: al menos te diviertes y terminas silbando gotas de agua sobre mi cabeza.

Tanta intelectualidad europea terminó en mayo del 68. Y al final, hoy lo sabemos, a ambos movimientos les sobraba poder y les faltaba imaginación. Lástima: hubieran podido dedicarse a hacer buenas películas.

¡Que paciencia hay que tener, Dios mío !

Jim es un hombre seguro, melancólico, insaciable, francés.
Jules es un hombre inseguro, complaciente, simpático, alemán.
Don Quijote y Sancho Panza.

Catherine es rebeldía, rebeldía contra el tedio, la hipocresía y la (auto)represión.
Yo también me hubiese enamorado de Catherine.

Poco que añadir, es una buena película, como me dijo mi padre, una película muy humana.

Lo siento. Sinceramente lo siento pero, el tiempo todo lo relativiza y esta película hoy, ahora, ha conseguido dejarme sin frío ni calor. Puede ser que si la hubiera visionado en su momento me hubiera hecho sentir algo distinto y hubiera notado el empuje de aquella 'nueva ola' francesa. Pero yo entonces tenía pocos años y hasta este momento (enero de 2008) no la había visto.

Conversaciones profundas entre dos amigos (cuya amistad se despliega en el film de una manera ligera y amena entre diálogos disparatados como en la vida misma) y una mujer despiadada. Catherine, un ejemplo de mujer actual, toma el papel masculino en su relación con Jules y Jim.

Jules et Jim es una historia de pasiones entre personas contada con una sutileza encandiladora. Catherine es una hoja que cae del árbol una tarde de otoño, tambaleándose de un lado a otro (hacia Jules, hacia Jim, hacia el impulso del momento) sin perder esa serenidad que la caracteriza, aún estando cayendo cada vez más. Una manera de adentrarnos en una nueva estación sin haber abandonado todavía la anterior. Una amistad que supera fronteras y un amor libre como el viento parecen haberse personificado para contarnos la historia a través de esa voz en off, que va dando ritmo y forma escultural a la narración.