Me parece que después de "Dogma" y "Jay y Bob el Silencioso Contraatacan" (estoy huyendo de "Jersey Girl" por ahora después de las críticas que he leído), Kevin Smith consigue una película más fresca y más divertida. Si en algo se distingue de las que he nombrado al principio, es que "Clerks 2" vuelve a partir de un argumento sencillo y que no está tan sobrecargada de personajes.

Antes de verla no iba con demasiadas expectativas: una segunda parte, doce años después, con una actriz tan conocida como Rosario Dawson de protagonista... Con estos detalles solo pensaba en esa avalancha de secuelas que estamos sufriendo desde hace unos años, en los que por tal de sacar dinero da igual el tiempo que haya pasado entre que se rodara una película para hacer su innecesaria secuela (o peor, más de una).

Pero me he llevado una grata sorpresa. La película se me ha pasado en un momento y no he parado de reírme. Al igual que la primera parte, casi toda la película se basa en sus largos diálogos y discusiones llenos de "mierda", "joder", "coño" y "follar" pero también es verdad que hay mas espacio para el desarrollo de otros acontecimientos que en "Clerks".

Y como no, aquí también hay cierto mensaje que te hace darle vueltas a la cabeza, dando lugar a que se aproveche muy bien que hayan pasado doce años. ¿Qué queremos hacer con nuestra vida? ¿Que tiene de malo no aspirar a más cuando lo poco que tenemos es exactamente lo que queremos? ¿Somos capaces de pasar de lo que piensen los demás o somos unos cuantos borregos?

Para terminar, dos cosas: Rosario Dawson encaja muy bien. Y debido a la originalidad de la primera, pondría a esta por debajo de aquella pero por la falta de decimales, lo dejo así.

Es toda una alegría reencontrarse con Dante (Brian O'Halloran) y Randal (Jeff Anderson), los desvergonzados cajeros que protagonizaron la ópera prima de Kevin Smith: Clerks (¿cuál si no?). En esta nueva entrega de sus desventuras vemos cómo tan singular dúo se ve abocado a trabajar en un local de comida rápida, lugar en el que darán rienda suelta a sus paranoias, didáctica verborrea y desgracias (aunque también habrá tiempo para el romance, estilo Smith, claro). Incluso Jay (Jason Mewes) y Bob el silencioso (Kevin Smith) se dejará caer por allí.

No es justo afirmar con rotundidad que segundas partes nunca fueron buenas, porque películas como la que nos ocupa vienen a romper dicha regla. Sí, es cierto que el factor sorpresa ha desaparecido (al igual que el austero acabado en blanco y negro), pero lo que no desaparece es el genial humor de Smith, sus diálogos soeces y sarcásticos o su excelente labor a la hora de mezclar gags humorísticos con guiños a la cultura pop. Incluso me atrevería a decir que su, normalmente mejorable (por decirlo suavemente), trabajo detrás de la cámara ha mejorado considerablemente. Creo que se nota demasiado que soy fan del director de Nueva Jersey.

Clerks II es una prueba más de que es possible hacer segundas partes tan interesantes como la embrionaria: solo hace falta no traicionar el espíritu del original y acertar con el ritmo que el tiempo habría impuesto a la historia. Ser fieles y ser consecuentes.

La primera siempre será una obra de cierto culto para muchos que necesitaban el aire fresco del blanco y negro de esta especie de gamberrismo inteligente, políticamente incorrecto y neurasténico. La segunda, al comportarse con el mismo trasfondo pero añadiendo las naturales y ineludibles notas de madurez, consigue ser una continuación plausible y coherente de una historia que no quiere dejar de transmitir el mensaje primigenio, pero que se atiene al paso del tiempo en el ser humano.

Muchos lo han contado con escenarios bien diferentes, pero esconden la misma moraleja: la rebeldía de la juventud, el tiempo la cura. Aun así, procura traicionarte lo menos posible, sería el corolario de Smith para su público. Solo algunos contumaces protestatarios pueden persistir en su eterna sedición, pero, al mismo tiempo, quedarse en un eterno papel de Peter Pan tampoco soluciona ningún problema y es probable que te convierta en un ser solitario y incomprendido. El mensaje final de Jeff Anderson va por allí, quiere ser eternamente joven, pero tiene miedo de quedarse solo en el empeño.

Sí, mucha inquietud existencial detrás de tanta postura vandálica. Eso hace este segundo Clerks muy emotivo en sus discursos finales. Es impossible reducirlo todo a las imágenes estrafalarias de perversion sexual que intentan asomar la cabeza para escandalizar.

Todo ello bien acompañado de las notas musicales que suelen decorar las películas de Smith, y de la pareja de sonados clavados a la pared, del silencio que se infringe el director en su papel, y de unos cuantos guiños totalmente necesarios a la primera parte.

Si la primera te gustó, la segunda es imprescindible.

Pues sí, creo que ya no tiene nada más que contar el amigo Kevin Smith, su trilogía de NY me parece simplemente genial con 2 películas graciosas como son Mallrats y Clerks y una película muy completa siendo para mí una de las mejores comedias románticas que se han hecho. Dogma tenía un pase pero ya comenzó a vérsele el plumero, Jay y Bob el silencioso sí que era al menos una película loca al estilo Mallrats (aunque era un refrito). Pero... ¿Por qué narices se mete aquí en otra comedia romántica? ¿No le bastó con matarnos con Jersey Girl? ¿Piensa que aunque le añada alguna que otra gamberrada no se va a ver el conservadurismo y la falta de un mensaje algo fresco que expulsa esta película? Otras consideraciones las tendréis en una crítica anterior por lo que no me referiré a nada más en particular.
Creo que el señor Kevin Smith ha madurado muy mal y que ha perdido casi toda su credibilidad como director en el genero de comedia y para mi debería cambiar ya su rumbo intentando hacer algo distinto como CiFi o aventuras… pero nada que conlleve algún tipo de mensaje por favor.
Sólo comentar que la película no me parecería tan mala si la hubiese hecho otro director del cual no esperase nada decente pero no de alguien que ha hecho Persiguiendo a Amy.

Secuela de una película considerada para algunos de culto, a la que solo apreciaran en su justa medida los que vieron en Clerks una obra de arte, (para mí una modesta y resultona producción con un cierto encanto), que al contrario de la anteriormente citada ni sorprende ni aporta nada nuevo, al universo del cada vez mas sospechoso de sobrevalorado Kevin Smith.
Puede que me pillara en una mal tarde, pero me pareció aburrida, pretenciosa y dirigida a algún tipo de iniciados encantados de conocerse. Prescindible.