Festiva macarrada autoparódica y gamberra, con ingentes cantidades de tiros, patadas, puñetazos, diálogos completamente gilipollescos pero repletos de sentencias, al más puro estilo hombre-duro-del-oeste-ameriacano.

Como ya hiciera The Expendables, esta película es un homenaje a ese cine de acción de los ochenta y principios de los noventa, donde los héroes eran machotes chulos prácticamente invencibles, pero con su corazoncito, con su lado humano y, sobre todo, con sentido del humor (¿recuerdan esa frase de aquella mítica película de Schwarzennegger ¡sales en la televisión! justo antes de matar al malo maloso estampándole un televisor en la cabeza?)

Así, si pretendes analizar esta película desde un punto de vista excesívamente crítico llegarás a la conclusión de que no vale nada... Para mí, las películas de acción que no valen nada son la inmensa mayoría que se vienen haciendo en las últimas décadas, donde todo son tipos guays muy cabreados e inteligentes, todo son efectos especiales burdos o, en muchas ocasiones incluso peor, todo son superhéroes moñas.

Los héroes de The expendables, como digo, no son cerebrales James Bond o inteligentísimos Bourne, no son estrategas como Ethan Hunt ni están al borde de la muerte en cada escena como Chev Chelios, no son atormentados Bruce Wayne o enamoradísimos Spiderman...

Los héroes de The expendables son testosterona pura, que arreglan el mundo a puñetazo limpio, o, en su defecto, a tiro limpio. No hay filosóficas consideraciones sobre los buenos y los malos: aquí los buenos son unos tios de puta madre y los malos unos hijos de puta sin corazón. Punto.

Así, la película da justamente lo que ofrece, y es una gozada ver juntos a todas esas glorias, a saber: Bruce Willis, Schwarzenneger, Stallone, Dolph Lundgren, Jean Claude Van Damme, Chuck Norris...

Genial la escena en que Statham, Couture y Crews están, cada uno por su lado, a puñetazo limpio con los respectivos malvados sicarios, y aparecen Lundgren y Stallone, resuelven sus problemas a tiro limpio y ¡chocan los cinco! Porque puede que deban estar en un museo y ya no estén para esos trotes del cuerpo a cuerpo, pero siguen siendo los putos amos.

Leo sesudas críticas en las que, precisamente, se critica todo aquello que hace de esta película lo que es. Queridos amigos, o habéis ido al cine con un prejuicio que únicamente prentendíais que la película os confirmara, o es que no habéis entendido nada de nada de nada en absoluto. Que oiga, está en su derecho de que no le guste y decir que es caca, pero es como si yo voy al cine a ver cualquier película de amor moñas y luego la critico por ser una película de amor moñas. Pues vaya un crítico estoy hecho...

Y es que he llegado hasta a leer que la película es pura homosexualidad (y además como si la homosexualidad fuera mala). Quisiera pedirle a ese gran crítico que le echara un vistazo a las pelis antiguas de Van Damme, Stallone, Schwarzenneger... y me diga si no son prácticamente igual de "homosexuales". En serio, la película es una película de género, es una película de museo, en ese sentido, pues ya no se hace este tipo de acción descerebrada para descerebrados, ahora a todo hay que sacarle la genialidad de una trama con giros espectaculares, o con ideas súper-guays que te cagas que, a fin de cuentas, sólo acaban redundando en el mismo tipo de acción para descerebrados (¿recuerdan Origen?) pero encima con pretensiones...

The expendables 2, como la primera, es sencillamente eso: una macarrada descerebrada para meter mucho ruido, muchas balas y puñetazos y patadas, todo ello salpicado con ese humor propio de las pelis de acción "perro" de los ochenta/noventa y con otro tipo de humor, el de la autoreferencia y la autoparodia. En ese sentido, yo tenía, como digo, bastante claro lo que iba a ver al cine, y no me defraudó en absoluto. Es más, superó mis expectativas.

Cojonuda.

En 1997, descubrí al director Simon West con la película de acción y cachondeo Con Air (Convictos en el aire), protagonizada por un, por entonces en alza, Nicolas Cage y John Malkovich. Todavía pendiente de estreno tiene Contrarreloj (Stolen) (2012) con Bicolas Cage, pero antes nos ha traído la segunda parte de un gran film de acción, emoción y toques de humor titulado Los mercenarios (2010) que dirigió Sylvester Stallone y la cosa es que no le salió nada mal. Es un gran disfrute. En Los mercenarios 2 (The Expendables 2) (2012) regresan los chicos capitaneados por Barney Ross (Stallone) en una nueva aventura. En cierta forma, yo comparo este film con aquella serie de los ochenta El Equipo A, la primera ya tenía algun que otro parecido. Es más, yo he visto un guiño a la serie, hacia el comienzo de la cinta, con uno de los armatostes que conducía uno de la troupe de Stallone que llevaba el nombre de Bad Attitude (Mala Actitud, o abreviado M.A, como uno de los personajes de aquella serie). El caso es que la diferencia radicaría en que, en la película hay más gore, yo diria que algo más que la primera entrega. Es lo que siempre dicen de la segunda partes de una cinta de estas características: Más muertes, más cachondeo. Hay nuevos personajes que reemplazan a algun que otro de la anterior entrega. El trío Willis-Schwarzenegger-Stallone se mete cada puya entre ellos y guiños internos sobre algunos personajes que han interpretado en otros films. Grande la aparición del "Hey, baby, qué pasó", sí señor, el mismo Chuck Norris. Menudo monstruo está hecho. Parece que no pasen los años para él. Me ha gustado el buen rollo que hay con cada personaje, así da gusto ver una película. El noviete de Miley Cyrus, Liam Hemsworth, me ha gustado su manera de ser, es el más joven de la pandilla y se nota. Y sobre el malo, otra vieja gloria que tardaba en verle la cara en una pantalla grande, el gran Jean-Claude Van Damme interpretando a un terrorista de nombre Vilain . Irónico el nombre, suena a villano, o lo que es lo mismo, el malo malote de la cinta. De todos modos, me ha gustado ver las peleas que se tienen los personajes del Stallone y Van Damme, simplemente brutales. Otra cosa brutal, los efectos de sonido, para nominación al Oscar, o sería la sala dónde la he visto, pero me ha parecido atronador e impactante.
Y cuando la película finaliza te dan ganas de más, si no fuera porque tengo otros films pendientes de visionar, la volver a ver. Eso sí, hay confirmada una tercera entrega, y que ya es bienvenida por mi parte.

Hombre claro, mucho mejor que la primera, que era completamente desastrosa, sí es pero "Los Mercenarios 2" pese a su fogosidad no deja de ser una película mala que sólo llega a regular por el cariño que se le tiene a su formidable elenco de viejas glorias, algunas demasiado de lo primero. Al principio parece que va a ser tan cutre, sangrienta y estúpida como la anterior, incluyendo esos diálogos cortantes que dan más vergüenza ajena que otra cosa. Sin embargo una vez se sosiega descubrimos un trabajo mucho más elaborado, a nivel técnico, argumental y sobre todo de dirección, lo cual no quita que el guión tenga unos cuantos huecos inexplicables o que los combates sean tan fantasmas como siempre.

Ya que han decidido meter a una chica, Yu Nan, no sé porqué no han incluido a Alicia Jovovich (más tarde me enteré que quisieron ficharla para la tercera parte) o mejor aún, a una gafitas que fuera la antítesis a estos duros mercenarios, a ver como lidiaban con ella. Pues no, ponen a una que es tan aguerrida y masculina como ellos. Maldita igualdad. A todo esto, "Los Mercenarios 2" casi consigue ocultar su endeblez con disparos, explosiones y golpes más la presencia de mitos del cine de acción. Confieso que la aparición de Chuck Norris es mítica y la recta final con todo el grupo, incluido el villano, no sé porqué no hace de bueno, es bastante animada, casi épica. Aún así, pese a la nostalgia, no llega al nivel mínimo necesario.

Esta película viene a ser como un clásico de fútbol de retirados, dan espectáculo sin tomárselo demasiado en serio haciendo lo que mas les gusta, y además sabiendo reírse de ellos mismos. Un lujo ver en pantalla a todos nuestros ídolos del cine de acción. Y por suerte…Volverán

Si Crepúsculo es lo más de lo más para las jóvenes, este film viene a ser lo mismo pero enfocado al género masculino amante del cine de acción; nuestro Disneyland particular. Da lo que promete al espectador acción y más sangre que toda la Saga Crepúsculo

En ésta segunda entrega nos encontramos una vez a nuestros afamados mercenarios, mas chulos si cabe que en la primera parte. Y yo me pregunto, ¿por qué van todos tan sobrados?. Hasta la chica asiática (Yu Nan) demuestra que es una super-guerrera de armas tomar. ¿No puede haber alguien un poco humilde y mas humano?. Porque es que parece que estos tipos duros han bajado del Valhalla a perdonarnos la vida. Y es que si lo pensamos bien es bastante difícil que alguno de éstos dioses de la acción se rebaje a ser menos que nadie.

Para esta segunda entrega, las cotas de testosterona están mas por las nubes que nunca, ya que vemos que hace su aparición el todopoderoso Chuck Norris en plan llanero solitario, riéndose de si mismo, con los chistes que le han hecho famoso. Ante esta situación, Stallone, Schwarzenegger, Willis, Statham y Lundgren entre otros, deben emplearse a fondo para no quedar a la sombra de aquel que en su día intentó tumbar en la gran pantalla a Bruce Lee. Y es que Bruce Lee era mucho Bruce Lee y sin embargo Jet Lee pinta cada vez menos en éste tipo de películas para machotes hormonados, como se puede ver claramente cuando lo lanzan por el avión con un ricachón chino, riéndose de la enclenque pareja que abandona la acción para no volver mas.

La película sigue la misma linea que la primera. Lo peor de todo es que el guión brilla por su ausencia, pero a nadie parece importar demasiado mientras haya de por medio muchas explosiones, mamporros y tiros para disfrute de los incondicionales del cine de acción. Y es que esta reunión de mercenarios me recuerda mucho al cine de Torrente, que en cada entrega junta a mas y mas famosetes de medio pelo para atraer a los espectadores a las salas de cine. Aquí va mas el cutrerío y el humor casposo. En los E.E.U.U. les tira mas eso de ser el mas duro que nadie, lucir los músculos mas abultados y arrasar con todo lo que se ponga a tiro. Por lo menos es de agradecer que, a diferencia de aquí, allí se lo tomen en serio y se reúnan super-estrellas del cine de acción y no frikis sin gracia, con la firme intención de reventar las taquillas. Por lo tanto, podemos ver claramente porque triunfa el cine americano y no el español, y es que mientras siga habiendo acción y grandes estrellas exhibiendo sus cualidades guerreras ante la pantalla, éste invento llamado mercenarios seguirá funcionando tan bien como una máquina perfectamente engrasada.