Los primeros veinte minutos son de antología. Es una pena que luego flaquee con demasiados convencionalismos, pero desde luego es propio de casi todo Eastwood, le tiran mucho los lugares comunes.

Pero ese arranque es asombroso. Vuelve a trabajar con el gran Hackman, quien como en Sin perdón borda un prototipo de maldad insuperable ceñida a la cobardía extrema...

Laura Linney, Judy Davis: qué bien escogidas, con qué poco arman una secuencia. Y el gran E. G. Marshall en un personaje muy rico y una interpretación óptima.

Le había puesto un simple interesante pero la voy a subir a notable: lo bueno es realmente notable. Pasen y vean. Háganme caso: qué miedo da el abuso de poder embadurnado de dinero.

Antes de que me casara mi papá me enseñó un oficio muy noble y por lo cual siempre le estaré agradecido, me enseñó carpintería. Y hace poco me encontraba en mi taller haciendo unos bancos de madera ensamblados y torneados para el desayunador de mi nueva cocina integral, al entrar y ver mi trabajo mi padre me dijo: “Oye cada vez te quedan mejor las cosas que haces, no te has dado cuenta”. De hecho era cierta tal afirmación, mi trabajo es mucho mejor que cuando empecé a hacer cosas de madera.

Bueno eso es exactamente lo que sucede con un director como Clint Eastwood, el buen Clint, hace que sus cintas entretengan a más no poder y ninguna que haya dirigido él me parece mala, podríamos decir que es regular, o tal vez un poco floja, pero mala no le conozco ninguna, y al contrario, siempre vez signos de superación personal en sus trabajos, aunque sean pequeños detalles técnicos, actorales o de cualquier otra índole, pero siempre vez algo mejor hecho que antes. Y otra cualidad de este gran director es que al ver sus cintas percibes que disfruta haciendo su trabajo, que lo goza, haciendo parecer lo difícil muy fácil.

Y ya hablando del film, el señor Eastwood nos entrega una de sus películas más personales, donde existe una gran empatía entre el público y su papel, ya que los personajes de ladrones nos fascinan a la gran mayoría como fans del cine, y mas uno como este que es pulcro, pensante, carismático, calculador, etc.
Y desde los primeros minutos logra que como espectador jamás pierdas el interés en la cinta, ya que después de ver lo que ocurre en esos primeros 20 o 25 minutos de proyección te das cuenta de que la cinta es muy buena y promete.

A esto abría que sumarle un elenco de primera, muy buenos actores, muy bien dirigida y muy bien llevada.

Recomendable al 100%

Por cierto, ¿Qué bonito presidente, no? (Ver spoiler)

A pesar de las buenas críticas que tiene a mi me ha aburrido bastante. Clint Eastwood es de esos actores reconvertidos en director con bastante buena fortuna, pero en esta película falla en el argumento, la historia es demasiado rebuscada, un presidente de EE.UU. vicioso e impresentable -aunque después de Trump todo pueda ser posible- convertido en asesino y con sus guardaespaldas queriendo taparlo. Se hace poco creíble toda ella así que le doy un suspenso y por su final desmadrado y absurdo.

Y si se juntan dos viejos, se entienden muy bien. El espectador está al corriente desde el principio del meollo de la cuestión, por lo que solo debe preocuparse de cuando (y como) se resolverá el asunto. Es divertido ser un fantasma, sin riesgos y usar esa virtud para enriquecerse tanto económica como espiritualmente; para poder controlar lo que se ama, sin que los demás sean conscientes y sin dejar evidencia de ello. Escuchando la musica de los créditos me di cuenta que no había reparado en la música durante la película; como estoy seguro que algo de música ha debido de haber durante el metraje, no deja de ser una virtud, que haya estado ahí y no se haya notado; igual que los fantasmas.

Clint Eastwood nos presenta un thriller con temática de robos, donde un asesinato crea una situación especial en la vida del protagonista.
Un ladrón en edad de jubilación, decide perpetrar un último trabajo en una mansión. Lo que él no se espera es que será testigo de un momento crucial. Él se verá en la tesitura de denunciar el hecho a la policía. Pero, ¿quién le va a creer?
La cuestión está muy bien llevada gracias a la situación planteada y los personajes que la viven. Uno será testigo de manera impasible de un hecho trágico, y se planterá cual es el modo correcto de actuar. Y sobre todo, cual es el modo correcto de actuar de la policía.
Clint Eastwood se rodea de un gran reparto los cuales realizan un trabajo magnífico. Todos ellos sufrirán momentos de tensión rodeados de mentiras y falsedades.
Es cierto que la película sufre en algún momento que otro alguna caída de ritmo, pero eso no hace que la historia no enganche. Uno conecta casi nada más comenzar el film y eso hace que el interés por el desenlace fluya sin ningún problema.
En fin, película recomendable de ver con la que nuevamente Clint Eastwood vuelve a demostrar la calidad que tiene para ponerse detrás de una cámara, y el enorme talento que posee al dirigir cualquier tipo de género cinematográfico.