Pompeya
2014 

4.2
11,938
Aventuras. Drama
Pompeya, año 79 d.C. Milo (Kit Harington), un esclavo convertido en gladiador, ve cómo a su amor, la joven Cassia (Emily Browning), la obligan a prometerse con Corvus (Kiefer Sutherland), un corrupto senador. Cuando el Vesubio entra en erupción amenazando con destruirlo todo, Milo intentará salvarla... mientras todo se derrumba. (FILMAFFINITY)
6 de mayo de 2014
6 de mayo de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los guionistas de la película han intentado combinar las historias de "Gladiator" y "Titanic" añadiendo como novedad la erupción del Vesubio en Pompeya, pero lamentablemente esta película está lejos de cualquiera de las dos: Los actores son inferiores, la banda sonora es peor y en Pompeya no se consigue ni la épica de la primera, ni un romance que emocione como en la segunda (la secuencia en que ella se fija en él por primera vez es bastante tonta por ejemplo). Ahora bien, una vez dicho esto, si se olvida que la historia no es muy original y no se hacen comparaciones con las grandes películas a las que intenta imitar, no se puede negar que es muy entretenida y que la erupción del volcán está muy bien hecha. Uno puede disfrutar con la reconstrucción de la ciudad, con las peleas de gladiadores o con las secuencias de la catástrofe y pasar un rato mejor del que indica la puntuación media en filmaffinity a día de hoy (4.6)
4 de mayo de 2014
4 de mayo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para empezar, digamos que la historia resulta un tanto forzada, ya que en todo momento el volcán tiene un primer plano.
No se presta verdadera atención al guión, a la historia, sino a las catástrofes naturales que se suceden una detrás de otra.
Parece más bien una copia regular tirando a mala de Gladiator y del Día de Mañana.
La historia de amor que ha intentado describir Paul Anderson (El Director, para quien no lo sepa) carece de sentimiento. Tanto el protagonista como su enamorada comparten escasos momentos juntos, y no precisamente con diálogos atractivos. Casi podríamos decir que el enamoramiento ha sido muy fugaz y de ojo.
Algo positivo que destacar son los efectos especiales y la simulación de la ciudadela romana. Para los que únicamente os interesa ver películas con buenos gráficos os recomiendo ir a verla al cine.
Siendo benévolo concluyo la crítica dándole un 4, porque el mérito de la película se lo llevan los gráficos, no el guión.
No se presta verdadera atención al guión, a la historia, sino a las catástrofes naturales que se suceden una detrás de otra.
Parece más bien una copia regular tirando a mala de Gladiator y del Día de Mañana.
La historia de amor que ha intentado describir Paul Anderson (El Director, para quien no lo sepa) carece de sentimiento. Tanto el protagonista como su enamorada comparten escasos momentos juntos, y no precisamente con diálogos atractivos. Casi podríamos decir que el enamoramiento ha sido muy fugaz y de ojo.
Algo positivo que destacar son los efectos especiales y la simulación de la ciudadela romana. Para los que únicamente os interesa ver películas con buenos gráficos os recomiendo ir a verla al cine.
Siendo benévolo concluyo la crítica dándole un 4, porque el mérito de la película se lo llevan los gráficos, no el guión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Se ve que han intentado copiar a Gladiator de forma barata aunque no se puede poner a la altura de ésta; no le llega ni a la suela de los zapatos.
Una incoherencia es que el manto de ceniza que lo arrasa todo va más lento o más despacio en cada tramo. O que por ejemplo las rocas las expulsa conforme le viene en gana, según haya gente a la que aplastar o no.
Según mi punto de vista han exagerado mucho la o las catástrofes naturales, además de que el volcán tiene una puntería estupenda con las rocas encendidas y justo hay un barco que bloquea las murallas cuando el tsunami se acerca.
Y ya el colmo del olmo es que Corvus (el Senador malo) lleva a la joven cautiva en un carro tirado por caballos por unas calles despejadas, cuando minutos antes todas las calles estaban repletas de trozos de fachadas, rocas mil y hasta un pequeño mar interno por el tsunami.
Y no me centro en la historia porque sé que nadie se esmeró en hacerla. Lo que no se hace con esfuerzo no merece mención.
Una incoherencia es que el manto de ceniza que lo arrasa todo va más lento o más despacio en cada tramo. O que por ejemplo las rocas las expulsa conforme le viene en gana, según haya gente a la que aplastar o no.
Según mi punto de vista han exagerado mucho la o las catástrofes naturales, además de que el volcán tiene una puntería estupenda con las rocas encendidas y justo hay un barco que bloquea las murallas cuando el tsunami se acerca.
Y ya el colmo del olmo es que Corvus (el Senador malo) lleva a la joven cautiva en un carro tirado por caballos por unas calles despejadas, cuando minutos antes todas las calles estaban repletas de trozos de fachadas, rocas mil y hasta un pequeño mar interno por el tsunami.
Y no me centro en la historia porque sé que nadie se esmeró en hacerla. Lo que no se hace con esfuerzo no merece mención.
5 de mayo de 2014
5 de mayo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que Ridley Scott nos sorprendiera hace más de una década son su espectacular aproximación al péplum, diversas producciones se han ido estrenando a lo largo de estos años con mucha menos fortuna.
No podemos hablar de un resurgimiento de las “películas de romanos” ya que títulos como “Centurión” o “La legión del Águila” se circunscribían en ciertos límites más propios de la serie B que de las grandes películas de estudio.
Dentro de este marco, el director de la inefable saga de “Resident Evil” Paul Anderson, ha optado por contarnos los sucesos de la destrucción del Vesubio, utilizándolos como contexto en una historia de amor a lo “Titanic” que se sostiene con pinzas.
Muchos han hablado de la poca rigurosidad, cosa que es evidente, pero ya hemos comentado en más de una ocasión, que este tipo de cine siempre ha tendido al entretenimiento tomando de partida los sucesos históricos. Lo demás es fantasía y especulación.
La película está condenada desde el primer momento en que Anderson toma la silla del director, mucho se tendría que esforzar para agradar a la crítica y a cierta parte del público, algo que viene respaldado de una filmografía plagada de despropósitos.
Este punto es tremendamente negativo de cara a su valoración, lo que hace empañar todavía más si cabe el conjunto, más allá de una obra que tiene muchos más aciertos que errores. La recreación de la ciudad es ciertamente espectacular, por ejemplo.
Poco ayuda la participación como protagonista del televisivo Kit Harington, no tiene carisma ni peso como protagonista. Su paso por la incomprensible y sobrevalorada “Juego de Tronos” no es suficiente para encabezar un cartel donde sorprende ver en modo villano a Kiefer Sutherland. Muchos esbozarán una sonrisa al verle vestido de romano.
No es una película perfecta, tampoco lo necesita ser. Pero su director arrastra una fama de “artificiero” de la cual le es muy difícil desprenderse.
La cinta termina siendo un pastiche de muchas otras, lo que provoca una sensación de deja vu constante. No por ello es una mala película.
No podemos hablar de un resurgimiento de las “películas de romanos” ya que títulos como “Centurión” o “La legión del Águila” se circunscribían en ciertos límites más propios de la serie B que de las grandes películas de estudio.
Dentro de este marco, el director de la inefable saga de “Resident Evil” Paul Anderson, ha optado por contarnos los sucesos de la destrucción del Vesubio, utilizándolos como contexto en una historia de amor a lo “Titanic” que se sostiene con pinzas.
Muchos han hablado de la poca rigurosidad, cosa que es evidente, pero ya hemos comentado en más de una ocasión, que este tipo de cine siempre ha tendido al entretenimiento tomando de partida los sucesos históricos. Lo demás es fantasía y especulación.
La película está condenada desde el primer momento en que Anderson toma la silla del director, mucho se tendría que esforzar para agradar a la crítica y a cierta parte del público, algo que viene respaldado de una filmografía plagada de despropósitos.
Este punto es tremendamente negativo de cara a su valoración, lo que hace empañar todavía más si cabe el conjunto, más allá de una obra que tiene muchos más aciertos que errores. La recreación de la ciudad es ciertamente espectacular, por ejemplo.
Poco ayuda la participación como protagonista del televisivo Kit Harington, no tiene carisma ni peso como protagonista. Su paso por la incomprensible y sobrevalorada “Juego de Tronos” no es suficiente para encabezar un cartel donde sorprende ver en modo villano a Kiefer Sutherland. Muchos esbozarán una sonrisa al verle vestido de romano.
No es una película perfecta, tampoco lo necesita ser. Pero su director arrastra una fama de “artificiero” de la cual le es muy difícil desprenderse.
La cinta termina siendo un pastiche de muchas otras, lo que provoca una sensación de deja vu constante. No por ello es una mala película.
6 de mayo de 2014
6 de mayo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que oí que se iba a trasladar nuevamente la tragedia del Vesubio al cine tenía que ver con el director Roman Polanski (El Pianista). El mencionado proyecto no llegó a buen puerto y no se rodó (la película hubiera sido la más cara del cine europeo). Lo curioso es que el desastre natural ocurrido en las provincias romanas de Herculano (que casi nunca es mencionada) y Pompeya el 24 de Agosto del año 79 d.c. es aquí abordado por un cineasta completamente opuesto a 'Polanski'. Paul Anderson (no confundir con el director de 'Magnolia' y 'Boogie Nights') ha tenido la oportunidad en 'Pompeya' de alejarse de la estética y del temario de videojuego a la que nos tenía acostumbrados con este peplum catastrofista que cumple 'a medias' su cometido con un 'Anderson' director que se muestra más sosegado y plausible que en su horrible 'Los tres mosqueteros' y su última e irrisoria 'Resident Evil'. Para mí lo mejor de la filmografía de Paul W.S. Anderson se encuentra en la estupenda 'Horizonte Final' y agradezco 'el supuesto esfuerzo' que ha significado un cambio de género para él, pero tampoco le voy a elogiar (ni mucho menos)...Con unas luchas de gladiadores que quieren (y no lo consiguen) parecerse a las de 'Gladiator' mezcladas con las imágenes de unos correctos efectos digitales que bien podían compararse con 'Dantés Peak' y 'Vulcano' y con un pequeño añadido (innecesario) de un romanticismo tan banal como anodino, 'Pompeya' cumple con el entretenimiento no dando para más. Así que las insustanciales como blandas muestras de amoríos de los 2 protagonistas (que en algún caso son somnolientas) se ven aliviadas por sangre, arena, destrucción y lava volcánica. 'Pompeya' queda pues como un film convencional con luchas que agilizan la entretención, unos desastres bien definidos digitalmente pero película pobre en cuanto a carisma actoral no consiguendo que su pareja protagonista destaque. Ni la aparición para darle más empaque a la historia de Carrie-Anne Moss (Matrix) que no pasa de ser un mero relleno ni la de un 'pasable' pero intrascendente villano que encarna Kiefer Sutherland hacen que esta poco sustanciosa película pase de un simple suficiente en mi valoración personal. La película costó 100 millones de dólares de los cuales no ha conseguido recuperar todavía su inversión a nivel internacional. En definitiva, un Vesubio Andersoniano que mejora la calidad de sus películas anteriores pero que no consigue ni de lejos acercarse a la conseguida con su 'Horizonte Final' aunque eso sí, agradezco su arrojo de intentar aventurarse con otros géneros como el de romanos y el de catástrofes.
Más info en: cristobalcine.jimdo.com
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